miércoles, 25 de noviembre de 2009
Catharina novembrina
Me toca Santa Catalina, por patrona de filosofos. Yo no soy filósofo, faltaría más; pero he estudiado Filosofía. No toda la que quisieron que estudiara, porque soy muy escéptico tocante a la Filo, total un sarta de ocurrencias de unos y otros con más o menos acierto y/o aproximación a las cosas, los hombres y el Misterio Divino.
La sentencia "philosophia ancilla Theologiae" me parece absolutamente verdadera, muy práctica; y toda filosofía que niegue a Dios o le ignore, no debiera haber existido ni debería existir. Una puntada más: Nada más ridículo que titularse "filósofo"; conozco a uno que se lo puso en la tarjeta de visita, el mentecato. Es como lo de "escritor", que también es una irrisión encontrase a uno que te diga que es "escritor". Yo, para estas titulaciones, no reconozco a ninguno con menos de dos siglos.
Pero volvamos a la Santa, que hoy es su día. En los EEUU de América es cuando matan y se comen el pavo-turkey, tan célebre como la Coca-Cola y el Papa-Noel. Yo de chico, con lo de los pavos de Acción de Gracias que salían en la pelis yankees, no me enteraba bien si era Navidad o no, porque el pavo me confundía.
Hace unos años me pilló un día de Santa Catalina lo más cerca que he estado nunca de la Santa Catalina de verdad, porque estuve toda la tarde del 25 de Noviembre en el Convento-Iglesia de Stª Catalina en Belén, tan cerquita del Sinaí. Y yo emocionadísimo, la tarde entera rezando en la Basílica de la Natividad y en la de Santa Catalina, que se comunican..
Lo de la Santa en el Sinaí me fascina: Esas pinturas con Santa Catalina transportada por los Ángeles en vuelo libre por el cielo estrellado de Noviembre, el cielo del Oriente, de Alejandría al Sinaí. Una belleza. Desde luego me gusta muchísimo más que la iconografía tan repetida de Stª Catalina con la rueda. Aunque gracias a la rueda se reconocen las miles de Catalinas que hay por ahí, ya pintadas, ya esculpidas. Una Stª Catalina sin rueda despista mucho, mucho; tanto que se puede confundir con una Santa no se sabe cual.
La otra iconografía cateriniana, la del "desposorio místico", es deliciosa. Como una glosa del Iesu Corona Virginum, el Señor, Niño fuente de pureza e inocencia, entronizado en el regazo de su Madre Virgo Virginum, desposa a la virgen alexandrína, y pone un anillo de virtud a la electa.
Lo de la philosophia le viene por tradición, siendo Catalina docta, más docta, muchísimo más sabia y philosopha que ninguna alejandrina que habido haya nunca. Ni habrá otra como Catherina, tan inteligente que pasó de entender a amar, de pensar a contemplar, de lo terreno a lo celestial, de lo humano a Dios, con quien se desposa.
El martirio es la rúbrica de ese desposorio tan extraordinario. No hay matrimonio sin firma. Y luego la consumación, con sangre de virginidad sacrificada por la crueldad de los infieles en uno de esos espectáculos que los hombres no entienden y asombran a los Ángeles.
El Sinaí es hoy esplendidamente caterinista. La Zarza mosáica se reencendió rubicunda cuando salpicaron sobre el Santo Monte las gotas granas de la sangre de Catalina, Virgen y Mártir de Cristo. Durante siglos, los monjes cristianos han custodiado el Monte y el Cuerpo de la Santa, que trasmina myron milagroso.
Por las mañanas, en el desierto, se oye el tableteo de la llamada a la oración y se multiplica el Agios-Agios-Agios por las laderas de la cumbre santa, subiendo hasta las cimas donde Dios entregó la Santa ley a su siervo Moisés, las mismas alturas que rozaron los Ángeles cuando transportaron ligeros el precioso relicario de Catalina, esposa de Cristo.
Oratio ~ Deus, qui dedísti légem Móysi in summitate montis Sínai, et in eódem loco per sanctos Ángelos tuos corpus Beatae Catharinae, Vírginis et Mártyris tuae, mirabíliter collocasti: praesta quaésumus, ut ejus méritis et intercessione, ad montem, qui Christus est, pervenire valeamus. Qui Tecum vivit...&. Amen.
Ex voto IVº.
+T.