lunes, 23 de noviembre de 2009
Sevilla Clementina y Fernandina (todavía)
El dia de San Clemente de 1248 se rindió el moro Axataf al glorioso Fernando III, y Sevilla volvió a ser cristiana después de los cinco ominosos siglos de opresión y ocupación de los moros. Lo poco cristiano que habían dejado los infieles moros aquellos era casi nada: Capiteles (visigóticos) y algunas losas y lápidas (romanas) más la legendaria Imagen de Santa María de la Antigua, único resto venerable de la Catedral hispano-romana que no se atrevieron a destruir (lo demás lo arrasaron). Sólo eso.
Nos dejaron también la Giralda, un torreón de ladrillo con las cuatro caras labradas y repetidas que no se configuró airosa hasta que la remató Hernán Ruiz con el campanario renacentista, en el XVI sevillano. Y también quedó el Alcázar, igual de repetido que todas las arquitecturas de los moros, que resulta más bello por las tragedias y las leyendas del Rey Don Pedro, que es el alma de ese palacio, los moros no.
Por eso hay tan poquito que celebrar de los moros, panda invasora. Ni en Sevilla ni en ningún sitio. Yes: Soy de los que piensan que lo mejor de Córdoba es su espléndida Catedral y que las naves de la vieja mezquita de los Omeyas valen para aburrir imanes en pompa vueltos a la Meca; en Jerez tienen los jerezanos bodegas más interesantes (arquitectónicamente) que esas naves multiplicadas de arcos sobre-arcos y dobelas de dos colores. Y con vino (en Jerez).
Por eso celebro conscientemente el día de San Clemente, un día con dos puntales procesionales (en Sevilla no hay fiesta digna sin procesión (cfr. Asterix en España. Goscinny & Uderzo)). Por la mañana, la Procesión de la Espada, en la Catedral; por la tarde la del Santísimo en el Monasterio de San Clemente.
En la Catedral sale la Procesión de la Espada del Rey San Fernando desde la Capilla Real, con el cuerpo del Santo Rey descubierto en su urna de plata; un capellán real toma juramento al concejal que llevará la espada, que jura que la devolverá a la Capilla Real una vez acabada la procesión (nunca hay que fiarse de un político cuando agarra algo); otro, el edil más joven, portará el Pendón real. Con escolta de gala de la Guardia Municipal, el Ayuntamiento bajo mazas se une al Cabildo Catedral, con los calonges revestidos de capas y portando el relicario precioso del Papa San Clemente; y juntos hacen procesión de Tercia por últimas naves (antes transcurría por las gradas altas) hasta el Altar Mayor, donde se celebra la Misa Solemne, concluída la cual vuelven todos a la Capilla Real a venerar al Santo Rey y depositar su espada y el pendón.
En el Real Monasterio de San Clemente, las monjas cistercienses culminan la octava de Santa Gertrudis con el colofón de San Clemente, el titular. Y por la tarde se hace procesión claustral con el Santísimo Sacramento en Custodia y bajo palio. Al pasar por delante del coro bajo, tocan las campanillas y tiran una lluvia de pétalos de flores, rosas y jazmines, desde las celosías del coro alto.
Yo soy aprensivo, con razón. Ya he dicho que la procesión de la espada tuvo que dejar de salir por las Gradas altas ("que una grada vale más que todo el mundo") y circunscribirse a las naves últimas del interior para evitar molestias y problemas externos de incordiantes. Y no he dicho que a la Misa del Monasterio de San Clemente va un respetable concurso de fieles que no llegan a cincuenta (sin contar a las monjas, que son una docena con la mitad más decrépitas que el cuerpo del Rey San Fernando, sólo que todavía se mueven y cantan (es un decir)).
Por estas cosas y porque el socialismo del Felipe y el Zp son compadres con los moros de Marruecos (comadres no, porque lo moros con hembras ya se sabe: disimulan, pero llevan el burka en la intención (en eso les alabo el gusto, reconozco)); decía que son compadres y hacen pingües negocios en tierras de moros y se callan y no lo publican y casi no se sabe. Y por eso el socialistismo andalúz ordena y manda a los ayuntamientos que den solares baratos o gratis para mezquitas para los moros (las moras en casa, con el velo y sus cosas (que les alabo el gusto, ya lo he dicho, ¿no?)).
Por eso yo me temo que el año menos pensado tengamos ramadanes o alguna de esas perrerías - ¡ el Señor nos libre ! - en vez de Dia de San Clemente. Y ya ni procesión, ni espada, ni monjas, ni leches merengadas: Un moro en lo alto de la Giralda - ¡el Señor nos libre, nos libre, nos libre! - pregonando "alalal- jilá -lalá" y esas cosas que dicen los moros subidos en alto.
¡Jesús qué horror! ¡Con el trabajito que le costó a San Fernando echarlos de Sevilla! Y ahora les ponen en bandeja mezquititas para los imanes y los ulemas y los terroristas explosivos (las moras en casa, con sus velos y sus burkas, como está mandado (y yo en eso estoy de acuerdo, los velos y las celosias y todo eso (me parece que ya lo dije)).
En fin, una barbaridad. Pero es lo que esta mala piara sociata está dejando por aquí: La puerta abierta y el moro dentro. Como cuando el moro Muza y el Tariq, lo mismo; pero con los sociatas en el papel colectivo de Conde Don Julián.
Por eso yo me encomiendo con todos mis fervores a San Clemente, a San Fernando y a la Virgen de las Batallas : Ora pro nobis, orate pro nobis!!!
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