Son sólo una docena, no sé si llegarán a 15 curas pellejos, de edad provecta, supongo que con los achaques propios de la edad y sus circunstancias. En vez de jugar una pardita de tute, un dominó con café y copita de Chartreuse, los mosenes se juntan en un tal "Foro Ondara", que suena a vasco etarritarri pero debe ser algo que tenga que ver con barretina y otros hechos diferenciales, que ya se sabe lo afines que son los mosenes a esas sensibilidades.
Pues resulta que en la última tertulia de camaradas se les ha ocurrido pedir el finiquito del celibato, que dicen que es una cosa que "...essent obligatòria sembla inhumana" (no traduzco; supongo que se entiende, ¿no? (aquí pueden leer el original, en el apartado "útima reunió")).
Es decir, que los vejetes reverendos (?) solsonetes están que rabian por haber vivido (?) inhumanamente su clericatura, todos estos años. Recalco lo de "inhumanamente", sin conjeturar nada. No hay preguntas. No comment.
Infiero que será por ciertos trastornos de la edad por lo que están tan sensibles al tema, a lo peor. Tampoco voy a cerciorarme, no entro en más averiguaciones, no me atraen estos particulares.
Pero siento un desencanto, un desánimo. Me explico: Uno, en la edad media dificil en la que no se es mocito pinturero ni viejo artrítico, con la cuarentena abocada al medio siglo, en esta edad madura, cuando uno se acerca a un venerable (por la edad) espera ánimos y consejos venerables. Si me topo, en cambio, con un cura que en vez de sotana viste guayabera y ropa sport y que me dice que el celibato es inhumano y mejor que se quite y mejor que se opte y mejor que libre, verde que te quiere verde, verde viento, verde rama etc. Pues, la verdad, en este caso, me quedo de una pieza, perplejo por la salida contestaria anti-celibataria, y el desaliento sobrevolándome como ave de mal agüero.
El profeta dice "...labios scerdotales han de guardar el saber, y en su boca se busca la doctrina" Mal. 2,7. Y a propósito de esto, se me ha venido a la cabeza un texto de San Ambrosio, muy a pelo:
"...Viste allí a los diáconos, los presbíteros, el obispo. No pienses sólo en lo visible de estas personas, sino en la gracia de su ministerio. En ellos hablaste a los ángeles, tal como está escrito: Labios sacerdotales han de guardar el saber, y en su boca se busca la doctrina, porque es un ángel del Señor de los ejércitos. No hay lugar a engaño ni retractación; es un ángel quien anuncia el reino de Cristo, la vida eterna. Lo que has de estimar en él no es su apariencia visible, sino su ministerio. Considera qué es lo que te ha dado, úsalo adecuadamente y reconoce su valor." (cfr. San Ambrosio, Tratado sobre los Misterios nºs 1-7)
Evidentemente, esos mosenes de Solsona, los del Forum Ondara, ni consideran, ni usan, ni reconocen.
Pero peor, mucho peor, es que el portavoz del Obispado de Solsona, un tal Josep Alexandre Baró, se muestre tan comprensivo, tan abierto, tan empático.
¿En Solsona no hay Obispo? ¿Actuará? ¿Intervendrá? ¿Amonestará? ¿Sancionará??? ¿A que no? ¿A que no hay "mitras"? ¿A que no pasa nada, como si nada? A lo mejor hasta invita al Foro a tomar cafelito con butifarra, o lo que los mosenes gusten. Incluso puede ser que haya cierta "sintonía", cordialidad de compadres.
Y lo que más me espina: Que detrás de los viejos anti-celibatarios hay un des-catolicismo militante, cada vez más crecido, insolente, irreverente, beligerante, amenazante, corruptor. Y van a continuar con estos "sabotajes", minando, como gusanos bajo tierra, como vitriolo corrosivo, por donde estén, donde se encuentren.
Son unos cobardes (los viejos) porque eso lo dicen en el umbral de los ochenta, no el dia de vísperas de sus ordenaciones, allá por los años aquellos en que estas cosas ni se discutían, ni se dudaban, ni se exponían a la irrisión. Ahora no es nada, envalentonarse ahora es una petardada de cobardes.
Valientes son los que mantienen. Los que tienen 30 años de juventud para ofrecerlos en el Altar y los que tienen 80 años cumplidos, sacrificados y creyentes, cada dia en el Altar: Esos son los valientes.
El celibato, cuando se asume, es por fe y por amor. Cuando decae, es por falta de fe y de amor. Cuando se traiciona es porque se ha perdido la fe y el amor. Si se postula en su contra, es porque ya no hay fe ni se tiene amor.
Todo esto lo saben esos mosenes, que con la edad que tienen deben saber mucho de las cosas del alma y del cuerpo. Que lo quieran reconocer, eso es otra cosa. Pero es muy triste, muy triste, encontrase con viejos que ya no tienen fe para predicar ni les queda amor para entregar.
El Señor nos libre!
+T.