Me estremezco cuando me entero de alguna profanación al Sacramento, de algún Sagrario profanado. Y me estremece ese documento que atenta y pisotea lo Santísimo, porque hiere la Misa como la mancillaron y pisotearon luteranos y calvinistas en aquellos días de la gran ruptura de la Cristiandad. Ahora lo que se rompe es el Catolicismo y la mano que asesta el golpe es la de aquel que tendría que reverenciar más que ningún otro esto que rompe.
No hay un renglón positivo en la desgraciada carta. Sí aparece la arrogancia de hombrearse con Pablo VI y Juan Pablo II y Pio XII (sin "San" pero más santo que los dos anteriores juntos). Y el arrogante atrevido raya el ridículo si nos paramos y pensamos y comparamos quien es el autor de la carta y quienes los citados por la carta. Tanto va de Alfonso a Alfonso.
El descrédito será el efecto y la consecuencia. Los des-católicos se burlan de su autoridad y aplauden sólo lo que contiene de demolición del catolicismo. Los católicos conscientes se aferrarán convencidos a la autoridad viva de San Pio V y a la prudente y sabia doctrina del Summorum Pontíficum de Benedicto, testigo actual de la destrucción irreverente de su intento de conciliación, brutalmente despreciado por quien debería mantener, al menos, la discreta prudencia del mediocre consciente de su parvedad (que no humildad).
Oremos e imploremos tiempos mejores y mejores hombres capaces de reverenciar lo Sagrado recibido y mantenerlo con honra y gloria para honra y gloria de Aquel para Quien fue, ha sido, es y será la liturgia de su Santa Iglesia.
Y temblemos al pensar que los Ángeles no suplen a los hombres, a quienes se les dio este Sacramento que nuestros antiguos celebraron con la dignidad de los Santos y los extraviados vaticanosecundistas descompusieron con impía alevosía, la que hoy vuelven a querer imponer hurtando la mayor gloria de Dios para Dios, sólo para Dios.
El mismo y único Dios que al acercarse a su altar regocija la juventud de las almas, sacerdotes y fieles, que le quieren profesar un culto reverente y digno, más digno y reverente que el puesto en uso por el modernismo (concepto innombrable, pero causante del mal que padecemos cápite et in membris).
+T.
Amén.
ResponderEliminarGracias, don Terzio. Dios le bendiga.
Sin haber participado nunca de la Forma Extraordinaria (mi diócesis es un erial),este documento me ha dolido y me ha dejado muy tocada. Los que sólo hemos conocido los frutos (podridos) del Vaticano II teníamos, con Benedicto XVI un poco de todo eso que se perdió.Ahora, no nos aieda nada.
ResponderEliminarProdíguese, no es justo tanto silencio, que somos ovejas sin pastor, o por mejor decir, ovejas en manos de lobos.
ResponderEliminarHabrá que seguir celebrando la Santa Misa en su versión Católica Tradicional, aunque sea en garajes. Es el único modo de mantener viva la Iglesia de Jesucristo, frente a la sinagoga de Satanás.
ResponderEliminarhola buenas alguien sabe q paso con panorama catolico internacional? y con marcelo gonzalez? cualquier respuesta es bienvenida, gracias en Xto---
ResponderEliminarMe deprime que habiendo iglesias tan hermosas Y CONSAGRADAS para celebrar la verdadera misa tengan que celebrarla en garages.....
ResponderEliminarUn garaje (o algo parecido) se puede convertir en una bella iglesia, o capilla, oratorio.... es cuestión de ganas y gustos, lo digo por mi propia experiencia. Las catacumbas, en principio, tampoco parecían un lugar de elevada belleza para celebrar los Misterios de la Fe y sin embargo....... me temo que vamos a tener que regresar a las catacumbas, aunque sólo sea una temporada más o menos larga o Dios quiera que corta.
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