Que un electricista rebotado por ser despedido robe el Códice Calixtino y no sólo eso sino otras obras únicas del patrimonio (¿habían sido denunciadas o percibidas que faltaban?) compinchado con su familia para el ocultamiento sólo pasa en la astracanada en que hemos convertido a España. Pero si al Papa es el mayordomo el que le birlaba las cartas, pues que menos que aquí sea el electricista.
Y para condimento del público ese dineral y las cartas de los canónigos que ya proclaman como una extorsión pagada en parte.
Comparen con otras maravillas que siguen desaparecidas:
La cruz de Caravaca. Al menos se sospecha que fue obra del odio a la fe propio de los anticlericales.
La imagen de Santa María de la Cabeza, escondida a conciencia por el capitán Cortés, defensor y héroe del Santuario durante el asedio de las hordas marxistas, para evitar su profanación.
Pero Santiago es más milagrero y no podía sino poner fin a este rocambolesco episodio. Para algo es el patrón. Recémosle para que quede ahí.
Que un electricista rebotado por ser despedido robe el Códice Calixtino y no sólo eso sino otras obras únicas del patrimonio (¿habían sido denunciadas o percibidas que faltaban?) compinchado con su familia para el ocultamiento sólo pasa en la astracanada en que hemos convertido a España. Pero si al Papa es el mayordomo el que le birlaba las cartas, pues que menos que aquí sea el electricista.
ResponderEliminarY para condimento del público ese dineral y las cartas de los canónigos que ya proclaman como una extorsión pagada en parte.
Comparen con otras maravillas que siguen desaparecidas:
La cruz de Caravaca. Al menos se sospecha que fue obra del odio a la fe propio de los anticlericales.
La imagen de Santa María de la Cabeza, escondida a conciencia por el capitán Cortés, defensor y héroe del Santuario durante el asedio de las hordas marxistas, para evitar su profanación.
Pero Santiago es más milagrero y no podía sino poner fin a este rocambolesco episodio. Para algo es el patrón. Recémosle para que quede ahí.