Aprendí que era el alma
de mi ser lo más hondo
espejo del Creador,
inmortal vida y centro
de celestial valor.
Hoy sé que atesora
también la sal y el tiempo,
lágrimas, gozos, vientos,
la lluvia, el color, un ciento
de cuentos y leyendas,
de amores y promesas,
mil olvidos, recuerdos,
desengaños y sueños,
los posos de mi alma,
pasión, sabor, dolor.
También creció la patria
profunda en el espíritu,
raíces, cimas, fondo,
senderos de la historia,
sangre, victoria, honor.
Y cuando digo ¡España!
con todo lo que amo,
es un eco de mi alma,
pulso que sube a Dios.
+T.
Yo no soy flor nacida para todos los vientos
ResponderEliminarni camino perdido para todos los pasos:
yo no soy pluma suelta de destinos y acasos
arrojada a los aires, cual despojo maldito.
Yo he nacido a la sombra de un mandato infinito,
de un misterio fecundo,
donde, en letras de estrellas, mi sendero está escrito.
¡Yo he venido a la vida con un nombre bendito!
¡Yo no soy hospiciano de las patrias del mundo!
Tengo nombre, y recuerdos, y linaje, y pasado;
tengo un eco de siglos conocido y amado
que acompaña mis pasos y responde a mi voz...
¡Yo soy flor en las flores de un jardín bien nombrado
y mi tierra era tierra bendecida de Dios!
Cuando España nacía,
yo era ya una indecisa claridad en su día,
y un reflejo perdido de la luz de su fiesta,
y una gota en la fuente de su arroyo primero,
y una letra futura de su verso y su gesta,
y una estrella lejana de su noche de enero.
Cuando España nacía,
yo era ya, con mi vida, como un ramo de flores
para España segado del jardín del Eterno:
yo era era ya blanca nieve que esperaba el invierno
y era grano en la espera de los nuevos calores.
Cuando España nacía,
yo era ya un alarido confundido en el cuerno
que llamaba a sus hijos, por la Cruz, a la lid,
y era soplo en el viento que agitaba su enseña,
y era luz en el alba que pintaba, en Cardeña,
con suspiros violetas, la armadura del Cid.
J.M.ª Pemán
¡Viva!
ResponderEliminarGracias, Don Terzio. Y para quienes no lo hayan visto, en este vídeo habla Ayuso sobre la Hispanidad.
¡¡Viva Pemán !!!
ResponderEliminarCuando hay que descubrir un Nuevo Mundo / o hay que domar al moro, / o hay que medir el cinturón de oro / del Ecuador, o alzar sobre el profundo / espanto del error negro que pesa / sobre la Cristiandad, el pensamiento / que es amor en Teresa / y es claridad en Trento, / cuando hay que consumar la maravilla / de alguna nueva hazaña, / los ángeles que están junto a su Silla, / miran a Dios... y piensan en España.
ResponderEliminar(José María Pemán)
Un saludo desde Argentina que es hija de España
Mario Caponnetto