de gracia plena,
ampara piadosa
a quién te reza.
Niña Virgen digna
de ser única electa
cándida inocencia,
de simpar belleza,
para ser de Cristo
su madre y doncella,
mirános clemente,
oh celeste Reina,
y haz que obedientes
sigamos tu estela
siendo al fin llamados
del Rey a la diestra.
Tu Presentación
la Iglesia celebra,
oh Niña María,
rogando pureza:
Desde el cielo riega
con ella la tierra.
Ex Voto
+T.