viernes, 6 de enero de 2012
Miscelánea de Navidad y Epifanía, de todo, hasta una peli
Tenía en reserva unos cuantos youtubes, para poner en Pascuas. Pero ¡cómo vuelan las Pascuas! Se me han pasado sin sentir, y me da pena. Cuando llega la tarde del Día de Reyes me vuelve esa extraña sensación atormetadora del fin de vacaciones y vuelta al colegio. Aun con medio siglo encima, todos los años me vuelve ese resquemor, eco infantil
Así que he apurado unos cuantos villancicos extra-católicos, que también los herejes son navideños. El primero, ese que he puesto en la cabecera, me gusta mucho. Dicen que la letra procede (¡horreur!) de un original en alemán atribuído a - ustedes disimulen - a Lutero. Pero el villancico, tal como se canta, es del XIX, de un protestante americano, un tal Kirkpatrick que compuso esa preciosa pieza navideña.
Mantengo mi gusto por los villancicos populares, los campanilleros andaluces muy especialmente. Pero el gusto no me nubla el buen juicio y estimo que son cantos para interpretar en familia, en coros de amigos, pandas, tunas, zambombas, panderetadas y demás jolgorios de Pascuas: Delante de un Nacimiento, sí, es su sitio; pero dentro de una iglesia causan un efecto desa-cralizador y populachero la mar de chocante.
No así lo protestantes, ¡válgame Dios!, que aun siendo impios heterodoxos tienen la gracia de unos coros, unos cantos, unos oratorios, unos cánticos, que son una admiración. Y necio el que no lo aprecie.
A mí me chiflan: Son exquisitos, íntimos, solemnes, muy adecuados como acompañamiento quasi-litúrgico. Son admirables, resumiendo. Y todos con ese bello sello navideño popularizado en mil pelis de Navidad.
Pues resulta que buscando una buena versión del 'Away in a manger' de Kirkpatrick (al final he optado por esa súper clásica del King's College de Cambridge (por cierto que el chaval solista parece el clon o el hermano gemelo de Ian Weighill, el que hace de Charlie, el chico mayor de La Bruja Novata/Bedknobs and Broomsticks); buscando un youtube a mi gusto, como decía, me he encontrado estos semi-horrores (semi porque, no obstante, cantan bien; horrores por todo lo demás que no es, estrictamente, música-canto).
Se trata del coro del Mormon Tabernacle Choir (¡el Señor nos libre!). Pero vean ustedes mismos qué caras mormónicas, qué mormones con qué caras, qué caras ponen las mormonas.
Los mormones, como de todos es sabido, son un engendro neo-religioso del tiempo del Fiebre del Oro y el Far West, poco más o menos. Una de esas cosas que sólo surgen y prosperan por aquellas fronteras. Dejar la Biblia en manos de cualquiera tiene estas (y otras) tremendas consecuencias, estado de Utah y poligamia incluídos.
Pues resulta - ¡quien lo iba a imaginar! - que los mormones atque mormonas (todas para uno y uno para varias) cantan villancicos; yo no lo sabía. No sabía que en su extravagante credo de fusión y mix cupieran las Santas Pascuas, pero verán que sí, como los youtubes demuestran. En este primero cantan el Hark! The Herald Angels Sing (cfr. ¡Qué Bello es Vivir!, de Frank Capra). Un detalle muy descriptivo de lo que es la mormonería: El órgano, un pedazo de órgano que parece sacado de la más delirante escenografía de Gotham City, la ciudad de Batman:
Aquí, los mismos, cantan el 'Away in a manger'; como dije, merece verse y contemplar - cfr. supra - los caretos de los coristas & coristos mormones et mormonas, un espectáculo, un verdadero face-book.
Pero lo que no me esperaba era esta atrocidad, esperpento, espectro fantasmal que me persigue:
Es un concierto de Navidad, canta, otra vez, el Coro del Tabernáculo Mormón. La sala no es un templo, pero tiene de fondo de escenario el órgano batmaniano de Gotham City; no es una catedral, no es una iglesia, pero parece una neo-liturgia. ¡Y salen ellas! Unas ellas en camisón de dormir, desmelenadas, danzantes pseudo-litúrgicas, como las ellas poco-católicas danzantes de las para-liturgias juanpablistas, como las danzantes de Mahoney, como las cantarinas-saltarinas de Lerma, como un escenario de jmj, como un avance de nuevangelización y otros presagios afines. ¡¡¡Todo se parece a todo!!! Una pesadilla, en look gotic-mormón (que lo peor es que lo mismo podría ser un look neo-católico, lo mismo, lo mismo).
Y el estrambote: Para castigo de mis pecados, para mortificar mi vana curiositas, por meterme a ver youtubes mormones, he recibido un justo cañazo, un shock traumático: Mi querida Ángela Lansbury, la Miss Eglantine de la Bruja Novata, resulta que es (¡ay!) ¡¡¡mormona!!! O contribuye, o se presta, o les concede favores, que es lo mismo o quasi.
¡Qué decepción! Yo que idolatro, que soy adicto a La Bruja Novata, y resulta que ella es mormona.
En fin, como les cuento, un sofocón.
O témpora, o mores!
p.s. Felices Reyes hayan tenido Uds. Y si no, recuerden que hasta la Candelaria es tiempo de remediar regalos insuficientes, defectuosos o inapropiados.
+T.
Un tríptico de Epifanía
Esta mañana puse en facebook un link a una imagen en alta resolución del Tríptico de la Adoración de los Magos, de El Bosco, una de las joyas de la colección escurialense de Felipe II que llegaron al Prado procedentes de la Colección Real, allá por 1839. Estuvo, hasta entonces, en una de las capillas de la iglesia del monasterio; se supone que era de las obras que estaban en el oratorio personal o la propia alcoba de Felipe II.
El raro, exquisito y sabio gusto artístico-pictórico de los Habsburgo es algo excepcional; a veces también sus dis-gustos. El mismo Felipe II que atesoraba los cuadros del Bosco y las pinturas del Tiziano, despreciaba las del Greco. No hay gusto perfecto. La fijación del austero monarca en las obras del fascinante maestro Hieronimus Bosch es un curioso particular, no sé si definitorio del carácter del personaje, pero, desde luego, muy sugerente.
Ver aquí en alta resolución
La escena representada es una Epifanía, la Adoración de los Magos: La Estrella, el portal-casa de Belén, la Virgen con el Niño en su regazo, los Tres Magos adorantes ofrendando oro, incienso y mirra. Todo lo demás, el resto de la composición, es original creativo del maestro Jerónimo, tan rico en imaginerías.
Las pinturas del Bosco son inagotables en figuras, anécdotas, detalles, paisajes, historietas, sugestiones, fábulas, mil y una circunstancias en torno a la escena central-mayor: El Misterio de Cristo y el mundo con sus pecados, locuras, bellezas y gracias, todo entorno.
Comento brevemente:
- Melchor (en primer plano, el mago calvo con capa roja) tiene a su lado la ofrenda de oro, ese objeto en el suelo, a la dchª del Mago (entre el palo del sombrajo y el manto azuloscuro de la Virgen) es una estatuilla dorada que representa el sacrificio de Isaac: Isaac lleva la leña para el holocausto, Abrahám levanta la espada para degollar al hijo de la promesa y el Ángel sujeta su brazo; detrás del altar está el carnero sustitutorio. Subiendo al plano referencial, la Virgen sostiene en su gremio al Cordero Inocente, sin defecto (desnudo, expuesto, en la debilidad de la carne asumida).
- El Mago Gaspar (en segundo plano, con capa azul) lleva bordada en la esclavina otra escena del A. Testamento: La Reina de Saba ante Salomón ofrenda dones al Rey Sabio. Se trata de un trasunto del propio Misterio de los Magos, que presentan dones ante la Sabiduría Increada, el Verbo Encarnado, postrados ante la Virgen Madre, la Sedes Sapientiae, que sostiene al Hijo con paño-lienzo-sudario-corporal (alusión a la Pasión y la Eucaristía); la orla de la esclavina de Gaspar también representa una escena de sacrificio (parace como un cordero en las brasas (¿alusión al sacrificio-cena pascual???).
- El tercer mago, Baltasar, el negro, lleva en el cuello y las mangas bordados de cardina (hierba amarga), y el pomo de mirra también representa una escena de ofrenda, que no distingo bien, pero debe ser también alguna referencia veterotestamentaria (¿o es José de Arimatea pidiendo a Pilato el Cuerpo del Señor???).
- Los que se asoman al portal por la puerta entreabierta, ventanucos, rendijas y vanos, son los príncipes de la gentilidad y el paganismo, que se acercan al Misterio, convocados por la Gracia de Dios, que se ha manifestado; los Magos son los primeros, después vendrán otros. También están los pecadores.
- La escena de San José, separado del grupo, como sorprendido por el ojo del pintor, tomando sopa bajo la cobacha del rincón, es característica del anecdotario iconográfico navideño de la época, siendo frecuente que San José aparezca como un personaje secundario, presente pero en cierta desconexión respecto a la escena central.
- Los paisajes son fantásticos, con perspectivas de vertigo y edificios inventados: Se acercan a Belén las huestes criminales de Herodes; en un bosquecillo (panel dchº) se esconde la Sgdª Familia que huye a Egipto.
- Las escenas menores son caprichosas, muy típicas del Bosco; en la hoja de la dchª unos lobos atacan a un pastor y una campesina; un jabalina corre con sus jabatos; en el panel de la izqdª unos campesinos danzan.
- En una y otra puertezuela, en primer plano preferente, los donantes son presentados en la escena por sus Santos Patronos: San Pedro al caballero y Santa Inés (hay un cordero cerca de ella) a la dama; detrás de cada uno, los blasones respectivos.
Y, como dije, mil detallitos más. Las pinturas de este género son para verlas y re-verlas, de cerca, en la intimidad familiar, como una distraída historia-revista-imaginarium.
Tuvo que ser una delicia para el Rey Prudente entretener sus agobios y tensiones contemplando las fascinantes figuraciones del Bosco.
Algunos dicen que estaba loco, que fue un artista alucinado que pintaba lo que lucubraba su mente extraviada. Necio el que lo piense: Un loco no pinta así.
Se nota, además que era un sincero creyente: Toda la extravagancia de sus inteligentes ocurrencias-referencias se vuelve ternura y piedad cuando representa al Señor y a la Virgen, con una cuidada reverencia, como con pudor, destacando la suave belleza de la Santidad por contraste con un fondo abigarrado donde se muestra y demuestra al mundo, a los hombres y sus cosas.
Sic apparuit Misterium.
+T.