miércoles, 12 de octubre de 2016

Alma y España


Aprendí que era el alma
de mi ser lo más hondo
espejo del Creador,
inmortal vida y centro
de celestial valor.

Hoy sé que atesora
también la sal y el tiempo,
lágrimas, gozos, vientos,
la lluvia, el color, un ciento
de cuentos y leyendas,
de amores y promesas,
mil olvidos, recuerdos,
desengaños y sueños,
los posos de mi alma,
pasión, sabor, dolor.

También creció la patria
profunda en el espíritu,
raíces, cimas, fondo,
senderos de la historia,
sangre, victoria, honor.

Y cuando digo ¡España!
con todo lo que amo,
es un eco de mi alma,
pulso que sube a Dios.



+T.

4 comentarios:

  1. Yo no soy flor nacida para todos los vientos
    ni camino perdido para todos los pasos:
    yo no soy pluma suelta de destinos y acasos
    arrojada a los aires, cual despojo maldito.
    Yo he nacido a la sombra de un mandato infinito,
    de un misterio fecundo,
    donde, en letras de estrellas, mi sendero está escrito.
    ¡Yo he venido a la vida con un nombre bendito!
    ¡Yo no soy hospiciano de las patrias del mundo!

    Tengo nombre, y recuerdos, y linaje, y pasado;
    tengo un eco de siglos conocido y amado
    que acompaña mis pasos y responde a mi voz...
    ¡Yo soy flor en las flores de un jardín bien nombrado
    y mi tierra era tierra bendecida de Dios!

    Cuando España nacía,
    yo era ya una indecisa claridad en su día,
    y un reflejo perdido de la luz de su fiesta,
    y una gota en la fuente de su arroyo primero,
    y una letra futura de su verso y su gesta,
    y una estrella lejana de su noche de enero.

    Cuando España nacía,
    yo era ya, con mi vida, como un ramo de flores
    para España segado del jardín del Eterno:
    yo era era ya blanca nieve que esperaba el invierno
    y era grano en la espera de los nuevos calores.

    Cuando España nacía,
    yo era ya un alarido confundido en el cuerno
    que llamaba a sus hijos, por la Cruz, a la lid,
    y era soplo en el viento que agitaba su enseña,
    y era luz en el alba que pintaba, en Cardeña,
    con suspiros violetas, la armadura del Cid.

    J.M.ª Pemán

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  2. ¡Viva!

    Gracias, Don Terzio. Y para quienes no lo hayan visto, en este vídeo habla Ayuso sobre la Hispanidad.

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  3. Cuando hay que descubrir un Nuevo Mundo / o hay que domar al moro, / o hay que medir el cinturón de oro / del Ecuador, o alzar sobre el profundo / espanto del error negro que pesa / sobre la Cristiandad, el pensamiento / que es amor en Teresa / y es claridad en Trento, / cuando hay que consumar la maravilla / de alguna nueva hazaña, / los ángeles que están junto a su Silla, / miran a Dios... y piensan en España.
    (José María Pemán)
    Un saludo desde Argentina que es hija de España
    Mario Caponnetto

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