lunes, 30 de noviembre de 2009
Repugnantísimo Garrigues W. el influyente
Hay tribus de supervivientes, clanes que se han casado con la que estaba en el escaparate desde el Cuaternario al Tercer Milenio, sin escrúpulos, ya fuera cromagnona la pretendida o niña masona la elegida. Ellos son así, enseñados para sobrevivir, educados para permanecer, sea con rey, con tirano, con dictador, con generalísimo, con emperador, con la reina Dido (de Cartago) y con Catalina la Grande (de Rusia) y/o con el Papa de Roma. La cosa es estar en la tribuna del que mande. La cuestión es seguir ganando con el que toque el pito. El que sea. Como sea. ¿Cómo se hace? Acomodándose, impasible el ademán. Y les molesta que se les incomode.
El tal Garrigues que se lanza a decir si-pero-no-sino-todo-lo-contrario, es un desecho de tienta del tentadero de la política que un día aspiró a ser pero se tuvo que replegar a sus labores, sus pingües labores. Él, propiamente, más que nada, ha heredado un despacho de papá, un negocio familiar, un apellido. Bien educado, bien relacionado, con contactos de arriba, de muy arriba, uno de los de toda la vida, de todas las salsas y en todos los cocidos. Ellos son así. Liberales, of course, con ese "toque inglés", of course.
Liberal, traducido, quiere decir omnívoro, quiere decir ubícuo, quiere decir polícromo. Y por eso opina y dice semejantes contradicciones, sin contradecirse, porque en un liberal-liberal no caben contradicciones, son un círculo circunferente que circula, que está aquí estando allí y sin dejar de estar ni en un sitio ni en otro. Siempre ganan a la ruleta porque apuestan a todos los números, passe, manque, le rouge et le noir, par e impar. Y si papá perdiera, el nene ganaría. Tienen asegurado el traspaso y amortizados los gastos del desgaste, si lo hubiera.
Lo que pasa es que despintan mucho donde se arriman, y dejan huella. Y olor. No sé cómo le responderán sus amigos, sus obsequiosos católicos que se honran de codearse con un Garrigues de los Garrigues de toda la vida, con tanta "clase" de esa clase. A ver qué dicen de lo que dice Garrigues (por cierto en un medio de provincias, un periódico zamorano, muy leído, no lo dudo). ¿Qué dirán los patronos de esa Cátedra docta donde le han sentado como "autoridad"? ¿Qué opinión les merece a los patronos de la Universidad de Navarra lo que dice/recomienda/aconseja/advierte/dicta Garrigues W en esa entrevista?
En suma, es una amonestación, con toda la gravedad del eminente Garrigues W. con despacho internacional. Dice, en suma, Garrigues W. que la Iglesia debe cambiar porque los tiempos cambian. Y el Decálogo del Sinaí se ha quedado obsoleto. Y la Iglesia católica debe ser social y políticamente abortista si no quiere quedarse atrás del todo, en la cola de la civilización y el progreso de Occidente. Lo dice él, Garrigues W. tan bien situado en la atalaya, que ve venir las cosas desde lejos, él que está tan alto y bien colocado.
Bien. Dejémosle ahí, en su cátedra universitaria, en su despacho, en sus cosas, con sus prospectivas y perspectivas liberales.
Pero permítanme que exprese mi inquietud: ¿No les da la impresión, no les parece a Ustedes que Garrigues amenaza, que Garrigues amaga, que Garrigues atenta? Porque a mí me da esa impresión. Relean la entrevista, please. ¿A que sí? ¿a que suena a palmetazo, a trallazo de látigo, a movimiento de fusta?
Como no publican listas, nunca se sabe quiénes son; y cuando filtran nóminas, están falseadas. Ya se sabe. Pero a mí el lenguaje de este me huele a logia, mandil, compás y escuadra desde lejos. O, por lo menos, lo representa muy bien. Y Trilateral y esas cosas, también, con todos sus inquietantes mitos.
Él dirá que no. Pero lean ustedes y vean que este tipo de personajetes se definen en adversativo, afirmando o negando con un pero/aunque/mas/sin embargo a continuación.
Por eso sobreviven tanto y bajo tantas circunstancias.
A mí me resta la curiosidad de saber en qué cree - si cree - este avispado semoviente.
De todas formas, el repugnante Garrigues, de los Garrigues, está dando un aviso. Sépase. Tómese nota. No digan después que no advirtió.
p.s. Por cierto, que además de ser Presidente de una cátedra de no sé qué en la Univ. de Navarra, es también doctor honoris causa por Comillas, sin solución de personalidad, sin contradicciones, muy "liberalmente". Ejemplo académico de cómo se puede servir a "dos señores a la vez" o tener velas encendidas a uno y al contrario (en la foto, el que le hace los honores y le pone el anillo en el dedo es el no-jesuíta neo-arriano rector de Comillas, tan afines ellos (lo que no termino de encajar es lo de Navarra etc.))
&.
Garrigues W... A mí me suena a:
ResponderEliminar¿Trilateral? ¿Masonería de alto nivel? ¿Iluminati?
Los de siempre... El mismo perro con distinto collar.
Lampedusa en el "Gatopardo" retrató a esta gente convenenciera.
Le doy la razón en todo. (A Vd., no al Garrigues). Y sí que es curiosa la elección del medio, de los temas y del tono. En efecto, tiene mucho de reprimenda a sus hermanos de Orden que militan en el PSOE (uy, casi digo «que caminan»). En unas cosas les dice «so» y en otras «arre». Menos sectarismo político. Para el PP, árnica. Mucho buen rollito. Pero en materia de laicismo y aborto, arre.
ResponderEliminarLo de la cátedra de Navarra no fue un acierto, pero él mismo dice que ha cambiado mucho de un tiempo acá.
Para este muchachito, nada hay sagrado, todo es relativo excepto el “liberalismo”. Ya se sabe: “laissez faire, laissez passer…” Para que nada cambie en los privilegios de las élites. Lo único sagrado es la cuenta de pérdidas y ganancias…y su religión: el “liberalismo”. Y luego hablan otros del opio del pueblo. Ese liberalismo de Mr. Garrigues (Walker, por mamá) por lo menos es marihuana.
ResponderEliminarEs del club de Bilderberg desde luego.
ResponderEliminar