No es porque estemos acabando el carnaval y quiera poner un punto de astracanada en Ex Orbe, no es eso. Lo que pasa es que la realidad se impone y supera a la ficción más descabellada.
Porque ¿quién se imagina a un obispo con mitra y báculo pregonando loores de una cupletista? ¿Se imaginan Uds. a Monseñor Richard o a Monseñor Dubois, Arzobispos de París, echando flores a La Goulue o a la Mistinguette? ¿Se figuran Uds. al Cardenal Pla y Deniel ponderando las gracias de La Chelito, o a Don Casimiro Morcillo echándole flores a Celia Gámez?
Pues eso, mutatis mutandis, es lo que acaba de hacer el Sr. Arzobispo de Oviedo, que ha sacado una pastoral-panegírico dedicada a Whitney Houston, que se ha muerto. Pero que se ha muerto ahogada en su bañera hasta las cejas de barbitúricos, parece ser, como Marilyn Monroe, o por el estilo.
Así como La Goloue, La Mistinguette, La Chelito y Celia Gámez sé, poco más o menos, quienes son, de Whitney Houston no sabía si era cantante, actríz de cine, modelo u otra especie por el estilo. Y digo esto no para enseñar lo desconectado que estoy del mundo y sus pompas, sino para dar cuenta de lo atrasado que me he quedado, que identifico a Manolín Monroe (así la llama la madre de mi amigo Ca) pero no tengo pajolera idea de quien fuera la Withney Houston, la pobre. Je suís absolutement demodée.
Pero el Arzobispo de Oviedo no, como se demuestra. Él, en titulares de un periódico de la siniestra, es "El prelado que oía canciones de amor". Y el titular lleva implícita la ironía y el pitorreo con que un medio izquierdoso suele rellenar una noticia como esta, que se presta tanto a la guasa de los incrédulos, siempre dispuestos.
Item más, para desconcierto mayor y perplejidad general de los afectados, el informativo Zenit (fuente que se pondera católica recomendada), traía también en su boletín la felíz noticia: El arzobispo de Oviedo dedica su carta pastoral a Whitney Houston "...una voz admirable y enmudecida"
Por supuesto, el contenido de la pastoral no es absoluto sino de estilo 'a propósito-ya-que'; incluso contiene cierto memento mori con nota de postrimerías y fúnebre reflexión. Bien. Vale. Lo que no me vale es, precisamente, el personaje y sus circunstancias en la boca y la pluma de un obispo, como tema de una pastoral.
El párrafo final concluye:
"...La cantante Houston se preguntaba en una canción ¿cómo podría conocer? (How Will I Know), y esto es lo que a tientas ha ido buscando de tumbo en tumbo. Pero hay Alguien más grande que nuestras torpezas o extravíos que nos conoce y que sale a nuestro encuentro. Es el Amor más grande de todos (Greatest Love Of All), como ella también cantó. Ella corrió hacia Él (Run to You) a pesar de sus notas fallidas. Su concierto eterno ha comenzado. Descanse en paz. Recibid mi afecto y mi bendición."
Recibido queda, muchas gracias, orondo, redondo y mofletudo Don Jesús Sanz Montes, fray Jesús, Su Excelencia Reverendísima, que se merece usted un cartel de Tolulouse Lautrec. Pero cónstele que con sus afectos y bendiciones también recibimos sus confusas y equívocas valoraciones, que parecen decir que la cantante, cuya muerte lamenta y cuya figura alaba, ha subido de un golpe al Celeste Empíreo, sin solución de continuidad, por sus suficientes méritos como artista y su desafortunada mala vida como víctima de sus circunstancias.
Vamos, que parece que la pone usted como modelo, poco más o menos, y a pesar de sus pesares.
O tempora o mores!
Estando la célebre Louise Weber 'La Goulue' en su lecho de muerte, avisaron a un cura, para que la confesara. Cuando el sacerdote se acercó a la moribunda, cuentan que con un hilo de voz, angustiada, le dijo: - Padre, ¿Dios me perdonará? ¡soy La Goulue! Pero ni por esta escena, tan conmovedora, tan arrepentida, ningún obispo le dedicó una pastoral. Eran otros tiempos, semejantes en pecado, con personajes parecidos e historias paralelas, pero eran otros tiempos y había otros obispos.
Cuando algunos dicen que la crisis de la Iglesia es de obispos y por causa de los obispos, tienen razón, toda la razón : Obispos tan empapados de 'aggiornamento' que parece que han perdido el sentido común referencial que se les presume (y el sentido católico, también).
O quizá es que nunca lo tuvieron.
+T.