Tener seis horas declarando ante un juez a una Infanta de España, es una clamorosa proclama anti-monárquica perpetrada con muy intencionada pre-determinación. Haber hecho de eso un espectáculo para la plebe, es un crímen de lesa monarquía. Solazarse en el caso entendiéndolo como un acto de justicia democrático-igualitaria, es una mezquindad que, además de dejar insatisfecho a los que exigen satisfacción, les define muy desfavorablemente, según el perfil del populacho más común.
Uno imagina que si los perros no estuvieran sujetos, la escena podría concluir como un remake del linchamiento de la Princesa de Lamballe, o incluso peor. Episodios como el indecente asalto del otro día al Cardenal Rouco no son sino avisos, catas del nivel inmoral de los 'indignados' radicalizados (con o sin tricolor).
No profeso conceptos democráticos; respecto a la justicia legal del sistema, menos. Una atávica conciencia/convicción estamental (no del todo definida) me induce a referir a cada uno a sus coordenadas. Si la hija del rey infringe la ley, que la juzgue y la castigue el rey, o quien ostente esa competencia, sin salir de su estamento. Sobre el juicio de clérigos mantengo lo mismo, tal cual Becket, prácticamente. Y lo propio respecto a los militares (quizá quienes han podido conservar más la justicia interna). Los gremios también tuvieron antaño su justicia particular, y funcionaban muy bien.
De esto que digo, no intento convencer. Pero sólo soporto con reluctancia las opiniones contrarias.
Lo que me resulta más chocante es ver entre los que claman justicia popular para/contra la Infanta a quienes presumen de cabal españolismo con blasonería de rancia tradición, gules, azur, lises, castillos, barras, leones rampantes, plus-ultra, yugos y flechas. He dicho chocante y quizá debí poner repugnante.
Y esta es mi opinión (que contiene otros particulares y matices que no cuento, por pereza, por desgana).
Obviamente, soy consciente de que mi opinión no es popular, ni democrática, ni políticamente correcta.
...Gracias a Dios.
+T.
Estimado Don Terzio,
ResponderEliminarComparto sustancialmente su opinión.
Pero a mi corto conocimiento, la Infanta, antes de dejarse juzgar -imputar, de momento- por la justicia común, y en vista de los antecedentes -oscuros, aunque queramos ser benévolos y bien pensantes-, habría debido hacer hace mucho tiempo un acto voluntario, ostensible e inequívoco de apartamiento de la Familia Real. Para dañar a ésta lo menos posible, y dar la menor posible satisfacción a sus enemigos, que lo son también de España en su mayoría.
Plenamente de acuerdo, mas cuando el delito cometido rebaja el estamento al que se pertenece por reflejar los vicios de un estamento inferior, esto es, la codicia y la avaricia más desaforadas y vulgares, que no es vicio propio de reyes, sino de burgueses y del populacho, ¿entonces?
ResponderEliminarEntonces es que vemos el error de amparar matrimonios desiguales para congraciarse a los ojos del mismo populacho que después increpa y vocifera, afila la cuchilla y tensa el nudo de la soga.
Y entonces, aunque ya demasiado tarde, se comprende que los que exigen el tratamiento apropiado a su estamento han dejado de comportarse como tales, y con ello , perdido todo su derecho a ser tratados como lo mismo.
Juanes
Es la misma persecución que le están haciendo a los militares en Argentina.
ResponderEliminarYo no he dicho ni una sola palabra sobre el "show" nacional que nos tienen montados los medios, que conste. Que haya que acabar con la monarquía en España, como necesidad nacional, moral, imperativa, católica e higiénica-mental-espiritual, no tiene nada que ver con el show pesado y aburrido que nos tienen montados los medios del sistema masónico-monárquico-democrático imperante, que conste.
ResponderEliminarArriba España.
Si la actual Monarquía española ha hecho bandera de la Democracia liberal, sólo por coherencia, tiene que asumir todos los principios democráticos, entre los que sobresale la igualdad ante la Ley.
ResponderEliminarPor lo demás, yo también soy monárquico, pero no tan dinástico como el estimado blogger. Mi concepción de la monarquía se ajusta mucho más a la expresada por D. Blas Piñar (q. s. G. g) en el siguiente vídeo:
http://www.youtube.com/watch?v=aYHrMyDg1Nk
José M.
ResponderEliminarCoincido con Don Terzio.
Y conviene matizar:
1) Los dos delitos que se le imputan son delitos “sintéticos”, de nuevo cuño, muy alejados de lo que tradicionalmente se ha entendido que debía abarcar el Derecho Penal. El delito fiscal fue por primera vez delito en España en el 1977 y el blanqueo al inicio de los años noventa. Hasta la tipificación como delito estos ilícitos tenían una connotación meramente civil (por ejemplo devolver lo sustraído y pagar multa) sin amenaza de cárcel.
2) Con el denostado Caudillo las conductas que ahora amenazan a la Infanta eran atípicas penalmente.
3) Es más, lo que ha hecho la Infanta lo hacen miles de empresarios (por ejemplo cargar a la visa de la empresa gastos privados) y ninguno de ellos se ha encontrado con un juez tan “creativo” a la hora de ver delitos.
4) Ergo no estamos hablando del “tempranillo” ni de un asesino.
5) No obstante, a la pobre infanta le están dando la medicina que ellos mismo han propuesto desde el 1975. La monarquía ha estimulado una democracia liberal y populista, de “iguales”, tendente a criminalizar toda mala conducta económica (lo cual es jugar con fuego, como ahora ellos mismos están viendo) y ahora los monstruos que han creado (populacho) piden venganza.
6) Demuestra una sociedad que ha perdido el sentido de la misericordia. Aun aceptando que no haya sido lo más correcto, el deseo de linchamiento refleja una sociedad sin Dios.
Con lo cual me da asco y pena todo lo que veo. Parecen las purgas estalinistas en las que nadie está a salvo.
Evadir dinero al fisco lo hace todo el que puede, todo lo que puede. Y con lo que nos saquean hoy día, prácticamente no queda más remedio. Mucha hipocresía, como siempre. Y el maldito morbo que eso sí que es una plaga nacional.
ResponderEliminar¿En España también los saquean con los impuestos? en Argentina son confiscatorios directamente. La nafta sin ir mas lejos cada cien pesos que cargues, sesenta pesos son impuestos.
ResponderEliminarEs todo un asco, sin duda, y muy triste. Pero... (y pido disculpas), ¿una Monarquía constitucional? ¿qué es eso? Se lo han buscado....¿Cómo era aquello de "Oh, qué buen vasallo si tuviera buen señor!"?
ResponderEliminarLa monarquía tradicional corresponde al ser profundo de nuestra patria. Los reyes pasan y la institución permanece como garantía de la continuidad de la nación y de los valores inmutables. Que Dios nos conceda pronto una verdadera monarquía católica. La única posible.
ResponderEliminarLa monarquía tradicional es la que corresponde al ser profundo de nuestra patria. Vivimos una impostura irreal de ahí todos los males. El cambio dinástico está pendiente y ya urge.
ResponderEliminarhttp://diariopregon.blogspot.com.ar/2014/02/martinez-yebra-rima-con-culebra.html
ResponderEliminarTodas las señoras de bien confían en sus maridos en los asuntos económicos y eso lo sabe el Juez inicuo. Ninguna le pide cuentas a su marido ni le pregunta -menos aún si su marido es un Duque que con toda razón ella supone dotado de fondos suficientes para mantener la familia- cuales son sus negocios. Si el marido resulta un ladrón de guante blanco, la señora sufrirá dolor y pobreza cuando lo compruebe, pero jamás podrá ser acusada de haber participado en el latrocinio. A no ser que un resentido republicano, que odia la monarquía, (ovacionado por la plebe como informa la "culebra" en la misma pag. 4) resuelva procesarla y someterla a una verdadera "inquisición" laica con toda la prensa como fiscal acusadora y todos los cobardes, "ex hidalgos" de España, como silencioso e inmóviles testigos de la perfidia.