A la parábola del siervo fiel y el infiel (Mt 24, 45 y ss.) sigue la de las Diez Vírgenes (Mt 25 1-13), que también trata de la diligencia y la vigilancia, con significado escatológico: "El Reino de los Cielos se parecerá a diez vírgenes, las cuales, tomadas sus lámparas, salieron al encuentro del esposo..", así comienza. Después indica que cinco de ellas eran necias y cinco prudentes; desde el principio se distinguen dos predisposiciones, dos actitudes que determirán las obras (no entramos en el intrincado tema de la predestinación, porque ni sabemos ni queremos, aunque conviene ver como se insinua en las Parábolas y otros pasajes de los Santos Evangelios).
La crisis de la Parábola ocurre cuando se anuncia a la medianoche la llegada del esposo y las doncellas dormidas despiertan (todas, sensatas y necias, sucumbieron al sueño): A las necias las lámparas se les han apagado, y no tienen aceite para reponer; cuando piden a las prudentes, estas dicen que no pueden darles, que se exponen a que se les agote, que vayan a comprarlo.
"...Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él a las bodas y se cerró la puerta."
Cuando se nos predica, la parábola se nos acomoda, se nos hace reflexionar, examinar nuestras disposiciones; las doncellas somos nosotros, nuestras almas; las lamparas encendidas son las virtudes teologales, fe, esperanza, caridad: La fe alumbra, la esperanza mantiene, la caridad arde y se consume.
Yo pienso en la Iglesia, y me la imagino compuesta de vírgenes descuidadas y vírgenes prudentes. Las virtuosas se mantienen alumbrando, ardientes, expectantes; si se duermen porque la vida cansa y les rinde, tienen suficiente combustible que han extraído del depósito de la fe y la gracia, y lo han acumulado para nutrirse cuando sea necesario. Pero las otras han agotado el óleo de las lamparas, la llama se ha apagado, la luz se ha extinguido, el amor se les ha enfriado, y no tienen tiempo para ir al depósito de la virtud a recargar sus alcuzas y poder recibir al Esposo que ha llega.
"...Más tarde vienen también las demás vírgenes, diciendo -'Señor, Señor, ábrenos'. Mas él respondiendo dijo: -'En verdad os digo, no os conozco'."
Si aplicamos la alegoría de la Parábola a la Iglesia, habrá que examinar y distinguir quienes están manifestándose como Vírgenes Prudentes (celosas, precavidas, prevenidas, discretas, pertrechadas, diligentes, preparadas) y quienes dan visos de ser las Necias (despreocupadas, indolentes, perezosas, olvidadizas, negligentes, imprudentes).
¿Quienes tienen la alcuza llena de buena doctrina para nutrir la fe, de buenos ejemplos para alentar la esperanza, de buenas obras para estimular la caridad?
¿Quienes han olvidado la recta doctrina, despreciado los buenos ejemplos, descuidado la benevolencia y la beneficencia?
la gracia de aguardar tu paso siempre,
con lámpara de virgen siempre ardiente,
y el corazón latiendo esperanzado.
El coro de las monjas ortodoxas del convento ruso de San Vedensky canta 'Enséñame, Señor, a alabarte "
+T.
Padre, debería, darnos todos los domingos su "Sermón" del Evangelio correspondiente. Dios lo bendiga e ilumine.
ResponderEliminarBueno le haría una pequeña enmienda al artículo. Al final... por lo demás pedir al Señor que permanezcamos en la prudencia y la sabia espera, velando. ¡Ven Señor Jesús!
ResponderEliminarMe uno a la petición el anónimo.
ResponderEliminarHermosísimo el tema de las monjas ortodoxas. La verdad es que personalmente no hay música sacra que me acerque mas a lo divino que ciertos temas ortodoxos, de una espiritualidad intensísima. Me empecé a dar cuenta con este anónimo del S.XVIII interpretado magistralmente por el Coro de Cámara de San Petersburgo, que además le viene como anillo al dedo al tema propuesto por el páter.
ResponderEliminar¡Aleluya, he aquí el novio!
¡Aleluya!
He aquí, el Novio viene en mitad de la noche
y bendito es el siervo al que El encuentra velando
e indigno aquel al que El descubre entretenido.
Así pues, oh alma mía, permanece alerta, que el sueño no te venza
no sea que seas entregada a la muerte y excluida del Reino
Antes bien despierta y clama: "Santo, Santo, Santo sois Vos Señor Dios Nuestro. Tened misericordia de nosotros por los ruegos de vuestra Santísima Madre".
(Traducción libre de una traducción en inglés que he encontrado; perdón).
El que no se conmueva con esto es que no tiene ni sangre ni corazón ni alma.
Aprovecho que el páter es tan aficionado a La Divina Comedia para decir que este tema lo escuché en el magnífico Dante's prayer de Loreena McKennitt, que es para mí la mejor músico de los tiempos recientes (al menos de lo que he escuchado) en cuanto a música popular se refiere, y entiéndase música popular por lo que debería ser y no lo que es. Esta interpretación en directo en un concierto en La Alhambra es bellísima, cada vez que lo escucho se me erizan los vellos y se me saltan las lágrimas. Fijense con que profundidad canta Loreena. No recuerdo haber escuchado algo tan bello y el que no llore con esto es que no tiene corazón. Ni que decir tiene que el texto se puede interpretar en lo divino, es decir que no es una canción de amor cualquiera, sino que es una canción de AMOR. Que lo disfruten ustedes.
Un abrazo.
Gracias, Antonius. Me quedo con los coros de monjas rusas, la canción del Novio es bellísima, no la conocía; pero las pelirrojas esas no me gustan, sorry.
ResponderEliminar'
¡Válgame el Cielo! La culpa que tendrá Da. Loreena de ser taheña, y eso que además hay una rubia, un calvo y algún que otro melenas.
ResponderEliminarSi es por la letra, cuando se refiere a los 'sacerdotes', yo digo en mi humilde opinión que no hace alusiones específicas, al menos el priests of pride original siempre lo he entendido así, de modo figurado, poético incluso. Vamos que en este caso yo creo que no van los tiros por ahí.
Pero no me negará que independientemente de los gustos ya quisiéramos que fuera ese el tipo de música popular: piano, violín, chelo, laud, zanfoña... (cuidado que este tema es muy intenso, de inspiración medieval, pero intenso). Pero no me quejo, soy consciente de que no puede ser así, de que son los tiempos que nos han tocado y de que ha de ser de otro modo, porque se ha de cumplir lo que está escrito y si fueran diferentes los gustos musicales, por decirlo de alguna manera, mas elevados, efectivamente sería señal de que el mundo sería otro, pero en este mundo terminal lo que toca es que todo sea terminal, gustos musicales incluidos.
Ahora bien, cuando El regrese, en Su Reino que no tendrá fin: ¿escucharemos este tipo de música popular o solo nos interesará la música sacra? Si yo tuviera que elegir entre el Dante's prayer y el Aleluya, he aquí el Novio obviamente me quedaba con la segunda opción, la del Novio.
Por cierto, que el citado concierto está anunciado como en La Alhambra pero veo por el escenario que realmente es en el patio del palacio de Carlos I (primero de España, que esto es España, o lo era hasta hace 3 tardes y media).
Un abrazo.
Que no, que esas pelirrojas no me gustan.
ResponderEliminarEl Palacio de Carlos V está en La Alhambra, dentro de su recinto. Para mi gusto es lo mejor de todo, una arquitectura magnífica en comparación con el decorativismo obsesivo de las salas del palacio nazarí.
'