domingo, 22 de febrero de 2015
Iglesia tentada
Si el Señor fue tentado, la Iglesia siempre ha estado tentada por el mismo que tentó al Señor, Satanás. La profecía de que no será derrotada por el poder infernal lleva implícita la certeza de que la Iglesia se verá constantemente atacada, asediada por las fuerzas del Maligno, cuyas arremetidas se manifiestan de muchas y diversas formas. Pero más que el ataque puntual, externo, de las fuerzas oscuras, la Iglesia debe temer sobre todo la seducción perversa, el engaño que la conduzca a entregarse y obrar el mal.
Siguiendo la secuencia de las tentaciones de Cristo en el desierto, podríamos aplicar a la Iglesia actual ese mismo paradigma de las tres tentaciones diabólicas (Mt 4, 1-11; Mc. 1, 12-13 Lc 4, 1-13):
- "Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes". Es la Iglesia tentada por el temporalismo, por el activismo, por la urgencia de la promoción social y la justicia intramundana olvidada de la justicia Dios; es la iglesia que ha perdido el celo misionero por la salvación de las almas y se trasmuta en la iglesia-ong, la iglesia de quienes ya no predican el Reino de Dios ni piden su advenimiento porque se han persuadido de que toda la obra de evangelización es material, reducida a una misericordia corporal elevada al nivel de iniciativas estructurales globales, mundiales: La tentación de la iglesia-FAO.
- "Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra". Es la Iglesia tentada por el éxito y el aplauso del mundo, la iglesia del diálogo, la iglesia reducida a instancia cultural entre las culturas, la iglesia del perpetuum mobile, del constante aggiornamento, la iglesia del baile con todo y con todos, la iglesia-espectáculo, la iglesia-circense, la iglesia de las jmjs, los mass media, los twitters, las novedades, la iglesia que se apunta al hip-hop y al trending topic, la iglesia banalizada que degenera en fan de sí misma, se aplaude a sí misma, se organiza para ella misma fuegos artificiales y se celebra continuamente, continuamnete encantada de ella misma, inconscientemente feliz, deslumbrada y embelesada con las mil y una posibilidades de nuevas iniciativas y fascinantes éxitos.
- "Te daré todo esto, si te postras para adorarme". Es la Iglesia tentada por el poder, al borde del precipicio de la idolatría mundanal, atraída por los reinos y potestades del mundo, la iglesia que planea alianzas, ejes, pactos con los poderes mundanos y los poderosos del mundo, la iglesia ebria con el vino de la ambición imperante, la iglesia que sueña con la dominación de esferas, órbitas, universos.
Sólo hay que echar un vistazo sumario a la Historia de la Iglesia para hacerse una rápida analepsis, un flashback con momentos y personajes que han caído en la tentación de las tentaciones de la Iglesia.
Hoy mismo, la Iglesia está expuesta, tentada por las tentaciones de siempre. Hasta podemos poner rostro a los 'hombres de iglesia' protagonistas de la tentación por pensamiento, acción y/u omisión.
¿No lo ven Uds.? ¿O es que están tan enredados en las tentaciones que no perciben, que no sienten, que no disciernen que se trata de tentaciones, que son las tentaciones de entonces, de ayer, de siempre?
Evígila super nos, ætérne Salvátor,
ne nos apprehéndat cállidus tentátor,
quia tu nobis factus es sempitérnus adiútor.
Vela sobre nosotros, Salvador eterno;
sé tú nuestro protector,
que no nos sorprenda el tentador astuto.
+T.
Disiento en muchas cosas de su blog, pero razona Usted muy bien y no dejo de aprender y acercarme progresivamente a sus postulados. Gracias por su criterio!
ResponderEliminarInteresante. Gracias!
ResponderEliminarSí, muy bien expuesto. Al final dice usted: “Hoy mismo, la Iglesia está expuesta, tentada por las tentaciones de siempre”. No dice usted que lo de hoy puede ser especial, no como lo de siempre, porque es apreciable y sensible que la Iglesia, en su jerarquía especialmente y en todos sus miembros humanos en general, está cayendo hoy en todas las tentaciones (en las tres tentaciones que usted tan bien explica e interpreta) como nunca antes había sucedido, con sensación de que la caída podría ser irremisible si no fuera porque gracias a Dios el Evangelio nos dice que no será así. Y esto significa que vivimos tiempos especiales, previstos también en las Escrituras....
ResponderEliminar¿No habría forma de enviar a Roma estas reflexiones?
ResponderEliminarNo por nada en particular...
Excelente Padre y totalmente de acuerdo con todo. Creo que el fenómeno de que la mayoría no "se entere", radica en la debida falsa obediencia, que nos han inculcado. Otros, se darán cuenta pero no se querrán complicar la vida, ni perder sus privilegios, pues ya sabemos lo que les pasa a los que se atreven a alzar la voz.Muchas gracias Padre.
ResponderEliminarAssim trabalham os inimigis da Igreja
ResponderEliminarhttp://www.catholicculture.org/news/headlines/index.cfm?storyid=2
Genial la ilustración, Padre. ¿Sería tan amable de indicar referencias?
ResponderEliminarMe gustaría comentar algo, pero simplemente le leo y me regocijo en su verbo. Gracias, no se canse, no nos cansa.
La imagen que ilustra el post es un detalle de La Tentación, pintura de J. Kirk Richards.
ResponderEliminar¿De quién es la ilustración? Gracias
ResponderEliminarSí, es una obra del artista J. Kirk Richards, un joven (n. 1976) pintor mormón, formado en la Universidad Brigham Young, muy cotizado, con obras ya expuestas en varios museos de los USA.
ResponderEliminarUn mormón...A ver si se convierte, el buen hombre.