lunes, 20 de enero de 2014
Una imagen vale más que mil palabras
El cartel de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, ¿es una declaración de principios o una provocación pro-catárquica? Sea lo que sea, no es católico, ni tolerable para un católico con conciencia católica, consciente de su catolicismo: La Iglesia Católica es la Iglesia, no una porción entre porciones.
El fondo de la foto del cartel es un 'crismón' de piedra (bizantino o románico, no lo distingo bien). Entre las secciones que resultan de inscribir la cruz y la XP de Xpistós, han embutido ocho fotos con diversos personajes y escenas: El Papa Francisco, un monje, una celebración ortodoxa, un pastor luterano, una celebración de Taizé, una foto con dos jerarcas ortodoxos y dos anglicanos, un cura bautizando a un niño, y una foto del patriarca Kiril de Moscú.
¿Lectura de la secuencia de imágenes? La primera y más evidente es que todos (separados) forman una unidad en Cristo, siendo todos iguales y todo lo mismo. Lo cual es absolutamente falso.
La pregunta del cartel, el lema, una cita de San Pablo, se responde fácilmente: No, Cristo no está dividido, porque Cristo es indivisible. Incluso está definido en el Concilio de Calcedonia, en uno de de los 4 famosos adverbios cristológicos referidos a la única hipóstasis subsistente en dos naturalezas: Inseparabiliter, Inmutabiliter, Indivise et Inconfuse. Eso que se afirma y predica de lo divino y lo humano en la Persona de Cristo, se puede decir igualmente de la Iglesia.
La Iglesia es una, y es indivisible. ¿Qué sucede, entonces? Ha sucedido que en el transcurso de los siglos, por pecados y errores, ha habido cristianos que se han separado, segregándose de la única Iglesia instituida por Cristo, que es, y ha sido siempre, la Iglesia Católica.
El Papa Francisco, no es un primus inter pares: No tiene par, su ministerio es único, siendo cabeza visible y vicario de Cristo en la Iglesia. Su potestad no es por consenso de iguales sino por propia dignidad sacra vinculada, por institución del mismo Cristo, al ministerio del Apóstol San Pedro y sus sucesores en la sede de Roma.
El cartel es, pues, equívoco e induce a error. Igualmente, si la oración por la unidad no es una llamada al arrepentimiento y la reintegración de los separados en la única Iglesia, la oración también es equívoca y se presta a confusión.
Lo grave es que desde 1965 parece haberse institucionalizado el equívoco ecuménico.
¿Llegaremos a liberarnos de esa traba?
Veritatem facientes in caritate.
Parece que se nos olvida mucho tan fundamental sentencia...O que estamos tan ofuscados que ya no distinguimos la verdad. Y, encima, no sabemos conjugar verdad con caridad.
n.b. Dice todo esto un católico consciente que venera la santidad de la ortodoxia, que siente la gracia divina en las cantatas protestantes de Bach et alii, que se emociona con los signos santos de la presencia del Espíritu que sopla donde quiere, cuando quiere y a quien quiere. No obstante, en absoluto, todo lo susodicho.
Et orante pro unitate fidelium in Ecclesia Una Christi.
+T.