lunes, 28 de abril de 2014
Canonizaciones
Los Santos ya no suben a la gloria del Bernini. Porque - primeramente - los sanpietrini ya no montan el aparato de las antiguas canonizaciones. Porque - segundamente - la Fábbrica di San Pietro no tiene caudales para gastar dinerales en el montaje de las canonizaciones de todos los santos que se han canonizado en estos últimos años, desde la rebaja juanpablista de los procesos de canonización.
Cuando dejó de usarse el aparato de las antiguas canonizaciones, la gloria del Bernini se sustituyó por un cartelón montado sobre un tapiz y cubierto con un paño que se alzaba (¡arriba el telón!) en un determinado momento de la canonización. Los tapices se colgaban en los balcones de la loggia de la fachada, si la ceremonia se organiza en la plaza, o, cuando es dentro de la basílica, los cuelgan de las balaustradas de las capillas altas de las reliquias, en los machones de la cúpula. Ahora, ni se tapan ni se alza el velo, porque las imágenes de los nuevos santos están ya descubiertas, tal y como aparecían los dos retratos de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II, con un estridente fondo azul-magenta, contrastando con el rojo intenso del tabarro y el blanco de la sotana papal.
Los filipenses de la Chiesa Nuova conservan todavía la gran imagen pintada, como un enorme estandarte, que se usó cuando la canonización de San Felipe Neri, aquella memorabilísima canonización del 12 de Marzo de 1622 en la que Gregorio XV subió a los altares a un quinteto espléndido de la Comunión de los Santos: Teresa de Jesús, Ignacio de Loyola, Francisco Javier, Felipe Neri y (España entonces imperaba) Isidro Labrador.
Contra lo dicho al empezar, estos cinco magníficos no subieron a la gloria del Bernini, porque el portentoso altar de la Cátedra aun no se había construido y no había gloria (del Bernini). Conque la presentación de los nuevos Santos se hizo quasi como ahora, con telones pintados figurando a los canonizados.
Para los que no se hacen idea de cómo resplandecía un santo recién canonizado con su imagen expuesta en la gloria del Bernini (en el centro del resplandor, donde se ve la vidriera del Espíritu Santo entre ángeles y rayos de luz, todo en bronce berninesco), en este yutube con un breve reportaje de la beatificación de Inocencio XI ,se puede ver un poco de aquella brillante visión católica que ya no se ve: Pio XII beatifica a Inocencio XI. Y en este otro vídeo, con imágenes de la canonización de María Goretti, la primera que se celebró en el atrio de la Basílica, en la plaza, se puede ver cómo se descubre un tapiz con la imagen pintada de la nueva santa.
Cosas, detalles, circunstancias, formas.
Con diferencias que marcan conceptos, con la distancia que los conceptos marcan. Con todo eso que nos hace añorar con nostalgia la conciencia consciente de la gloria de la Iglesia, de la dignidad grave y majestuosa del Papa, de la solemnidad de los ritos celebrados todo ello sin entrar en contradicción ni incompatibilidad con la pobreza, o la humildad, o la sencillez. Sólo una conciencia desconcertada y endeble puede enredarse en tales fantasmas, que antes no había y hodierna die causan estragos y desfiguran todo. Compárese, simplemente, y véase.
Luego está lo de los santos y su santidad. Como se ha olvidado todo aquello que antes se sabía, los grados de santidad, las aureolas (p. ej.) y otras cosas sobre estas cosas, la gente, nuestros empobrecidos y desnutridos católicos, a veces no distinguen, cuando tanto conviene distinguir.
Al fin, de santos quien sabe es Dios, que es Quien los hace. La Iglesia sólo reconoce, y no engaña ni se engaña, porque es la Iglesia. Y es el Papa, aunque no se ponga tiara, como debiera, y no se revista con la majestad sagrada que le corresponde. Es el Papa; minimalista, filo-vulgar, des-solemnizado, pero es el Papa.
Me mueve a risa floja la devoción de quienes le encienden velas (es un decir) al Beato Urbano II (el de las Cruzadas) o a Santa Juana de Arco (que mataba ingleses) o a San Luis IXº (cruzado dos veces (y una calamidad para las Cruzadas)) pero les ponen pegas a Juan XXIII o a Juan Pablo II. Y no pongo más ejemplos estridentes porque témome que voy a escandalizar al beaterío hiper-pío que suele pasearse por ExOrbe.
Nótese que he citado a tres santos franceses, porque con los míos no me meto. Aunque en ExOrbe hemos contado la poca devoción que tengo a algunos de nuestro Santoral Hispano. Que sean santos no me obliga a ponerles cirios.
Ayer le aconsejé a un compadre que le pidiera a los dos nuevos recién canonizados, que, como son santos, tienen que trabajar para la Comunión de los Santos, y si está mandado amar a los enemigos y hacer el bien a los que nos odian, los Santos están obligados a todo eso con un grado de santidad como el que les pertenece y compete; conque, en lógica de santidad, deben favorecer a sus críticos no-devotos cuando les ruegan (¡ojo! que el encomendarse a ellos es necesario sine qua non).
Si Uds. no me entienden, no importa. Pero háganme caso, que les conviene.
+T.
Primero que nada gracias por el blog, llevo tiempo leyéndolo pero nunca había comentado.
ResponderEliminarNo le voy a negar que en el fondo cierta añoranza sí tengo... para un joven que busca vivir en la Iglesia Católica a veces nace esta pregunta ¿cómo sería...? y ciertamente nace un interés por ver ese tiempo que ahora nos parece mejor...
"ubi sunt qui ante nos in hoc mundo fuere?
Una pregunta:
¿sabe si el lienzo central que colgaba de la logia llevaba el escudo papal? No se distinguía bien desde la televisión...
En primer lugar gracias por el Blog, lo leo desde hace tiempo pero nunca había comentado.
ResponderEliminarCiertamente, para un joven católico como el que escribe, hay cierto anhelo o deseo de saber cómo sería esa belleza de la tradición de la Iglesia, o aquello de pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor, o preguntarse el "ubi sunt qui ante nos in hoc mundo fuere".
Pero a mí personalmente la canonización no me disgustó. Fue un día de fiesta para el orbe católico, y lejos de echar espumarajos como los que atacan a la Iglesia, para mí fue un día de fiesta.
Una pregunta, ¿el lienzo central que colgaba desde la logia llevaba el escudo papa? es que no se distinguía bien...
Saludos don Terzio. Yo, sinceramente, me siento feliz, básicamente porque hay dos nuevos santos en el santoral (es evidente que en el santoral no están todos los santos porque no se puede poner a toda la multitud celestial) que, además, fueron papas. Otra pequeña alegría que recibí fue el evangelio en griego (pequeñas cosas que le alegran a uno el día).
ResponderEliminarPor otro lado, creo que es de justicia señalar que hay ciertos santos que me huelen a chamusquina: Carlomagno y Federico Barbarroja, el emperador alemán, no el pirata sarraceno. Sí, los dos son santos de la Iglesia Católica y los dos reciben culto (no estoy loco, buscadlo).
En cuanto a los tres santos franceses, salgo en defensa de Sta. Juana de Arco (cualquier lucha contra los ingleses es bien recibida)y de San Luis de Francia (después de estudiar la historia de Francia, san Luis no es tan malo, es más, es ejemplar). Del tercero no digo nada porque no le conozco personalmente.
Y, para terminar (por fin), quiero hacer una pequeña apología de un gran santo, que por desgracia es poco conocido: San Fernando III, rey de Castilla y León, el mayor conquistador de la Reconquista, que, aparte de ser buen rey y militar (sólo hace falta estudiar todo lo que hizo durante su reinado), era un gran cristiano: misa diaria, oración diaria y gran hijo de la Virgen (si no, a leerse por qué es el patrón del gremio de sastrería).
Pues eso, saludos a todos los que se pasen y que se alegren de los nuevos santos en el santoral.
The canonisation was just for holy Frank the first, the other ones were allied, the real show began after the sad ceremony, splash on the crowd in the place, thumbs up, selfies, drinks with mate and a promise of a phone call.....we are we to judge? A neverending sadness, dear father Terzio. Shaun the sheep.
ResponderEliminarLa entrada no deja de mostrar cierta tristeza en el autor.
ResponderEliminarAtte,
Raúl G Col
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBuena entrada
ResponderEliminarSanta Juana de Arco no mataba ingleses. Aparte de su santidad personal, que por los documentos es incuestionable, su estado es de mártir. Martirizada en el nombre de la propia Iglesia por eclesiásticos malvados.
ResponderEliminarUna santa muy interesante para nuestros tiempos.
Luego, la tesis de la no infalibilidad de las canonizaciones puede sostenerse, como bien enseña Lambertini. Aunque sea una temeridad negar un decreto en concreto, lo temerario es norma en nuestros días.
En cuanto al problema de los recientes papas santos está bien expresado por las personas serias, más que por la vox populi. Un Papa santo vive las virtudes en grado heroico también en el ejercicio de sus funciones como Papa. La desistencia magisterial es un serio obstáculo. Pero bueno, no es tema de discuti aquí un decreto público de la Iglesia, sino de encauzar algo mejor la deprecativa y la apologética que le sigue.
ResponderEliminarEstimado Don Terzio me parece que Santa Juana de Arco no mataba ingleses, ella estaba con los soldados, dirigia los combates y portaba el estandarte. Las peliculas la muestran cortando las cabezas de los ingleses pero me parece que es falso.
ResponderEliminarRodrigo
En el vídeo de la beatificación de Inocencio XI dice con gran acierto la voz en off: «Las miradas de todos se concentran en la ascética figura del Supremo Pastor, que avanza en silla gestatoria...» Feliz, atinada y no casual la asociación entre pompa pontificia y ascesis personal.
ResponderEliminarY viceversa.
Mais ouí, mais ouí...La Pucelle no mataba ingleses en directo como Herr Adolf Hitler tampoco gaseaba judíos con sus manos.
ResponderEliminarJuana de Arco - además de matar ingleses - defendió los derechos de una inicua monarquía que causó más daño y pena a la Iglesia que ninguna otra.
Una santa de difícil justificación, salvo la oportunidad restablecer empatías con Francia después de tantos disgustos y reveses...en vez de mandar al cuerno a toute La France, que es lo que deberían haber hecho los Papas (Santos) en vez de tanto mariconear con 'la hija predilecta de la Iglesia'.
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Santa Juana no tiene la culpa de eso. Y ella no mataba ingleses,sino que obedecía a sus voces. Para entonces los ingleses estaban ya bastante corrompidos, como mostraría al poco el cisma aceptado sin rechistar por la práctica totalidad del clero y los fieles. De no haber sido por la Pucelle, el cisma anglicano se habría llevado media Francia.
ResponderEliminarEsas palabras no se entienden si no se considera que vienen de boca de un español.
ResponderEliminarHoy la cosa va de "santos de difícil justificación". Y ese asunto quebranta a cualquiera.
Miles, no te enzarzes, que te conozco.
ResponderEliminarJuana de Arco siempre fue más una causa nacional que una causa de santos.
Al fin queda como una figura de adorno pío, con no sé cuántos devotos (de verdad), una melancólica novelación de la historiografía católico-romántica y una rancia afición/fijación virtual entre los tradi-galos irreductibles (como Asterix).
Yo, la verdad, encuentro más patrióticamente canonizables a María Pita y Agustina de Aragón (que no oían voces).
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Estudie su vida y verá otra cosa muy distinta más allá del romanticismo del siglo XIX. Su ejemplo como mártir de la conciencia católica da para profundas reflexiones.
ResponderEliminarholy feank the first que mal suena ese holy, como que desentona ¿no?
ResponderEliminarSergio Bergman @sergiobergman
ResponderEliminarSeguir
Seguiremos fieles al camino que iniciara Juan XXIII, afirmara Pablo VI, profundizara Juan Pablo II y que hoy lidera nuestro Papa.
1:23 PM - 13 nov 2013
http://statveritasblog.blogspot.com.ar/2013/11/rabino-bergman-profeta-del-concilio.html
Don Terzio:
ResponderEliminarEn la Guerra de los Cien Años los malos eran los ingleses y los borgoñones. Me sorprende que usted sea partidario de ellos, quienes quemaron a Juana de Arco.
En cuanto a la monarquía francesa, no sé si Dios mismo la redujo a escombros, pero así quedó, sin posibilidad de que reviva en cabeza de alguno de los dos pretendientes posibles (Borbon-Anjou y Orleans), o del usurpador(Bonaparte).
Melitón.
¡Habéis visto que Francesco tenía cara de pepinillo avinagrado o de funeral?
ResponderEliminar¿Ingleses y borgoñones malos? ¿Franceses buenos? ¿Yo partidario? ...
ResponderEliminarNo te enteras, me parece.
Aquel mundo fue tan turbio como el Gilles de Rais, devoto compañero de armas de Juana y monstruo de perversión, todo junto y a la vez.
Tiene gracia hablar de 'buenos' y 'malos'.
...Jejejejejeje...
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¿es cierto lo de Gilles de Rais?
ResponderEliminarcreo que no es de obligada devocion, no?
ResponderEliminarpues eso...
santi
No me gusta contestar a 'Anónimos', pero sí, De Rais fue de los capitanes franceses más vinculados a Jeanne D'Arc. Creo recordar que organizó incluso una especie de comando-patrulla para liberarla, pero no lo consiguió.
ResponderEliminar'
Qué felicidad recordar que hay otras formas de ser y de vivir el pontificado. Y los que no se atreven a mirar al papa Pacelli, un gigante, al menos ahora pueden fijarse en su inmediato sucesor que no sería poco.
ResponderEliminarAl fin, es lo que nos pasa a muchos: que no queremos acostumbrarnos a la mediocridad imperante y menos en la vida de la Iglesia. A la falsedad de arremeter contra todo lo bello y hermoso en aras de un pauperismo exacerbado y falaz afirmamos que otra realidad y otro modo de hacer existe y ahora se propone como modelo. Otra cosa es lo que la extendida conciencia endeble y errada sepa entender y apreciar. Ese es el problema.
OT In UK the blog Protect the pope was closed by order of the Bishop of Lancaster.....the Holy(?) Inquisition strikes back. Beware.....
ResponderEliminarEstoy, don Terzio, esperando que dedique usted alguna entrada del blog a la manía que tiene SS Franciscus de llamar por teléfono a todo el mundo, incluso de dejar mensajes en el contestador en el que dice "¡Hola, soy el Papa Francisco!", que el otro día al escucharlo por televisión -la noticia era que había dejado tal mensaje en el contestador de un convento de monjas- me dio la risa floja. Esta la cosa muy mal oiga, ¿eh?
ResponderEliminarJavierre