martes, 29 de diciembre de 2015

Villancico 2


Noche oscura, noche oscura,
profundo, insondable el cielo;
cuanto más cierra la noche
más reluce aquel Lucero:
¡Dios nacido sobre el heno!

Noche fría, noche fría,
cortante el aire cual hielo;
mientras más la noche enfría
más arde de amor su Fuego:
¡Dios nacido en este suelo!

Noche queda, noche queda,
recogida y en silencio;
cuanto más calla la noche,
más resuena su Evangelio:
¡Nos nació Dios Verdadero!


+T.

viernes, 25 de diciembre de 2015

Villancico - 1





María y José
en un pobre establo
hacen un Sagrario
de amor al Señor;
bendito pesebre
que al Rey de la Gloria
de trono le sirve:
Comienza el reinado
del Hijo Dios.

Adorado humilde
por pobres pastores
y Magos que viajan
de una Estrella en pos:
Vayamos creyentes,
fieles, adorantes,
llevando presentes
nosotros también.

A todos los hombres
de voluntad buena
les espera Cristo
Jesús en Belén.

+T.

jueves, 24 de diciembre de 2015

Pre-Villancico



La burrita al paso
el ronzal José
lleva mansamente
rezando y soñando.
María también
sueña, alaba, reza,
y el eco del Ave
que dijo Gabriel
es como si volara
hilando las preces,
que dicen la Virgen
y el Santo José

Una Estrella intensa
con luz nueva y clara
brilla sobre el Templo
de Jerusalén;
luego, cuando salen
de la Ciudad Santa,
ya en el caminito
que baja a Belén
la Estrella pasando
sobre la burrita
destella en la Virgen
y luce en José.

María a su esposo
sonrie; el regazo
se envuelve rozando
el seno en que Dios
late con el pulso
aun no nacido
manso y humilde
de su Corazón.

En el horizonte
ya oscurecía
la última noche
antes del día
de Enmanuel, Mesías.

Y Arcángeles bellos
ensayan el ‘Gloria
in excelsis Deo'
sobre un portalito
de un pobre pesebre
que había en Belén.


+T,

martes, 8 de diciembre de 2015

Purísima

 
Se abre el Cielo y un signo aparece
de virtud y belleza no vista:
Al Dragón una Virgen le pisa
la cabeza con limpio talón.
Doce estrellas coronan su frente
es la luna su hermosa peana
y refulge elevada, triunfante
revestida radiante del Sol.

Van cantando los Coros Celestes
que es la Sierva, la Humilde, la Esclava,
la que place al Señor para ser
la Madre del Hijo bendito anunciado
el Cristo Divino que ha de nacer.

Por eso está llena de gracia divina,
purísima en alma, en el cuerpo, en su ser.
Su aroma esparciendo suscita pureza
y arroba a las almas de su estela en pos.

Brillante lucero de mi vida, guía,
Oh Inmaculada, excelsa María,
mis pasos. No dejes, dulce Madre mía,
que pierda el camino que sube hasta Dios.

Mi ruego recoge, presenta a tu Hijo
la pobre plegaria de este pecador
que todo lo fía en tu mediación,
sine labe concepta,
pulchra ut luna
electa ut sol




Ex Voto

+T.

jueves, 3 de diciembre de 2015

El Triunfo de Javier


Nuestra Parroquia de San Francisco, cuando me hice cargo de ella, no tenía una imagen digna del Santo Titular, En cuanto pude, me procuré una, preciosa y digna. Además, hace año y medio, compré muy barato (fue providencial, creo yo) un viejo y bonito cuadro representando la muerte de Javier. Debe ser de del XVII-XVIII, no sé decir si bávaro o napolitano. Es muy 'jesuitón', pues representa propiamente la estampa de la muerte de Javier muy difundida por la Compañía de Jesús:

El Santo Javier agoniza bajo un pobre chozo, tendido sobre un montoncillo de heno, rígido, con los ojos muy vivos vueltos al Cielo; tiene un crucifijo en la mano derecha, y la izquierda abierta sobre el pecho; de la sotana desabrochada sale una llamarada. A su derredor hay un libro abierto, un pequeño icono de la Mater Dolorosa, un rosario y una calabaza. En el ángulo derecho, entre las olas, a toda vela, está la nave en la que Javier ya nunca embarcará. Sobre el Santo, cinco Querubines miran el tránsito del misionero, abriendo los Cielos que le esperan.

El chozajo y la paja recuerdan el pesebre de Belén. Los ojos mirando a lo alto y la imagen de la Virgen Dolorosa parecen un eco del Calvario. El velero, un alegoría de las venturas y desventuras del mundo.

A las puertas de China, con el ansia insatisfecha del misionero, lejos de todo y todos, también del capitán Ignacio, bajo cuya guía profesó con los otros primeros socios, un día de la Asunción en Montmartre, dieciocho años hacía, con cuarenta y seis años intensamente entregados, estragado, cansado, tantas veces frustrado por los hombres y animado sólo por Dios, el Señor que impone su providencia al impaciente Javier.


Estos cuadros hagiográficos son una estampa para el arte, un medio para la piedad y un motivo para el examen espiritual. Si se le quiere decir 'triunfo' sólo lo es desde el paradigma de la Cruz. Según esta clave sí es victoria. Según el mundo, no, por mucho que se pinten querubines para adornar un gran fracaso.

Con esta escena javieriana he estado esta tarde dando vueltas a unos papeles con un cuestionario de evaluación de la parroquia según el esquema del análisis DAFO, un método para análisis de empresas. Con buena intención - supongo - se pretende que sigamos las pautas del DAFO y las apliquemos a la parroquia, el arciprestazgo, la diócesis. Me pregunto si también a la Iglesia Santa y Católica.

¿Analizar lo divino con metros tan humanos como los que se usan para calibrar empresas?

¿Hemos perdido la conciencia de la esencia y sobrenaturaleza de nuestro negocio, de nuestra empresa?

Me refiero, claro, al negocio y la empresa de Javier.


+T.