domingo, 14 de febrero de 2010
San Valentín en Carnaval
Da esa casualidad, hoy Domingo de Carnaval y Dia de Enamorados. Con un par, o tres, de noticias frívolas de des-enamorados que atentan enamoramiento "nuevo". Los enamorados "de oficio", podríase decir. Incluso "de beneficio".
El beneficio en el amor es aquel oficio más viejo del mundo, que se decía en circunloquio bienhablado para no decir "las cuatro letras" (otra paráfrasis de lo mismo). Pero con la prensa rosa en expansión triunfante e imperio dominante, eso del oficio más viejo con 4 letras se ha reciclado y puesto al día de forma asombrosamente rentable. No sé cuántas comerán de eso sin sentirse comprendidas en las im-putables 4 letras, siendo, al fin y al cabo, una modalidad de lo mismo. Como corresponde, también hay "ellos" en el negocio. Y grupo mixto.
El asunto es que el Papa ha dicho, hace una semana o dos, que a ver si se formalizan con seriedad los asuntos de las bodas, de los matrimonios canónicos. A mí que las moras se casen con velo y con moro, me importa una babucha. Y lo respectivo a otras formas paganas, lo mismo o menos todavía. Pero lo católico sí me afecta; no por interesado directo, sino colateral-indirecto-implicado.
Pero vayamos al ejemplo, que son dos muy notables: Si se confirma el rumor, ¿habrá algún tribunal eclesiástico que declare nulo el casorio de la infanta con su ya divorciado cónyuge? Y si tamaña pantomima se consumara, ¿habrá algún purpurado o mitrado que se atreva a incoar nuevo expediente matrimonial de alguno de los susodichos, infanta ella y ex-duque él?
¿Y el torero con medalla hijo de su madre hija de torero que casó con la niña de la duquesa por antonomasia y se divorciaron y que están en trance de lo mismo? ¿Habrá algún tribunal eclesiástico que declare nulo su matrimonio canónico? ¿habrá luego alguna mitra, vicario episcopal o párroco que les consienta a él a ella o a ambos otra "tentativa"?
Da la casualidad que las dos parejas desemparejadas en cuestión se casaron en la Catedral de Sevilla, nada más y nada menos; la infanta con su prenda adorada en el Altar Mayor, y el torero con su perla de valor en un altar ad casum delante de la puerta de la Inmaculada (el rango es el rango).
En Sevilla, entre otras instituciones dignas de mención y perenne recordación, funciona un Tribunal Diocesano de 1ª y 2ª instacia, muy célebre por las muchísimas nulidades que ha tramitado, tramita y sentencia. Célebres han sido algunos de sus jueces-presidentes, con trayectorias y anécdotas muy atractivas, de esas que se cuentan pero no se escriben, que todo el mundo sabe pero nadie se hace cargo. Lo mismo de célebres son las tres o cuatro o cinco familias de abogados y procuradores que comen de eso, todas respetabilísimas y cotizadísimas, firmas de toda solvencia y discreto oficio. Esto es así.
Pero es el Papa el que está diciendo que no debe ser así, que no puede seguir siendo así.
El problema (es mi opinión) es haberlos admitido al matrimonio siendo quienes eran, con sus respectivas procedencias. Tal cual.
Quiero decir que a esta gente habría que exigirles más, mucho más, con muchas firmas y contrastados testimonios y hasta dossieres completos de ellos y sus parentelas próximas y remotas. Y médico, y psicólogos. Y más firmas, y más documentos. Y testigos garantizados, probados, jurados.
Y crear un nuevo impedimento canónico, o dos, o tres, que tipifiquen estas circunstancias que afectan a ese tipo de pretendientes al matrimonio: Impedimento de "clase", o de "jet", o de "vip", o de "nivel", o de "renta", o de "patrimonio", o de "fortuna". O algo así. No sé si me explico. Y que el impedimento sea, de entrada, indispensable salvo excepcionales excepciones.
Y hasta aquí llego porque llegado a este necesario planteamiento, me pierdo. Me pierdo porque yo mismo me planteo las objecciones, los dubia, la autocrítica que se dice. Con toda contundencia. Y al final casi resuelvo que las cosas tal y como están y pasan, no están tan mal. Pero vuelvo a lo de principio y recuerdo los abusos de esa gente (infantas y toreros) y se me revuelven las tripas con sulfuración.
Esta gente no debería caber en las iglesias, esta gente nunca deberían admitirse al matrimonio. Que los case un ujier de palacio o un alguacilillo de plaza de toros. Esta gente no merece el Sacramento. Por antecedentes probados y por consecuentes probables.
Pero siempre hay un "perlado" (sic) que dice sí.
Y nosotros, los "humildes", pagamos el descrédito y cargamos con el berrenchín.
Los antiguos decentes decían que las peores suciedades se perpetran en las clases más conspícuas y las más ínfimas, que van al alimón en desvergüenzas porque no temen deshonra, unos porque tienen mucho y otros porque tienen nada; a ninguno les importa que se sepan sus escándalos o se vean sus basuras.
En fin, esto era una expansión a propósito del tema...antes de que le compre a mi tía el ¡Hola! de esta semana, que a ella le distrae mucho (y a mí me pone a rabiar).
Nada más
&.
Dejo el anonimato para decir ¡OLÉ!al escrito. O Amén, como se prefiera. Porque sí, me dan mucha rabia también estas nulidades de conspicuos y famosos. Es injusto.
ResponderEliminarSi se casaron, y después se cansaron, que se aguanten, como cualquier hijo de vecino.
O tal vez no es injusto, tal vez sean los matrimonios realmente más nulos que existen...
Espero que se le haga caso al Papa. (Veremos, veremos, dijo un ciego).
Perdón por el exabrupto.
Otrosí digo: Muy bueno el verso-profesía.
Sin ir más lejos, hay una personalidad con relevancia constitucional que, antes de contraer el actual matrimonio eclesiástico, se había separado civilmente, defendido las tesis contrarias a la Iglesia en materia de moral y recibido el bautismo, la primera comunión y la confirmación en tiempo record. La justicia es igual para todos pero algunos somos más iguales que otros.
ResponderEliminar¡¡¡TOTALMENTE del acuerdo!!!
ResponderEliminar¿Dónde hay que firmar?.
En una familia, de Sevilla, por cierto, tengo un conocido, muy conocido, que está casado por la iglesia dos veces, y separado por la iglesia las mismas. Total, que ahora se encuentra el muchacho solterito, con una nueva novia y dos hijas de dos matrimonios diferentes.
¡¡¡Esto es intolerable!!!.
Como ese ejemplo, hay, como dicen en Sevilla,
¡tela!.
Un estúpido-a anónimo-a ha dejado este escueto y brillante comentario:
ResponderEliminar"La caridad le suena de algo"
Es evidente que no, que no me suena en esta copla de las prostituciones y engaños pseudo-matrimoniales. Por otra parte, presumo que el estúpido-a anónimo-a tampoco sabe qué es caridad, ni fe, ni esperanza; ni prudencia ni justicia, ni fortaleza, ni templanza: Es decir, todas esas virtudes que están ausentes en estos casos.
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Y después dicen que la Iglesia es intolerante.En el fondo habría que prohibir casarse por la Iglesia al 99% de la gente que lo hace.Que se casen por el rito congoleño o hawaiano.La mayoría ni son cristianos ni nada, buscan el show del vestidito blanco y poco más.
ResponderEliminarInocularán el manual de la ciudadanía a sus retoños, como si nada, ni se rebelarán educativamente contra él, ni nada.
La de nulidades matrimoniales que enviaría yo, a los que se casan por la Iglesia, por inercia y no cumplen después.Encima que la Iglesia casa a todo el mundo, la tratan de intolerante.Una pira bien grande, donde tendría que arder esta chusma.
Oh!
ResponderEliminarMenos mal que se encuentra uno de vez en cuando opiniones-opinantes contundentes.
Bien, bien.
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¡Pues claro que son nulos! ¿Pero no los ves?
ResponderEliminarY yo me pregunto, si todo les da igual, si han vivido con novios y novias y han caido y recaido y vuelta a recaer y segunda oportunidad y tercera y cuarta, ¿a qué la nulidad? ¿tan catoliquísimos son?
¡Que se dediquen al fornicio sin fatigar sacramentos!
¡Así se escribe, sí señor!
ResponderEliminarRecuerdo que mi profe de Dcho canónico, q.e.p.d., nos dijo una vez que al menos el 80% de los matrimonios canónicos era nulo! supongo que el porcentaje habrá aumentado desde entonces...
Y yendo a algún caso concreto, no he olvidado que a la hija divorciada del Rey la dispensaron de los cursos prematrimoniales "por su alto grado de madurez". A ver qué se inventan ahora para declarar nulo su matrimonio.
Pero mi indignación es más grande si cabe en el caso de lo que llamo "las confirmaciones matrimoniales". Gente que lleva años de convivencia y organiza una fiestuqui, matrimonio canónico inclusive, con el añadido (y es el añadido el que critico) de que no vuelven a pisar nunca por una iglesia, otros ni siquiera bautizan a los hijos etc. Es decir, que no es que se hayan convertido de una situación de pecado. No! Es una organización de un sarao con decorado románico o gótico. Esto es una burla, me parece indignante.
Ojalá hagan caso al Papa, y se tomen medidas concretas.
¿Qué me dicen de la "comuniones" civiles?
ResponderEliminarLo de la Infanta y el ex-Duque lo están intentando, don Terzio, pero usted me aclarará, porque yo lo desconozco, si esa causa debe ser dirimida directamente en Roma por ser ella quien es. Dice mi mujer que también lee el ¡HOLA! que así ocurrió en el caso de la muy ligerita de cascos princesa de Mónaco. Si es así, me gustaría que en Roma se comportasen ejemplarmente y de ahí para abajo todos.
ResponderEliminarSra Esperanza, eso que cuenta desgraciadamente ocurre con todo.Necesitan a la Iglesia, sólo para dar "respetabilidad" o un "prestigio"(que yo no comprendo, pues si no son Católicos, ¿qué más da?) a ciertos actos de su existencia.Ocurre con la primera y ÚLTIMA, comunión.Para qué hacerla? gastarse dinero, si los padres, no comprometen a su hijo a ir a Misa? y dejan que Papá Estado los eduque a imagen y semejanza?.Y con la Navidad, y el día de Reyes.Las familias les da un subidón de "respetabilidad" y necesitan entonces de la Iglesia para sentirse "algo más", pero en reuniones con gente, hacen gala de de Cristofobia, para ser modernos y que no les retiren la amistad.
ResponderEliminarEs terrible.La Iglesia tendría que negarse a ciertas cosas, aunque nos llamen 4 gatos.Pero ya vale de utilizar las fiestas, sacramentos, para cultivar su ego ridículo y deseoso de pompa en cuanto les viene de gusto o tienen necesidad.
El Derecho Canónico debería establecer una especie de impedimento penal para quienes hayan simulado matrimonio sabiendo que era nulo. De modo que, aunque la sentencia reconozca que fue nulo, ellos queden impedidos para contraer otro.
ResponderEliminarCierto, cierto, Savonarola, es así con casi todo. En cuanto a que la Iglesia debería hacer las cosas algo mejor, que opine Terzio que quizá no sea de la misma idea que uno de mis párrocos (q.e.p.d). Me dijo que él, en los casos en que la gente pide los sacramentos por “respetabilidad” e imagen, no pensaba negarse jamás, porque si se oponía le “montarían un número”, saldría en la prensa local, y además los interfectos acabarían casándose o recibiendo la criatura la Primera Comunión en la iglesia de al lado.
ResponderEliminarYa sabemos que la Iglesia no es la legión, donde el valor se supone, pero "alguien" debería intentar "algo"... en la medida de sus posibilidades, claro.
Terzio, te concedo la mayor, pero también es preocupante que el moro se case con dos, tres o hasta cuatro primas moras, y se establezca en España y tenga dieciocho churumbeles a cada cual más tonto, y los críes cobrando ayudas públicas, y les acaben dando pasaporte, y demás.
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