miércoles, 12 de marzo de 2008

Románitas

Benedicto XVI, en la audiencia de esta mañana, ha saludado a un grupo de estudiantes suecos y a sus profesores, con estas palabras:

Sueciam deinde ipsam longinquam consalutare Latino sermone cupimus cuius hodie "Schola Cathedralis Scarensis" adest cum linguae Latinae discipulis viginti septem ac magistro Ioanne Hjertén aliisque praeceptoribus. Volumus omnino eorum confirmare et incitare studia, dum hic Romae antiquitates degustant tum christianas tum etiam veterum Romanorum, ut inde magnopere augescat spiritalis illorum et humana haereditas.

Estaban en Roma, en viaje de estudios, y han querido estar en la audiencia papal. El Papa suele saludar a los grupos presentes, y a estos jóvenes suecos les ha hablado en latín, todo un detalle. Un detalle que deja muy bien, en un nivel muy alto, a estos alumnos y a sus profesores.

Hubo un tiempo en que la Europa nórdica y la mediterránea se entendian fluídamente en latín. Con tan buen entendimiento, que, por ejemplo, en 1203 Domingo de Guzman (todavía canónigo de Burgo de Osma) acompañó a su obispo, Don Pedro, a Dinamarca, a buscar novia en la corte danesa para un jovencísimo infante de Castilla, Don Fenando, por encargo del rey, su padre, Don Alfonso VIII el de Las Navas. Del corazón de la Vieja Castilla a la península de Jutlandia, cruzando toda esa Europa con el latín como lengua franca.
Completando su "lección", Benedicto XVI ha hablado en la alocución general de Boecio y de Casiodoro, para que no quepan dudas sobre su magisterial magisterio.

Así que en la audiencia de esta mañana, una semblanza de aquella Europa, como una fresca y vigorizante brisa, ha corrido por Piazza San Pietro: Benedicto XVI ha hablado en latín romano a unos chicos suecos que le han entendido, y que se habrán sentido orgullosos del Papa y de ellos mismos (y apostaría que hasta sabrán algo de Casiodoro y Boecio).

Con las perspectivas culturales-docentes de los cuatro añitos que nos quedan, sé que peco de iluso. Pero esta anécdota romana, me hace ilusión.

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Reliquias Vivas (por poner título)

Este personaje tan poco agraciado acaba de ser elegido septuagésimo nono Gran Maestre de la Soberana y militar Orden de Malta. Nada que ver con la noble estampa de su predecesor Frey Andrew Berty (q.s.G.h.). Bueno, me refiero a "porte" y eso que los italianos dicen "bella faccia", porque este neo Gran Maestre, Frey Matthew Festing, tiene cara de quincallero, o de sastre-camisero, a lo sumo. Se entiende que la prosapia de tener por delante 78 Grandes Maestres no le ha asegurado un gen de formal estética aristocrática. Me temo que con gorro de plumero, capa y espada, estará peor, incluso.

Pero algo tendrá este inglés hijo de ingleses - católicos, of course - para haber llegado a tan alta jerarquía, que es una de las pocas que quedan abiertas a rematar un curriculum bien llevado con una quasi-corona. Porque, en cierto sentido, un Gran Maestre de Malta, es un soberano con las puertas abiertas para codearse con toda la realeza reinante y/o aspirante y/o declinante, incluyendo también a la abdicante.

Cuenta la gracia peculiar de ser sin-tierra, como el king John hermano del king Richard (Cœur de Lion). No quiero decir que le toque nada al Plantagenet de la Carta Magna (a su pesar). Quiero decir que la soberana Orden de Malta es un "estado soberano" sin tierra que gobernar. Bueno, tienen dos magníficos palacios en Roma: La palazzina de Via Condotti y el palazzo de la Villa di Malta, en la cumbre del Aventino. Exquisitos y nobilísimos enclaves en los mejores y más conspicuos solares de Roma (en cuyos salones el feísimo nuevo gran Maestre va a parecer un busto grotesco del Bernini, me temo).

A mí me caen simpatíquísmas estan anticuallas. Entre otras cosas porque son una nobleza en activo-activo. Ser caballero de Malta no es cosa de sangre (aunque los caballeros procuren que sus hijos sean caballeros); quiero decir que no paren a uno caballero de Malta, sino que se hace uno caballero de Malta (presentaciones, relaciones, contactos, etc. etc. etc.). Y todo eso.

Me gusta que hayan conservado las antiguas formas de la antigua Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén...en cuanto han podido. Así, por ejemplo, el nuevo Gran Maestre es célibe con votos, como la plana mayor de los bailíos que le asisten en el gobierno de la Orden. No sé cómo llevaran los votos, pero hacerlos, los hacen porque están obligados a hacer su profesión para poder pertenecer al rango superior de la Orden, los Caballeros de Justicia (en el caso de Frey Matthew, viéndole la cara, no creo que el celibataje le halla supuesto especial esfuerzo; aunque en estas cosas nunca se sabe).

Los Caballeros de la Soberana Orden de Malta, a pesar de su carácter "hospitalario", son - no se olvide - Las Cruzadas en el siglo XXI. Y tal como se está poniendo el siglo, quién sabe si no veremos a Frey Matthew Festing a caballo con manto negro y cruz blanca al hombro blandiendo un espadón contra la morisma infiel (digamos, por ejemplo, un Ben Laden).

No sé en qué quedaría el combate. Si fuera competición estética y no bélica, la verdad es que yo dudo quién ganaría o perdería por feo, si el moro terrorista Laden o el Gran Maestre Festing.
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n.b. Como excepción a las reglas (no escritas, of course) de este blog, acepto opiniones en contra (si no son muy en contra).

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