viernes, 20 de marzo de 2009

Küng, el enano del Rhin


Hans Küng dejó de ser teólogo hace muchos años. Dejó de ser católico por el año 80. Desde cuando no es cristianno, no lo sé, quizá desde aquella misma década, año más año menos. ¿Qué es Hans Küng? El profesor alemán es sólo uno más de la galería de pensadores post-modernos, con reconocibles raíces crisitianas y buena formación católica, en origen. Después ha ido derivando hacia un pan-teologismo, definidamente a-católico y sumariamente sub-cristiano. Sin señas de identidad definibles, sólo se ha afirmado en una tendencia: Un odio manifiesto-incontenible hacia aquel compañero suyo, también profesor de teología, de su mismo entorno académico: Josef Ratzinger.

Josef Ratzinger, en una historia-trayectoria muy distinta de la de Küng, se fue definiendo como uno de los teólogos referenciales del post-concilio. Su obra, en conexión con la tradición teológica más auténtica y profunda, es "magistral". Contrariamente a Küng, fue llamado a cargos eclesiásticos cada vez más cualificados e importantes. Es nombrado obispo de Münich y Cardenal por Pablo VI, posteriormente sería uno de los prelados más importantes del pontificado de Juan Pablo II, como prefecto de Doctrina de la Fe. Un curriculum admirable.

Por los mismo años, la trayectoria académica y personal de Hans Küng se hizo "contra" la Iglesia, contra la fe. Amonestado varias veces, con publicaciones cada vez más "polémicas", se identificó con los sectores más reactivamente contestatarios. Sólo su falta de "carisma" personal le impidió ser uno de los líderes del progresismo católico. Su dureza de trato, su escasa "empatía", le redujeron a sus límites académicos (ya sin la consideración de docente católico, que se le retiró por Roma y nunca más le fue revalidada).
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Contó a su favor con una muy prolífica y bien administrada actividad editorial, un auténtico "best-seller" mitad filósofo-mital teólogo (o fenomenólogo religioso). Con un público lector "adepto", se ha mantenido como el mascarón de proa del disenso contra Roma. Es el preferido de cierta prensa, de cierto sector con nivel cultural y veleidad "elitista", poco cristiano, nada católico, decididamente "progresista" y confusamente "creyente". A un paso del teísmo unitarista más neto y decimonónico, pienso yo. New age a lo europeo, con sello "continental", más o menos.


Se podría escribir un novelorio apasionante si, obviando lo "árido" de la intelectualidad, se trazara un leit-motiv apasionado como trama de la "tensión" Küng versus Ratzinger. Si Morris West estuviera vivo (q.e.p.d.) podría hacerlo magistralmente: Un drama personal entre estudiosos, intelectuales, teólogos. Con una conclusión también dramática: Uno arribando a la cumbre, y otro sumido en la más rabiosa sima de la humana envidia. Un Benedicto XVI depurado, sublimado, teólogo y hombre de espíritu, campeón de la fe y su voz, anciano y sabio, solitario como héroe de epopeya, admirable y fuerte en su fragilidad, valiente y firme, con la seguridad de la verdad recibida, cabeza de la Iglesia.

Y un Küng patética figura; un frustrado demiurgo, una especie de enano Alberich (un Gollum de Tolkien), ansioso por un tesoro perdido, ambicionado, motivo de su frustración y su encono. Y tirando "a matar" contra Benedicto, su viejo e insuperado (insuperable?) antagonista.

Lean las últimas declaraciones, los últimos comentarios de Küng. Y entenderán que no exagero si me lo imagino un energúmeno rabioso: Un enano del Rhin.

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Letal-Democracia, las fieras y el circo (que viene)

Aunque sea un felino menor, el lince no deja de ser una "fiera". Por aquí y en castizo, más bien "alimaña". Con una diferencia con respecto a las madres humanas desnaturalizadas: 1º Que una hembra de lince no va a un abortadero a que le maten las crías 2º Que tampoco la dejarían - si pudieran - porque las leyes, tan sensibles, de la piara progresista de la siniestra en el poder no lo permiten, tan responsables y sensibilizados ellos y ellas con los cachorros de la fáuna ibérica, pero tan feroces contra los hijos de los hombres. Ellos (y ellas) sabrán por qué.

Las izquierdas se quedaron sin ideología viable después del derrumbe del muro de Berlín y el comunismo (los más sagaces se transmutaron "socialdemócratas" unas décadas antes, pero sin renunciar a sus querencias). Sin ideología "respetable", las izquierdas han optado por definirse según contra-valores anti-humanistas aberrantes. Sin Marx que les inspire, se han apuntado a la contra-ética y ya no luchan contra el capital y los plutócratas (sería un suicidio) sino contra la vida, los inocentes, la familia, y lo cristiano. Ahora, el más "camarada" es el que propone el aborto más criminal, el que inventa leyes de eutanasia más expeditivas, el que planea una ley que de cáuce legal a la más degenerada "convivencia". Ese es el perfil (con ceja circunflexa).

Han conservado en el bolsillo - ¡oh los tiempos de la subversión juvenil, los piquetes universitarios, la filiación clandestina, la conspiración revolucionaria, la propaganda de octavillas y el boca-a-boca! - el manual del activista, apestando a viejo y podrido (por dentro y por fuera). Aprendieron bien, muy bien, que la mayor parte del éxito es publicidad, influencia, control de los medios de opinión. Que las masas son masas y ellos son los líderes de la revolución. Y se han revolucionado, por lo del lince, que es propaganda. Y propagar-propagar, aquí sólo propagan ellos (y ellas). Y nadie más.

Si se les dice que propagan muerte, se irritan. Si se les saca la cuenta de los que matan cada año, se ponen bravos (y bravas). Si se les llama asesinos legales, se ponen como fieras (como linces).
Por cierto que en estos días de abortadoras alborotadas y fieras enseñando los dientes, están dando leña en Barcelona, a los universitarios, a las juventudes descontentas con lo de Bolonia. Están arreando tela, tela, tela. Pero eso no es noticia.

Mientras, en las teles de ceja circunfleja, se arremete contra el Papa (la única voz de Occidente, lo demás son rugidos de fiera (y no lo digo porque esté en África)). Y se habla de las fieras enfurecidas por la ecuación real y cruda como la vida misma de que 1-lince en cría vale (x) veces más que 1-niño en gestación. Y la (x) que valora a la cría de lince es una cifra inversamente proporcional a la conciencia humana (recta conciencia humana): Menos conciencia, más vale el lince (y el niño menos). Y viceversa.

Y están rabiando porque lo estamos diciendo. ¿Qué esperaban? ¿Aplausos? ¿Entusiasmos? ¿Vítores?

En Luxemburgo, anteayer, sacaron adelante una ley eutanasista con una "mayoría" típica de las siniestras, 30 votos contra 26. Así funcionan "sus" mayorías, las de la letal-democracia. Aquí, dentro de nada, mientras las cajas y los bancos se hunden y todo se escora, los circunflejos (y las circunflejas) arbitrarán medidas de progreso por el estilo: Abortar niños y rematar viejos. Un futuro esperanzador, una opción "de progreso" ante la crisis.

Y las masas, borregueando sin chistar.

Se está preparando - ¿no tienen Uds. esa sensación - un circo. En el circo se definieron los antiguos cristianos, frente a las fieras. Fieras ya tenemos (linces, por lo menos). Público también. Y cristianos, claro, que es lo principal: Hacen falta cristianos-cristianos.

Sólo falta uno que grite "Cristianos ad leones (et leonas)!!!".

Y el espectáculo de la letal-democracia estará servido como un revival del paganismo más feroz: Panem, circenses et Christiani ad feras.
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