Sincero, desde lo hondo, íntimo, dulcemente incoado, con ecos de voces ausentes y trémolos suspirados, como una simple letanía breve en palabras y extensa en intenciones, por tanto don, por tanta gracia, por tanta misericordia. Quoniam in aeternum misericordia Eius !
O Bone Iesu, fac ut sim sacerdos secundum Cor Tuum !
+T.