Primum vívere deinde philosophari, es decir - ya avisé - primero la Novena y luego lo demás, si cabe. En este caso pongo primero la devoción, porque para mí es obligación. El Evangelio de Santa Marta, que antiguamente se rezaba como Evangelio de la Misa de la Asunción, expresa lo mismo, así lo entiendo yo: - "...Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas. Sin embargo, una sola es necesaria. María escogió para sí la mejor parte, que no le será quitada." Lc 10 38-42
¿Digo, entonces, que la JMJ madrileña ha sido inquietud y agitación? Yes, of course. Alguno habrá que lo haya entendido como contemplación y extásis arrobado, alguno habrá. Al que tal piense yo le solicitaría que aclare y defina conceptos, y que explique si movilización es quietud, sin juegos de palabras, sin fáciles oximorones ad casum.
Exceptuando al Papa Benedicto y a sus contenidos y discretos ceremonieros, la JMJ ha sido un católico estruendo, una católica agitación, un clamoroso encuentro. ¿Necesario? Yo diría que sí en cuanto la represión planificada de la fe católica tiene que compensarse para que no parezca que los malos nos han barrido. En el Madrid del hundimiento de Zp, la ideologia anticatólica del psoe y su piara ha sido arrastrada, arrollada, vencida y desarmada por la ola juvenil que vitoreaba con entusiasmo incansable a la Cabeza Visible de la Iglesia, que es el Papa. Bien por el entusiasmo, por este entusiasmo que tapa con un millón de voces limpias la boca blasfema del insolente encanallado. Bien, muy bien.
Pero el bien que reconozco no es el total. Quiero decir que el saldo positivo que se debe hacer y mostrar ad extra (y es justo y necesario, porque es verdadero), no es el suma y sigue con addenda et corrigenda para uso interno, para regimiento y corregimiento ad intra, para los de casa.
No hablaré de decepciones ni criticaré detalles, que ojos tenemos todos, y oídos, y si no somos capaces de discernir por cuenta propia poco valdrá la cuenta ajena. Cosas que podrían haber sido de otra manera, mejorías patentes, escenas prescindibles, instantáneas chocantes. Etcéteras (sic).
Aun a riesgo de exposición imprudente, comento (de paso) el malestar que sufrí cada vez que tuve que ver al monsignorino de la Secretaría de Estado sentado entre el Papa y el personaje de turno; un fantasma, un espectro que desarma las mejores prospectivas que pudieran ser y confirma las peores ruindades curialescas de ayer, de hoy, de siempre. Inquietante el personajillo de filetata y fajín paonazzo, inquietante currículum, inquietante presencia y emergencia (de 'emerger').
En la historia del Papado se podría hacer balance de muchos pontificados invirtiendo la sentencia del Cantar de Mio Cid '¡Dios que buen vasallo / si oviesse buen señor!' ; muchos que se han malogrado no por falta de buenas intenciones sino por abundancia de pésimos y/o pervertidos auxiliares y/o colaboradores. Si me explico. Del resto del séquito no sé; quiero decir que no sé más de lo corriente, muy eminentísimos, excelentísimos, ilustrísimos y reverendísimos míos, que Dios guarde.
Permítome, contra lo dicho, otro personal excursus, un apunte sobre la decepción del macro Via-Crucis, tan mal trazado en las estaciones, tan kitsch-postmoderno en los dosel-stands de feria que desfiguraban los pasos de misterio, tan falto de rezos para el pueblo (¡ni un Padrenuestro por estación, ni un Avemaría por casualidad, ni un Gloriapatri siquiera), tan variopinto en música y coro (incluyendo el toque efectista de la saeta mal cantada), tan monjil-tópico-juanpablista en los comentarios churris de mis Hermanas de la Cruz (cada vez más vistas después de casi un siglo de fecundo y santo anonimato, demasiado en escena cuando lo suyo nunca ha sido aparecer).
Mis provincianos cofrades imaginaron que el Papa se iba a detener media hora delante de sus Santos Simulacros, con latines e incienso a espuertas, cuando el Papa en papamovil pasó por delante como el Mister Marshall de Berlanga. Todavía con la resaca de la decepción, hoy cuenta el suplemento cofradiero del ABC de Sevilla la anécdota de 3ª clase del cuadrito que regalaron al Papa (un mediocre 'óleo cofradiero', un jeroglífico que entendemos los sevillanos y que hay que explicar a los extraños porque si no no saben qué están viendo, dicho sea de paso); el Papa mandó por medio de uno de los del séquito un rosario de nácar y filigrana para la imagen de la Virgen, que recogió el capellán de la Hermandad en el cenit de mayor aproximación que se le permitió (de mano en mano capellán/monseñor de guardia). Y no hubo más, salvo la quasi-carrera oficial por el centro de la capital. Algo es algo.
En fin, que esto no pretendió ser cronica, que no lo pensé así, sino mera continuación del blog y sus articuletes, post-JMJ. Y doy gracias a Dios por no haber habido desgracias. Y doy gracias a Dios porque ya pasó.
Pero como nuestros fantasmas van con nosotros, inseparables, ayer noche, en cuanto abrí el correo-mail acumulado, lo primero que me encuentro es un mail-entusiasta de una estimada amiga-entusiasmada con este entusiástico notición:
¡¡¡ La JMJ, candidata al Premio Príncipe de Asturias !!!
Y no me extrañaría que algún pazguato de esos de los youtubes y demás cuchufletas también mande solicitud para el Nóbel de la Paz, total, ya puestos...
E cosí vía.
p.s. Por cierto, que como hoy es San Agustín, acompañe esta cita a lo dicho, para ilustración de intenciones (e incremento del berrinche de los discrepantes, incordiantes y demás panda indeseable, passim):
"Habent enim et spinae flores: quaedam vero videntur aspera, videntur truculenta; sed fiunt ad disciplinam dictante caritate. Semel ergo breve praeceptum tibi praecipitur: Dilige, et quod vis fac: sive taceas, dilectione taceas; sive clames, dilectione clames; sive emendes, dilectione emendes; sive parcas, dilectione parcas: radix sit intus dilectionis, non potest de ista radice nisi bonum existere.(S. Agustinus, In Epistolam Ioannis ad Parthos Tractatus Decem, hom. 7ª)"
+T.