domingo, 27 de diciembre de 2009
La Misa de medianoche de Navidad adelantada (comentarios)
No sé si alguno, como yo, ha tenido la impresión de que la Misa del Gallo celebrada por Benedicto XVI en San Pedro del Vaticano dos horas antes de la medianoche ha sido/puede ser la solemne puntilla para la ya agonizante Misa de Medianoche de Navidad. Será cosa de esperar y ver si se repite ese horario adelantado en los próximos años, y a ver qué pasa.
En mi parroquia la asistencia a la Misa del Gallo ha ido decayendo desde los últimos 15 años hasta el presente. La asistencia de fieles no pasa de los cincuenta o sesenta, a lo sumo setenta personas. En los pueblos es distinto, porque las parroquias de pueblo suelen mantener con más arraigo los cultos tradicionales. Pero en las ciudades la decadencia de la Misa del Gallo me parece que es general, con las excepciones que haya que hacer.
El problema es de horarios y hábitos. Y, por supuesto, de falta de devoción. Y - por supuesto también - el ya habitual problema de las “libertades” que las “conveniencias pastorales” y el permisivo “si parece oportuno” prestan a los acomodadores de la liturgia post-conciliar.
Si la Vigilia Pascual puede adelantarse hasta casi la puesta de sol dejando de ser una vigilia de noche-madrugada para convertirse en una celebración vespertina, todo ello por “razones pastorales", a fortiori parece congruente (según esas “razones") adelantar dos horas o tres o cuatro o cinco la Misa de medianoche de Navidad. El problema es que deja de ser, entonces, Misa de medianoche. Este 24-25 de Diciembre la Misa papal del Vaticano concluía aproximadamente a la hora en que tenía que haber comenzado. Si se considera que las cosas de Roma suponen cierta “normatividad", qué duda cabe que el “ejemplo” vaticano servirá para que muchos horarios se adelanten igualmente, finiquitándose por doquier el horario litúrgico tradicional de la Misa del Gallo.
Teniendo en cuenta el absoluto relativismo imperante, el “¡qué más da!” o el “¡si es lo mismo!” etc. la Misa de medianoche a las 12 p.m. tiene los dias (las noches) contadas. Al tiempo.
La liturgia de Navidad es antiquísima. Se ha ido formando a través de los siglos con cierta fijación definitiva hacia los siglos VII-VIII, cuando ya existía esa secuencia de celebraciones:
- Misa de la Vigilia
- Misa de Medianoche
- Misa del Alba
- Misa del Día
Eran Misas estacionales que se celebraban por el Papa en una determinada Iglesia Estacional. Principalmente era la Basílica de Stª María Mayor la que centraba todas estas celebraciones. La vinculación de la Basílica Liberiana a la liturgia de Navidad, a más de la devoción y el culto a la Madre del Señor, tiene su motivo por las reliquias del Pesebre que se veneran en la “Confesión", debajo del Altar Mayor***1, y en la capilla de la cripta del Sagrario.
El orden de las estaciones de las Misas de Navidad era este:
- Vigilia: Statio ad Stª Mariam Maiorem
- Ad Primam Misam in nocte: Statio ad Stª Mariam Maiorem ad Praesepe
- Ad secundam Missam in aurora: Statio ad Stª Anastasiam
- Ad tertiam Missam in die Nativitatis Domini: Statio ad Stª Mariam Maiorem ***2
El dia de San Esteban la estación era en S. Stéfano Rotondo, en el Celio. Y el día de S. Juan Evangelista volvía a ser en Stª Maria Maggiore. El plano estacional se circunscribe dentro de ese área cercana al Laterano, donde residieron los Papas de la antigüedad y el medievo hasta que se trasladaron al Vaticano en el Renacimiento, y en el XVII-XVIII al Quirinale.
Cada una de las Misas tiene sus oraciones y lecturas propias. Al mantener cierto ritmo de vigilia, el rezo de las horas litúrgicas se iban intercalando entre las celebraciones, desde la misma Misa de la Vigilia hasta la Misa del día. Posteriormente, en las abadías y los conventos se adaptó y respetó esta secuencia que conformó en el Misal esa especialísima estructura litúrgica de la Solemnidad de la Natividad del Señor, que tiene un cierto paralelo con las celebraciones del Triduo Sacro de la Pascua, que serían las que inspiraron remotamente la distribución de las Misas de Navidad.
Con la reforma litúrgica del post-concilio, la Misa de la Vigilia que se celebraba el 24 Dic. por la mañana, se empezó a celebrar por la tarde, ya como de Misa de vísperas, valiendo para cumplir el precepto. En muchas parroquias no se celebraba y quedaba solamente la Misa de medianoche, pero en otras se fue introduciendo la Misa de víspera-vigilia de Navidad. Al poco ya se trastocaban los formularios con lecturas y oraciones propias para cada Misa y se adelantaban las oraciones y lecturas de la Misa de medianoche a la de la vigila-víspera. Obsérvese que esta novedosa costumbre de las “misas de comodidad” se inventan/inician en iglesias conventuales, de comunidades religiosas, por motivos “razonables", y progresivamente se van extendiendo e imitando en las demás iglesias y parroquias, para “comodidad” de los feligreses, etc. El resultado es una alteración de la Liturgia según el capricho de cada párroco o rector.
Por eso, repito, el adelanto de la Misa del Vaticano dará pié a la proliferación de horarios y de Misas alteradas, ahora con la justificación y la excusa de que si el papa lo hace, entonces es que se puede. Y muchos hasta lo entenderán como "recomendable".
Indudablemente, estas celebraciones con todas sus complejidades y solemnidades se crearon/formaron como liturgias pontificales, catedralicias, abaciales, basilicales etc. En el culto estacional romano el Papa celebra asistido por la capella pontificia, la corte prelaticia y el concurso de los fieles. Si se trata de un culto catedralicio, el cabildo y el coro canonical asisten igualmente al obispo; si es de una celebración abacial, monástica o conventual, el abad o el prior celebran con la asistencia de la comunidad. Y cuando es de una clausura de monjas, lo mismo. El “problema pastoral” ocurre cuando se trata del culto parroquial habitual, que es el que cuenta con el concurso común de los fieles.
En las ciudades, la peculiaridad de la sociedad urbana moderna, con sus hábitos y horarios, impone un ritmo al que las parroquias se ven forzadas a acomodarse para poder mantener un culto adaptado a las posibilidades de los feligreses. Todo esto podría hacerse con respeto a la Liturgia, pero de hecho está probado que las indiscreciones arbitrarias se imponen sobre las prescripciones litúrgicas, y cada vez es más frecuente encontrarse en las parroquias urbanas “misas de gallo” a la siete o las ocho o las ocho y media de la tarde.
Esa novedad de la hora “acomodada” de la Misa papal no es ni temprana ni tardía, sino todo lo contrario. La explicación de haberse procurado un horario más temprano para no fatigar al Papa es relativamente prescindible, puesto que el Papa no está “obligado” a celebrar la Misa de medianoche. No sé, no puedo precisar, desde qué época dejaron los Papas de celebrar personalmente las liturgias estacionales; pero desde el siglo XII en adelante lo raro era que el Papa celebrara, y lo habitual que delegara en algún cardenal esas celebraciones.
Lo recuerdo porque la gente parece que se ha olvidado de todo esto. Entre las muchas novedades del pontificado de Juan Pablo II, una de las más llamativas fue la habitual presencia del Papa en todas las celebraciones, marcando un ritmo que se mantuvo a pesar, incluso, de su decrepitud física, hasta casi el final de sus días. Benedicto XVI, desde el principio de su pontificado, se desmarcó de ese ritmo. Personalmente, yo preferiría que se desmarcara aun más. Por ejemplo, veo preferible que la Misa de Nochebuena sea a su hora y la celebre un cardenal delegado. Preferiría que la Misa Papal “solemne” fuera la del Dia de Navidad, con la Bendición Urbi et Orbi a continuación. Incluso, si fuera necesario, la sóla presencia del Papa en la Bendición bastaría, si me explico.
Lo que no termina de parecerme “justificado", a pesar de todo, es la mudanza del horario litúrgico.
Como curiosidad: En los Misales antiguos aparece la rúbrica que advertía de que si el sacerdote iba a celebrar el Día de Navidad las tres Misas previstas en la liturgia, no hiciera ni sumiera las abluciones del cáliz ni en la Misa 1ª ni en la 2ª, que se purificara los dedos en un vaso aparte y que sólo al final de la 3ª Misa sumiera las abluciones, para no romper el ayuno.
Cuento este detalle para que se caiga en la cuenta de cuánto han cambiado las cosas, casi siempre en detrimento de la reverencia, el respeto y la dignidad tradicional del culto y sus ministros.
Espero, en fin, que lo del horario “acomodado” del vaticano no trascienda y no se “universalicen” las Misas de medianoche con adelantos al gusto del celebrante y/o el lugar.
***1 Los fragmentos del Pesebre están expuestos en un precioso relicario-urna de oro y plata, regalo de España a la Basílica por mano de Dª Isabel IIª (los Reyes de España son Patronos y canónigos honorarios de la Basílica de Santa María Mayor). El Sagrario de la Basilica se conoce como Capella Sistina, por haber sido edificada en tiempos de Sixto V, que quiso ser sepultado allí. La capilla se edificó sobre otra más antigua, que subsiste como cripta. Esta capilla inferior contiene tierra y piedras de la gruta de Belén llevadas a Roma junto con el cuerpo de San Jerónimo, que descansa en esa misma cripta de la Capilla del Santísimo.
***2 Más antiguamente, esta Misa del día de Navidad, la más solemne, se celebraba en la Basílica de San Pedro. Por ejemplo, la coronación de Carlomagno en el año 800 tuvo lugar en esta Basílica justo antes de la Misa de Navidad, casi en el mismo punto donde cayó Benedicto XVI la otra noche, en el primer tramo de la nave central (hay un disco de pórfido rojo, resto del pavimento de la vieja basílica constantiniana, que marca justamente el sitio donde Carlomagno arrodillado recibió de manos del Papa León III la corona imperial). Hacia el año 1100 la Misa trasladó su estación a Stª María Mayor, por proximidad con el Palacio Laterano, residencia entonces de los Papas, como dije más arriba.
+T.