lunes, 2 de abril de 2012
Tarde y corta: La censura de Torres Quiroga
La recien pubicada nota de la Conferencia Episcopal Española, Comisión de Doctrina de la fe, Notificación sobre algunas obras del Prof. Andrés Torres Queiruga, llega tarde y es insuficiente.
1. Tarde, porque el mal ya está hecho, Torres es un viejo profesor con muchos años de docencia y muchas publicaciones, mucha gente que le ha leído y muchos alumnos (entre ellos muchos sacerdotes, religiosos y monjas) que han sido infectados por su mala doctrina no-católica
2. Insuficiente porque no impone censuras canónicas al autor en cuestión, sobre el que se espera, a estas alturas, que "... siga clarificando su pensamiento y lo ponga en plena consonancia con la tradición de fe autorizadamente enseñada por el Magisterio de la Iglesia." (ver final de la
nota).
Item más: Es insuficiente porque no dilucida la verdadera cuestión en este caso de Torres Quiroga y otros pseudo-teólogos de su estilo: ¿Es o no es cristiano? Porque que no es católico, queda claro apenas se asoma uno a alguna de sus obras, cuyas exposiciones del dogma y la doctrina son parciales, insuficientes o extrañas según el cánon del Credo Catolico. Que ha dejado de ser católico, que sus obras no son doctrina católica, ya lo sabemos. Lo que dudamos es de que se mantega todavía cristiano: ¿Cree y confiesa el dogma de la Trinidad? ¿Cree y confiesa la Encarnación del Verbo según la fe católica apostólica? ¿Cree y confiesa todos y cada uno de los artículos del Credo niceno-constantinopolitano?
De pasada, diré que denota un sumo mal gusto quien se haya tragado un libro de Torres Quiroga, cuyas deficiencias doctrinales van parejas con una pesada y mal digerible exposición, que repite lo que corre (desgraciadamente) por otras tantas obras de otros tantos como él: Un autor provinciano, poco o nada interesante, que no aporta nada bueno y repite mucho malo.
Por lo demás, el valor efectivo de la nota de nuestra CEE queda en un suspenso indefinido, sin consecuencias para el examinado: ¿Se le prohibe la enseñanza, las publicaciones, la intervención en foros y eventos católicos? ¿Se le impone alguna censura canónica en cuanto sacerdote ordenado?
¿Se manda a a los fieles católicos que dejen de adquirir y leer las obras de Torres Quiroga, advirtiéndoles claramente de los errores que contienen y del pecado contra la fe que cometen si las reciben, comparten y/o contribuyen a su difusión? ¿Se les prohibe a las editoriales y librerías reconocidas como católicas la edición, distribución y venta de los libros del susodicho?
Es que si no, la nota se queda en un ejercicio sin consecuencias prácticas, un mero toque de clarín, un aviso en la plaza.
p.s. Por cierto que al leer algunas partes de la nota de la C.D.F de la CEE se me han venido a la mente, como flashses, algunas imágenes equívocas del más alto nivel: El beato JP2º besando el corán, los escenarios de Asís 1, 2 y 3, y otras instantáneas, passim, todas confundentes, de las que se pueden sobreetender doctrinas como las que enseña Torres Quiroga más extremamente, sin duda. Pero de aquellos polvos estos lodos (¿o al revés?).
+T.