jueves, 26 de mayo de 2011

Diabólica corrupción


El no-arte (anti-arte, contra-arte, des-arte...no sé como llamar a esa peste) que aparece como expresión preferida de la post-modernidad y sus vanguardias bien cotizadas y pagadas, patentiza una frustrante evidencia: No tiene inspiración, es incapaz, esteril. Por eso vampiriza al verdadero arte.

Pero no es una mera copia, no se limita al plagio, sino que demuestra su abyección esencial corrompiendo la obra de arte original. La prostituye, la desfigura, la desvirtua o la profana haciéndola víctima de un deliberado sacrilegio. Todos estos atentados se pueden considerar a propósito de la desgraciada y pervertida contra-versión de la Pietá del Michelángelo ideada por el criminal que expone en la Bienal de Venezia (¡desgraciada Venezia!).

Sospecho que su autor es un tarado, intuyo incluso parte de la naturaleza (más bien contra-natura) que subyace bajo la mente de un sujeto capaz de idear y ejecutar algo así.

La corrupción de la imagen (sea de la Pietá, como en este caso, sea de cualquier otra obra semejante) es realmente un atentado formal que debería estar tipificado legalmente para poder ser juzgado y castigado. Recuerdo la terrible agresión sufrida por la Pietá en 1972, y un álbum estremecedor con fotos del rostro de la Virgen, que aparecía plásticamente atormentado, como una cara humana destrozada por un accidente o por una enfermedad, casi real. La recuerdo como una de las imágenes más patéticas que he visto jamás, hasta el punto de que rehuso verlas por el malestar que me provocan. Mutatis mutandis, pienso que la per-versión de la Pietá que se expone en la Bienal de Venezia es también un acto criminal, algo terrible merecedor de castigo.

A estas alturas, debería pensarse en ir protegiendo legalmente la integridad formal-absoluta de obras como esta, igual que se preserva una marca o un nombre comercial y se castiga su mal uso.


El atentado de perversión de la Pietá, además de ir contra el arte, es un sacrilegio porque profana la belleza religiosa de una imagen concebida para ser venerada y recibir culto como expresión iconográfica del Misterio de Cristo.

Es diabólico, satánico, demoniaco: Como el mal es incapaz de realizar la belleza, la corrompe, pudre lo bello, lo descompone. Todo eso lo ha cometido ese desgraciado falso-artista contra la Pietá. El mal debe estar detrás o dentro de él, como su 'obra' demuestra.

¿El castigo del criminal? No sé, habría que pensarlo. Pero yo consideraría si cupiera inspirarse en la sentencia "si tu ojo te escandaliza, sácatelo". ¿Muy radical? Puede, pero ¿no es ese el efecto que pretenden inducir esa ralea de corruptores no-artistas, no buscan el 'shock', el choque traumático del espectador con su obra? Pues a tal efecto, tal castigo.

Y para otra ocasión, con un ojo menos, ya se lo pensarían.

El otro dia me borraron un comentario en un foro: Escribí que necesitabamos urgentemente un Bin Laden católico. No lo decía en serio pero sí lo pensaba en serio.

Para casos como este, por ejemplo. Y para otros.

&.

6 comentarios:

  1. Semper Fidelis dixit:
    Dom W+ páter Terzio, yo sé quién compraría esta horripilante estatua: los adoradores de la "Santa Muerte" en Méjico, un pelígrosísimo culto que cobija a ladrones, narcos, asesinos, proxenetas, homosexuales y demás antisociales, un culto que crece vertiginosamente, gracias al gran vacío doctrinal que nos va dejando el posconcilio. La gente tiene sed de creer, si no le dan alimento espiritual o se los dan adulterado, se buscan otros dioses. A la que también llaman "la niña blanca" le dejan en sus capillas ofrendas en forma de cabezas , brazos, piernas, torsos de ejecutados en las vendettas mafiosas de los carteles. Vuelta al paganismo azteca, por la culpa de nosotros mismos y de nuestros pastores, que han abandonado el cuidado de sus ovejas en su mayoría. Que Dios no se los tome en cuenta. Saludos, rezamos por usted.

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  2. Sí, yo también pensé en el macabro neopaganismo de esa secta. Un mundo sórdido y criminal que encuentra paradójicamente su 'arte'. Lo grave es que sea a costa del Arte Cristiano, corrompieno y violando nuestro Arte Sagrado.

    '

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  3. Dómime: para mí, el autor de semejante cabronada es un sociópata, que tiene perdido el sentido de los valores, normas y derechos de los demás. Estos perturbados lo son desde pequeños y su conducta se evidencia, demasiado a menudo, en nuestro tiempo. Comienzan por ser desobedientes, desde niños, a normas habituales en un hogar normal. En casi todos los casos, estos sujetos no sienten remordimiento por sus conductas y, desde luego, desgraciado de aquel que tropiece con uno de ellos: Los sociópatas se caracterizan por hacer la vida desgraciada a cuantos les rodean. Son incapaces de vivir en sociedad y el lugar en que deberían vivir es un centro de aislamiento.
    Cuidado con los llamados “niños difíciles”. Evolucionan, a menudo, en verdaderos sociópatas. Si quiere esculpir una calavera, podría ponerle el cuerpo de su madre, por ejemplo

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  4. Sobre la bienal de Venecia y otros eventos "culturales" similares, entre mis amigos los conocemos como el arte del camelo.
    En una exposición de uno de estos "artistas" del feísmo, mientras el galerista y algunos críticos pagados "ala baban" un cuadro de esos más raros que un zapato verde, el autor que hasta ese momento se mantenía con pose de fatua superioridad, miró a su "cuadro" y estalló: "Pero si lo han colgado al revés".
    Se comenta que en el museo Guggenheim de Bilbao, un periodista, graciosillo él, colgó a hurtadillas una composición (en realidad unos garabatos) hecha por su hijo pequeño; durante varios días fue "admirada" por los "cultos" visitantes hasta que un celador se percató del engaño.
    Respecto del plagio y profanación de una de las más bellas esculturas de la cristiandad y de la humanidad, ya lo ha dicho usted todo Páter; como fiel aprendiz y amigo lo suscribo.

    Gracias y hasta pronto.

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  5. Los católicos de Venecia ya deberían tener lugar y hora para un acto de desagravio.

    Y, por otra parte, si quienes tienen la autoridad en la Iglesia, actuaran con energía en casos como este, querellándose contra esa chusma de escultor, tampoco sería un mal camino. Es que en casos como este no bastaría con declaraciones de prensa del tipo "cuánto lo lamentamos" "es terrible" y blablabla.
    Más defensa de la fe y menos cobardía.

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  6. La efigie es una representación del mundo tal cual. Si los católicos tienen por madre a la Virgen Santísima, el mundo tiene por madre a la muerte.

    Es un signo del fin, la nada en lo que devenido al fin, el mito de los ilustrados.

    Usa un icono, sí, pero ese contra - icono no afecta a Dios, sino al mundo. Queriendo ofender, apunta a su destino.

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