Lo de esta mañana - vengo al caso - como ya pasó con otras, no ha sido fácil tampoco de digerir:
"...Cuando en el pueblo de Dios no hay profecía, el vacío que deja es ocupado por el clericalismo: es ese clericalismo que le pregunta a Jesús: ‘¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Con qué legalidad?’. Y la memoria de la promesa y la esperanza de seguir hacia delante se ven educidas solo al presente, ni pasado ni futuro esperanzador. El presente es legal: si eres legal vas hacia delante (...)
Pero cuando reina el legalismo, la Palabra de Dios no está y el pueblo de Dios que cree, llora en su corazón, porque no encuentra al Señor: les falta la profecía. Llora como lloraba la mamá Ana, la mamá de Samuel, pidiendo la fecundidad del pueblo, la fecundidad que viene de la fuerza de Dios, cuando Él despierta la memoria de su promesa y nos empuja hacia el futuro, con la esperanza. ¡Este es el profeta! Este es el hombre del ojo penetrante que escucha las palabras de Dios..."
Hago notar la peregrina aparición en el discurso de Ana, la madre de Samuel, que no me explico a qué venía. Por eso me pregunto si no confunde (¡¡!!) a Samuel con Balaám, ''el de los ojos hermosos, que contempla visiones en éxtasis, con los ojos abiertos..." etc. Porque es la profecía de Balaám (el episodio del Nm 23-24) la que se leyó en la primera lectura de la Misa; de Samuel y su mamá, nada.
En fin, resumiendo, digamos que todo así, confuso, revuelto, como todo lo demás. Pero dijo más, para cerrar la memorable 'marta-homilía':
"...Que nuestra oración en estos días, en los que nos preparamos para la Natividad del Señor sea: ‘Señor, ¡que no falten los profetas en tu pueblo!’. Todos los bautizados somos profetas. ‘Señor, ¡que no nos olvidemos de tu promesa! ¡Que no nos cansemos de seguir hacia delante! ¡Que no nos encerremos en la legalidad que cierran puertas! Señor, libera a tu pueblo del espíritu del clericalismo y ayúdalo con el espíritu de profecía’..."
Sorry much, sorry much, sorry muchísimo: Yo rezaré para que no nos falte un Papa, que enseñe doctrina clara, que exponga el dogma, que proclame el credo católico, que sea muy papal, muy pontifical, muy sacerdotal. Pediré - como pido todos los días - por el clero, para que sea y se reconozca clero-clero, con intenso espíritu de clericalidad. Y, más que para adelante, pediré que no nos cansemos de subir, de ir arriba.
Y si me da el punto y me invade el espíritu profético, hasta lo cantaré-bailaré con la sotana puesta al son y al ritmo de La Bamba: "...Arriba, arriba, arriba iréeeeee..."
Total, si desvaría la cabeza, entiendo que a los que estamos bajo su cabeza se nos permite un píccolo margen de desvarío, también.
¡Qué Adviento más apasionante (y profético) vivimos este 2013!
+T.
"¡Qué Adviento más apasionante " Yo diría que para alquilar balcones.
ResponderEliminarAunque hablando en serio, yo no me puedo olvidar de la Pascua "tan apasionante" que vivimos apenas ungido "papa"....
A Schillebeeckx, que se quejaba de un texto demasiado conservador, le respondieron que se habían expresado de forma diplomática, pero que después del Concilio sacarían de él las conclusiones implícitas.
ResponderEliminarLos textos eran simplemente ambiguos, y constituían verdaderas bombas de tiempo.
Las tres bombas más importantes de nuestros pirotécnicos modernistas corresponden perfectamente a la trilogía revolucionaria:
Libertad, Igualdad, Fraternidad.
Hemos hablado bastante del ecumenismo, el equivalente conciliar de la fraternidad revolucionaria.
Falta hablar de los debates sobre la libertad religiosa y la colegialidad.
La libertad religiosa, tratada en la declaración Dignitatis humanæ, provocó debates apasionados desde antes del Concilio.
El cardenal Ottaviani, perro guardiánde la fe, defendía la libertad de la religión católica, que se ve obligada, según las circunstancias, a tolerar el error.
El cardenal Bea, al contrario, hablaba de la libertad de las religiones, y concedía por principio la libertad a todos los cultos, tanto en público como en privado.
Eso significaba reconocer el derecho al error y al vicio, según el sueño americano del padre Murray, condenado por el Santo Oficio antes de triunfar en el Concilio.
El carácter absurdo de semejante derecho es flagrante en la intervención de monseñor Wojtyla:
«Hay que aceptar el peligro del error.
No se abraza la verdad sin tener alguna experiencia del error.
Es necesario hablar, pues, del derecho de buscar y equivocarse.
Exijo la libertad para conquistar la verdad»
página 215
referencia 1
Citado por el
Boletín del centro de documentación del Gran Oriente de Francia
, número 48, noviembre de1964, en Savoir II, p. 69
http://es.scribd.com/doc/36417943/Cien-anos-de-Modernismo-Padre-Dominique-Bourmaud
Libertad = libertad religiosa
igualdad = colegialidad
Fraternidad = ecumenismo
la cabeza hacer rato que está desvariada
Ojo con tomarselo a guasa gaditana, Bergoglio se ha cargado en poco mas de ocho meses el papado, no está nada mal para una instituciòn que tiene mas de dos mil años. El "papa de la ternura", como le llama algùn cursi profesional, tiene mas peligro que Mc Giver en una ferreterìa. Nonos ha caido ná....
ResponderEliminar@oap
Estimado: esto es Bergoglio en estado puro. El espíritu de los profetas, de denuncia al mundo y sus fornicaciones, no lo tiene. Detenta el poder y la legalidad para aplastar al verdadero espíritu profético, el de Elías, Isaías y Oseas, todos ellos, dicho sea de paso, profetas de desgracias.
ResponderEliminarAlgunos hay que se ven cargados de frutos, pero van errados porque no miran adelante, sino atrás. Y siembran discordias, porque molestan a los que quisieran mirar sólo adelante, al futuro esperanzador al que mira toda la Iglesia aguardando los frutos cuajados. A esos que se alegran falsamente en los frutos que recogen al margen de los tiempos hermosos que vivimos... le aplicaremos la legalidad.
ResponderEliminarCon el Papa Benedicto, cuanto más vueltas dabas a sus palabras, más luz desprendían. Eran -y son- como brasas, que al soplar sobre ellas, arrebatan en llama viva.
ResponderEliminarPero con nuestro santo Padre, Francisco, parece que es al revés: la necesidad de explicarlo todo -para no hacerlele decir disparates- hace que esos fuegos de artificio que encandilan a los pequeños (y escandalizan?) se queden en brasas frías, oídas, quizá revenidas y sí, muy anticuadas...
Profetismo frente a clericalismo... muy típico todo de una dialéctica de antes de anoche.
Veni, Veni Domine!
Eduardo Guzmán
¿No estaría S.S. mejor que en Roma firmando nombramientos y decretos, parloteando en alguna lejana periferia, al servicio de una ONG -piadosa, claro- ?
ResponderEliminarSugiero una lectura comparada de esta homilía con el siguiente texto de Ratzinger:
ResponderEliminar"Una serie de objeciones críticas contra la doctrina y la praxis de la Iglesia concierne a problemas de carácter pastoral. Se dice, por ejemplo, que el lenguaje de los documentos eclesiales sería demasiado legalista, que la dureza de la ley prevalecería sobre la comprensión hacia situaciones humanas dramáticas. El hombre de hoy no podría comprender ese lenguaje. Mientras Jesús habría atendido a las necesidades de todos los hombres, sobre todo de los marginados de la sociedad, la Iglesia, por el contrario, se mostraría más bien como juez, que excluye de los Sacramentos y de ciertas funciones públicas a personas heridas. [...] Si en el pasado a veces la caridad quizá no resplandecía suficientemente al presentar la verdad, hoy en día, en cambio, el gran peligro es callar o comprometer la verdad en nombre de la caridad."
Bravo!
Viva la hermenéutica de la continuidad, la del "como lo pienso lo digo", y la del fuego cruzado!
Y ahora, quedando a la espera de los ejercicios de gimnasia mental de los que nos explicarán que no pasa nada, sino que todo va "as usual", el profeta que esto escribe va a fumarse un buen habano, a la salud del nuevo "anticlericalismo" de sotana blanca, del que aún esperamos tantas alegrías, y tantos días gloriosos.
Saludos cordiales.
Lo preocupante, lo terrible, es que el éxito de la prédica de Su Santidad reside en decir exactamente lo que el "mundo" quiere oir. Se obtiene raiting, la tapa de Times, que las más tenebrosas asociaciones internacionales anticatólicas lo miren con cariño. Pero, al paso que vamos,¿quedará Fe en el mundo cuando nuestro Señor vuelva?...
ResponderEliminarSergio Bergman @sergiobergman
ResponderEliminarSeguir
Seguiremos fieles al camino que iniciara Juan XXIII, afirmara Pablo VI, profundizara Juan Pablo II y que hoy lidera nuestro Papa.
1:23 PM - 13 nov 2013
TWITER DEL HERMANITO MAYOR DE WOITGUA
¿"oxímoron pontificio"? Pues empezamos bien, je! Un día de estos, páter, le van a hacer una oferta que no podrá rechazar, jejeje! Le van a mandar ¡a las periferias! Y no precisamente a las existenciales. Y luego hablamos de su "peregrina aparición", jejeje, (como la de mamá de Samuel) en, pongamos, Nueva Zelanda. Su genialidad escribiendo, y atizando mandobles virtuales no tiene límites. Ojalá estas entradas se leyeran en Santa Marta como contrapunto inteligente a los "sermoncetes" de Su supuesta Santidad. Dudo de que haya un arma más poderosa que la risa para desarmar (valga la redundancia) al "enemigo".
ResponderEliminarY, si va cargadita de la profundidad que subyace a sus palabras, páter... Enseñar y aprender disfrutando es algo muy difícil de conseguir. Es usted un maestro, con un arte que no se puede aguantar. Mi enhorabuena más sincera.
(Que Dios nos dé fuerzas para no terminar sucumbiendo al diván mental del porteño. -Semper salva reverentia, of course-, je, je! Pero, si la cabeza desvaría... Vivámoslo con pasión, sí!).