martes, 21 de julio de 2009
Los contumaces errores y aberraciones anglicanos (y anglicanas)
El Anglicanismo es una "iglesia" que nace de la voluntad de un rey adúltero, esposo de seis reinas y ejecutor de dos, una anomalía histórica (además de un remedo de "iglesia"). Tardaron años en reconocerlo porque jugaron a ser el "centro" entre la Iglesia Católica y el protestantismo. Es decir, los anglicanos y su "iglesia" pretendieron ser un absurdo "híbrido" de ortodoxia y heterodoxia. Absurdo que tardaron siglos en advertir (la historia y sus hechos distraen mucho).
Pero en la cumbre de su poderosa emergencia, cuando Inglaterra era la más grande entre las grandes, desde Oxford, la sinceridad y el valor de Newman y los tractarianos pusieron la cosas en su sitio, viéndolas en la perspectiva correcta: La Iglesia Católica Romana estaba donde siempre había estado, y los que habían "cambiado" y se habían "desnaturalizado" eran los anglicanos de la "iglesia" anglicana. Una "iglesia" imposible en cuanto tal, a pesar de ser la "iglesia oficial" con un clero funcionarial-estamental muy bien mantenido por el estado, quizá el clero con mejor status de todo el "clero".
En el origen del Movimiento de Oxford, las críticas a las consecuencias del erastianismo fueron decisivas a la hora de despertar la conciencia del cómodo e indolente clero anglicano. Se les planteó el dilema de su propia identidad: ¿Qué eran, ministros eclesiásticos o funcionarios del estado? El Movimiento de Oxford despertó una conciencia que renovaría a la misma "iglesia" anglicana, agitada por la marejada de los impetuosos y contundentes tractarianos. En el fondo, el Movimiento de Oxford le sentó bien, fue un "reconstituyente" para la "iglesia" anglicana. Pero con relativos y discutibles efectos porque lo mejor del Anglicanismo se convirtió al Catolicismo, por pura e irresistible coherencia. Y así quedaron desde mediados del siglo XIX, soportando una tensión/atracción católica que transformó profundamente el perfil del anglicanismo.
Desde hace unos diez o quince años se están jugando a los dados de la modernidad la poca coherencia y credibilidad que les queda. Y todo por un asunto que en el seno del anglicanismo es un monstruo recurrente, una pesadilla de la que no acaban de despertar, un laberinto del que no saben salir: Las ordenaciones clericales...esta vez con la "variante femenina".
En los años de Leon XIII, con el Movimiento de Oxford en plena "agitación" de opinión y conciencias, el tema de las "ordenaciones anglicanas" se estudió expresamente por Roma, por mandato del Papa Pecci. ¿Eran válidas o no? ¿se había conservado y perpetuado el sacerdocio sacramental en el seno de la "iglesia" anglicana, como ellos pretendían? ¿era una "iglesia" cismática al estilo de las iglesias cismáticas del Oriente, que a pesar de la ruptura con Roma habían conservado la jerarquía sacerdotal que les garantizaba la sucesión apostólica?
Un tema de primerísimo orden y valor eclesiológico. Los expertos convocados por León XIII concluyeron que no: Desde tiempos de Eduardo VI, el hijo y sucesor de Enrique VIII Tudor, cuando se promulgó el Prayer Book que sustituyó los antiguos rituales católicos en uso hasta entonces, todas las ordenaciones de clérigos fueron nulas por un defecto de forma, materia e intención. Y cuando murió el último obispo ordenado legítima y válidamente, dejo de haber obispos en la "iglesia" anglicana. Ergo la "iglesia" anglicana no tenía jerarquía sacerdotal válida ni legítima, ni poseía la potestad sacramental para la ordenación sacerdotal, ni había conservado la sucesión apostólica.
Eso es lo que enseña y declara solemnemente León XIII en la carta Apostolicae Curae, de 13 de septiembre de 1896:
"...Así, pues, asintiendo de todo punto a todos los decretos de los Pontífices predecesores nuestros sobre esta misma materia, confirmándolos plenísimamente y como renovándolos por nuestra autoridad, por propia iniciativa y a ciencia cierta, pronunciamos y declaramos que las ordenaciones hechas en rito anglicano han sido y son absolutamente inválidas y totalmente nulas." cfr. Dz 3315-3319
Fue un golpe de tal efecto, que algunos obispos anglicanos se fueron a Grecia y se hicieron "re-ordenar" según el rito ortodoxo y re-ordenar ellos a su vez a la jerarquía naglicana. Fuera válida o no esta extraña y precipitada "búsqueda" de legitimidad, en cuanto mantuvieron el rito con sus deficiencias formales y materiales así como la ausencia de intención, las ordenaciones volvían a incurrir en los mismos defectos y volvían a ser inválidas y nulas. Hasta el dia. Y aunque les pese (y no sea "ecumenicamente correcto" decirlo), los clérigos anglicanos no son jerarquía sacerdotal ni reciben el Sacramento del Orden. Solamente son lo que define tan propiamente la Declaración Dominus Iesus:
"...las Comunidades eclesiales que no han conservado el Episcopado válido y la genuina e íntegra sustancia del misterio eucarístico, no son Iglesia en sentido propio..." DI nº17
La pretensión de las mujeres de acceder a los ministerios ha extremado en grado sumo el gravísimo problema. Fuera de toda la tradición del Antiguo y el Nuevo Testamento, la reivindicación de un supuesto "sacerdocio femenino" es una aberración que sólo se concibe dentro de la descomposición interna sufrida por la confesión anglicana. Para reconocer el grado de descomposición del Anglicanismo, valga de muestra, entre los obispos de la jerarquía anglicana, el "célebre" John Shelby Spong, autor de 12 tesis a-teístas que propone como vehículo de una nueva "reforma" (es uno de los "gurús" de las vanguardias guerrilleras de "somos-iglesia"). Y como él, toda una galería de "obispos" y "presbíteros" a cual más extravagantemente des-cristianizado (los "obispos" y clérigos homosex incluídos).
Curiosamente, estamos en una situación parecida a la de los años en que surge con John Henry Newman el Movimiento de Oxford. También conoció Newman los extremos a-cristianos a los que pueden llevar los presupuestos y los efectos del liberalismo religioso. En su época universitaria, el todavía admirado intelectual oxoniense hizo amistad con nuestro José Mª Blanco-White, que acabó no se sabe bien si unitariano o simplemnte teísta indefinido. Eran aquellos tiempos anglicanos, tan cercanos en su confusión, casi dos siglos después, a los que vivimos.
Lo que ahora nos podría afectar a los católicos no es el mal interno que descompone y desarticula la confesión anglicana, allá ellos con sus males y con sus pseudo-ministras y pseudo-obispas. Por cierto que a la aberración doctrinal que padecen se le añade el ridículo estrambote de esas figuras grotescas de mujeres vestidas con mitras y atuendos clericales de colorines y "diseño". Cuando uno las ve no sabe bien si se trata de algo serio o de una escena sacada de un desfile del Gay Pride. Un horror del error, o viceversa.
Lo que sí nos está afectando ya es esa infecciosa contaminación "ecumenista", un fenómeno que ha perturbado a la Iglesia Católica del post-concilio, tan ilusa y temerariamente "ecuménica". El coste, que pagaremos a un alto precio, se traduce ya en esas predicadoras "desviadas" estilo la "hermana" Joan Chittister o la "sor" Forcades (por decir alguna, que hay más, desgraciadamente). Aunque no lo reconozcan, lo que tienen en mente es una mitra. Han malentendido el sacerdocio como un "poder" y lo reivindican como un "derecho".
Como nuestra Jerarquía no está (parece ser) por ponerlas en su sitio y callarlas, no sé (no quiero imaginar) cual pueda ser el panorama de las reivindicantes dentro de unos años. Una aspiración imposible, pero que no dejará de incordiar con todo el avispero feminista animando a las "aspirantes".
Evidentemente, pienso que es urgente la aplicación contundente de la sentencia paulina: "Mulieres in ecclesiis taceant..." etc. ICor 14,34.
Una urgencia, repito (con toda cortesía para las ladies, of course).
+T.
D.Terzio ¿podría aclararnos en qué consisten esos defectos de materia,forma e intención?Le agradecería que nos ilustrara,por favor.
ResponderEliminarSaludos.
Y a ellas, las has puesto tan felices...has escogido una fotografía...con sus vestimentas pseudo-sacerdotales...sus sonrisas...
ResponderEliminarUn saludo.
En realidad, los anglicanos no son más que protestantes. Una secta más. Nos resistimos a verlo, aferrándonos a teorías como la de las tres ramas, que sostuvo Newman antes de convertirse. Pero son hijos de la Reforma Protestante. Han perdido la Sucesión Apostólica, los Sacramentos (menos el Bautismo) y en el fondo también la fe de los primeros concilios. Nada que ver con los ortodoxos. Pese a la apariencia de esas formas catolizantes que han conservado como algo pintoresco, vacío y no auténtico.
ResponderEliminarSí, son una confesión protestante más. A pesar de esos que llaman "anglo-católicos" etc. Desde sus orígenes, la proclividad al protestantismo ha sido una constante en el Anglicanismo, y el tiempo lo ha confirmado. La misma high church no está libre de las veleidades protestantes, ni mucho menos.
ResponderEliminarDe vez en cuando digo que detesto los "anónimos": Me parecen sumamente maleducados. Todos me hacen sospechar. A este le contesto porque la pregunta es ilustrativa:
Los defectos de forma-materia fueron consecuencia de la sustitución del antiguo rito del Orden (plegarias consecratorias y rito propiamente) por el texto que apareció en el P.B. (obra de Cramner en 1552, creo recordar)-->una simple plegaria invocando el Espíritu Santo sin especificar el ministerio sacerdotal/episcopal y/o sus funciones. El defecto de intención (mucho más grave que el de forma-materia) estriba en que la "teología" anglicana ya no creía en el sacerdocio ministerial jerárquico conforme a la tradición de la Santa Iglesia, los conceptos del protestantismo habían desvirtuado de tal forma la doctrina sobre el Sacramento del Orden que el concepto de "sacerdocio" había desaparecido sustituyéndose por otros confusos e insuficientes (asumidos con plena conciencia y explícito rechazo del sacerdocio católico tradicional).
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¡Qué buena y clara síntesis! Es un problema en el que pocos se animan a hablar claro, quizás por los que quedaron siempre tan cerca nuestro (e incluso más cerca que varios de los nuestros).
ResponderEliminarEn cualquier caso, es siempre bueno el mantener la perspectiva de lo diabólico de su génesis y estructura (quitando las buenas voluntades particulares).
Respetos.
Natalio
A los que le queden dudas recomiendo a la doctora (teóloga) Jutta Burggraf
ResponderEliminarSí señora: Una acertada recomendación.
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Que don Terzio recomiende una teóloga me hace sonreír (apenas y sin malicia). Véritas quocumque. ¿Se puede leer en la red algo de esa señora al caso?
ResponderEliminarAmigo Terzio: ¡qué análisis más profundo, meridiano y aclarador para los que somos profanos en tan complicadas materias teológicas!
ResponderEliminarSiempre me ha llamado la atención las numerosas conversiones al catolicismo de intelectuales, eprsonalidades y seguro que personas anónimas inglesas a lo largo de todos los tiempos, especialmente en el XIX y XX.
Parece que desde una posición críticamente profunda hay una corriente histórica de conversión y tal vez es de la "seudo-iglesia" donde más "trasvase" se produce.
Que Dios le bendiga.
Saludos cordiales y feliz verano.
Busca, busca...que algo habrá. Por lo pronto mira el curriculum de Dª Jutta, que es muy "tranquilizador".
ResponderEliminarAdvierte, por otra parte, que Terzio es enemigo del feminismo, abyecta ideología de hembras con síndrome de amazonas, sea el que sea y de donde sea, aunque venga disfrazado con la piel de oveja cristiana y sea por debajo loba diabólica. De esas tenemos dentro más de las que nos damos cuenta.
Pero Terzio, que es católico, es devoto de la mujer cristiana, que es, a saber, virgen, esposa y madre; y cuando es Santa, también doctora de la fe, a veces tan exquisitamente ilustrada como Stª Brígida (que es mañana) y todas las demás que comparten su "doctorado".
Claro que, puesto a escoger, Terzio prefiere a un Doctor antes que una Doctora. Y tampoco olvida Terzio que la Jerarquía es un don concedido al varón, en exclusiva.
(A las mujeres se les concedió el don de engendrar y gestar vida. En aberrante paradoja, mientras más claman por el poder más se desdicen de su "don constitutivo": Las que quieren llevar mitra, son las mismas que no quieren ser madres (ni vírgenes)).
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Quizá te interesen, Diego, los comentarios al artículillo en este blog:
ResponderEliminarhttp://blogs.periodistadigital.com/elpulpito.php
1 saludo.
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Mendrugo:
ResponderEliminarDentro de la web de la que adjunto link, en autores podrás encontrar a Jutta Burggraf, además de muchos otros...
http://www.conoze.com/
Es poco realista creer que los anglicanos nacen de la voluntad de un rey adúltero (a lo más los anglicanos se sirvieron de la voluntad de un rey adúltero (y cualesquiera que se hayan servido de un rey es muy probable que se hayan servido de un rey adúltero (por ende, mejor tener mucho cuidado))).
ResponderEliminarY eso no implica que la voluntad de los anglicanos no fuese peor que la voluntad de un adúltero.
Absolutamente discutible, estimado mio: Fueron los monarcas quienes decantaron la suerte de la Reforma, donde hubo un monarca - príncipe o rey - que les favoreció, prosperaron los reformadores y sus ideas. En el caso de Henry VIII, fue voluntad muy expresa del monarca y sus "necesidades" sucesorias. Y fue él quien se fue sirviendo de unos y otros para sus propósitos: Wolsey, More (que se le resistió y acabó Mártir), T.Cromwell, Cranmer, etc.
ResponderEliminarConque debes corregir esa apreciación, que no se corresponde con los hechos.
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Dice usted "donde hubo un monarca - príncipe o rey - que les favoreció, prosperaron los reformadores y sus ideas ".
ResponderEliminarY, dice usted gran verdad, Don Jose, pero difícilmente se puede favorecer a alguien si no existe previamente ese alguien (aunque previamente a contar con el favor real fuesen unos arrabaleros y, después, unos arrabaleros venidos a más). Y, Enrique VIII (aquel del que tan buena opinión se tuvo antes) a lo más habría ayudado al parto (y creo que ni eso).
Sí claro: Había herejes y fueron favorecidos. Pero la voluntad de los príncipes fue un sine qua non. Recuerda el principio que al fin se impuso: "Cuius regio eius et religio" (aunque fuera en el Imperio, pero vale para otras situaciones).
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Ese favor fue inprescindible para que pasaran de arrabaleros a arrabaleros venidos a más.
ResponderEliminarMuchas gracias Terzio por la dirección del blog que no conocía y es muy interesante.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Antes que nada saudos y enhorabuena por su blog.No se si la duda que le voy a plantear se aparta demasiado del tema de esta entrada pero ¿sabe usted si entre monofisitas y nestorianos se puede considerar que se mantiene la sucesión apostólica?No se dónde leí hace unos meses que la vuelta a Roma de alguna de estas "iglesias" era casi cosa hecha ¿sabe usted algo al respecto? Muchas gracias.
ResponderEliminarGracias, Catalina. Lo buscaré en conoze.com.
ResponderEliminarEstimado Terzio:
ResponderEliminarMe gustó su excelente análisis sobre los Anglicanos. Quería hacerle dos consultas: una sobre la conversión de los anglicanos tradicionalistas y la 2) sobre el Rito Sarum que ellos desean mantener y agrego una tercera como es que se relacionan con los ortodoxos y dónde puedo enconrar material sobre esto último.
Muchas Gracias.