Cristo Rey entre las palmas
los ramos de olivo, el ¡Hosanna!,
los mantos bajo tus plantas,
el júbilo y la alabanza
de Jerusalén que canta
al verte entrar. ¡Oh Señor!
del humilde borriquillo,
y el ¡viva! de los chiquillos
que te proclaman bendito
hijo regio de David.
Déjame volverme niño
y ponerme junto a Tí
cerquita de la burrita
cantándote ¡Santo, Santo!
Bendito Dios y Señor,
venga tu reino y tu paz,
rige al mundo con justicia
y redime la desgracia
que entenebrece a las almas
encadenadas al mal.
¡Salva a quienes te imploramos
misericordia y piedad!
+T.