jueves, 26 de mayo de 2011

Malas compañías, incompatibles relaciones, inexplicables simpatías


Tres en una semana, una tri-incidencia del mismo con los mismos. Si una, a estas alturas de la novela, ya es mucho y produce empacho, tres escenas con publicidad son quasi un atentado contra las buenas maneras. Aunque me temo que, en el fondo, sea sólo un caso de malentendido sobre ese mismo particular, con resultado evidentemente contrario. Vean y juzguen si no:

El cardenal Amigo y el ministro Gabilondo, en un curso sobre el Islam de la Rey Juan Carlos

José Bono presenta mañana el libro de Luis E. Larra sobre el arzobispo emérito de Sevilla

El cardenal Amigo, hijo Adoptivo de Sevilla

Un amigo, el otro día, me comentaba que -"Llegan sin conocer Sevilla y se van sin conocer a los sevillanos". Se refería a nuestros prelados, y en concreto al protagonista de esas noticias, un caso particular y especial porque se fue persuadido de lo contrario. Quizá por eso acepte medallas, porque sigue sin comprender, no se ha enterado.

Lo más grave y escandaloso es quien otorga la medalla, qué mano la entrega. Como en las otras dos noticias, lo malo no son las ocasiones, los actos, sino las relaciones, los compañeros de mesa y sillón.

Haber estado más de 25 años en la Andalucía de los ERES y las mil corruptelas sin decir ni pío, en amigable relación con los autores y benefactores de la trama clientelista que repetía los atavismos del peor caciquismo decimonónico y volver para recojer medallas de las que dan y reparten los mismos, es un error. Es un manchón, es un baldón lo que le han colgado, no una medalla.

Pero cuando gustan las medallas, a ninguna se le hace ascos, todas valen, todas adornan, todas aportan algo.

La letrilla flamenca con la que cerró el discurso sonaba a chufla. A estas alturas debiera saber que hay monedas que salen manchadas de mano del que la da y ensucian la mano de quien la recoge. Si se la mete en el corazón, peor.

No me gusta ver alternar a los obispos con los políticos, con determinados políticos mucho menos. Comprendo que hay que relacionarse con distintos poderes y sus representantes, pero hay formas y formas. Una cosa es la correcta y educada relación formal con el poder y los que gobiernan o aspiran a gobernar, que hasta puede ser cordial y sincera, y otra cosa es manifestarse tan proclive.

No son simples personajes públicos, sino gente que representa y ejerce un poder manifiestamente nocivo y enemigo de la Iglesia Católica. Son los promotores y ejecutores de las leyes anti-familia, anti-vida, anti-educación, los que alientan la perversión de nuestros niños y jóvenes con programas de deliberada de-formación moral. No son buenas compañías para un cristiano. No pueden ser las amistades de un prelado, de un obispo, de un cardenal.


Cuando salen a la publicidad escenas como estas, el daño que se causa es grande. Y la confusión mayor.

Pero ahí está el personaje, feliz y emocionado recibiendo aplausos, recogiendo diplomas, aceptando medallas.

Lo que pasa es que luego pasa lo que pasa. Me refiero a los sociatas, esa gente, esa piara, que si no dan la puñalada a la entrada te la meten a la salida. Por ejemplo Bono, ese animal (político), que en la presentación del libro dijo, ni más ni menos, con todas las letras que:

Yo voté la ley del aborto sabiendo que era un mal

Tal cual. Y Fray Amigo allí, tan feliz con sus amigos. Por si no lo he dicho: Fcº Alvarez le escribe el prólogo, el cardenal Maradiaga el epílogo, y Bono hizo la presentación. Una tríada muy definida, como Uds. podrán apreciar.

¿La editorial? San Pablo, cómo no. Siempre al servicio de la nueva (modernista?) evangelización. O lo que sea.

¿El libro? Un tostón de ocasión con algunas perlas prescindibles y pasteleos insufribles, de ese tipo de libro que luego aparece en las ferias de ocasión, rebajas de verano y otros perdederos semejantes, para venderse media docena por 0'50€ y si te llevas 12 te regalan otra docena con un recortable a escoger.

Espero que no nos lo regalen (una refinada crueldad a la que estamos acostumbrados).

&.

5 comentarios:

  1. Es vomitivo y repugnante. Y en cuanto a Bono no tiene perdón de Dios salvo que se arrepienta y se le caiga la venda de los ojos.

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  2. Semper Fidelis dixit:
    Yo creo que el aborcionista Bono está interesado en hacer lo que hace, que lo hace con premeditación, alevosiía y ventaja. Toma la comunión sabiendo que ha procurado la muerte de miles. Y la toma en su ensangrentada mano sin empacho.
    En cuanto al pelado, digo, prelado Amigo, muy, pero muy amigo de marsupiales, lesbianas y similares, siempre del lado del invertido, del pervertido, del degenerado. Que le cuelguen todas las medallas que quieran, si tiene sed de medallitas , yo le puedo mandar unas cuantas de mi colección de chatarra.
    Bien lo decía la Virgen, los clérigos serán amadores de si mismos, amigos-amigos de los placeres, de las riquezas, de los honores. Pues que le aproveche. El hombre se conoce por las compañías que se busca.
    SAlud, páter.

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  3. Tengo etnendido que Bono es de los que comulgan con magdalenas y si no, cura que tenga el poco estómago de darle la comunión ha perdido tanto al fe que no creo que tenga intención real de consagrar.

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  4. El tufo a Satanás dentro de la Iglesia se está convirtiendo en hedor y se extiende cada vez más. El Sr. Bono efectivamente tiene sus manos manchadas de sangre inocente por apoyar y aprobar las leyes del aborto, y se jacta públicamente de asistir a ceremonias en las que se desprecia y se hace burla de la Sagrada Eucaristía.
    Y monseñor Amigo ha hecho declaraciones en favor de las "uniones entre homosexuales" y es gran amigo y aficionado al compadreo con genocidas enemigos declarados de la Iglesia de Jesucristo.
    ¿Queda aún alguien que no lo vea claro?

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  5. El fin de semana pasada se celebró un encuentro de monaguillos en el seminario. Sorpresa mía cuando en el reportaje fotográfico ubicado en la web del seminario y enlazado desde la página de la archidiócesis, se ven niños y... niñas. Pero claro, me dije, si salen en muchas parroquias ahora qué van a hacer. Espero que el Arzobispo tome buena nota. Ya sólo falta que también entren niñas en el seminario menor...

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