Llamarse Yago tiene bemoles de snob y pijoterío cursi a la enésima potencia. Comprendo que uno no tiene culpa y que la ocurrencia suele ser del padrino de bautismo, o de papá, o de mamá. Pero dado que en católico vige que en la Confirmación te puedes mudar de nombre, perseverar en el Yago confirma la pijotera ocurrencia. Pues érase que se trata de un Yago, un tal Yago de la Cierva.
La cosa se supone al nivel del nombre "Yago" del susodicho; pero he aquí que el tal no es un pipiolo de tertulia y club a la violeta, sino que es un señor que peina canas, viste look gris-príncipe-de-gales y es no sé cuantas cosas, inclusive archi-universitario de Navarra. Pero a pesar de todo su caché (y del Yago) ha lanzado una novedad al aire que no se le ocurre ni al pamplinas más casquivano de la feria de las frivolidades.
Frivolidad pía, en este caso, porque el buen Yago fantaseaba con un "viacrucis". Un viacrucis (a parte el fiel o los fieles que lo recen y transiten) necesita muy poco para ser un viacrucis: Catorce estaciones erigidas y bendecidas, y ya está; que haya una cruz procesional o no, no es necesario. Necesarias son las 14 estaciones y las debidas disposiciones de los asistentes. Nada más.
Pero Yago (como su nombre indica) es hombre de "grandezas". Y si al Papa en el Coliseo de Roma para el más universal Viacrucis de la Cristiandad le vale cada Viernes Santo una cruz ligerita de palo pintada en negro, Yago estima que en Madrid capital de España una cruz así se queda cortita, es insuficiente. Y Yago ha soñado con un Viernes Santo en Madrid-JMJ-2011. No sé en qué o en quién piensa Yago, si en el Papa o en Yago (hombre con nombre y vocación de grandezas, ya lo dije ¿no?).
En Sevilla ha caído como una bomba la ocurrencia de Yago. Ayer tarde ya corría la novedad por los face-books: ¡Que llevan al Cachorro a Madrid para el encuentro de la Juventud!
El Cachorro en Sevilla es Sevilla, se podría decir, si no fuera en realidad que el Cachorro es Triana (y Sevilla un apéndice trianero, dicen del puente p'allá). El Cachorro es el Señor de Triana, Icon Sacratissima, Imago Sancta inter Sanctas. Un culmen, una cima, una apoteósis de la fe y el Arte Cristiano. Como - un poner - la Pietá del Michelángelo, esa que está en San Pedro del Vaticano; pues lo mismo (y sin exagerar). Por eso, imaginarse al Cachorro en Madrid es como - otro poner - figurarse a la Piedad de Miguel Ángel llevada de romería por Fuencarral hasta Malasaña. O algo así. Con la diferencia de que a la Pietá no le tienen devoción ni los mismísmos canónigos del Capítulo de San Pedro, y al Cachorro le rezan y le lloran y le cantan saetas hasta los vencejos de la Giralda con Triana y con Sevilla entera, córpore et ánima.
Todo lo cual hace suponer varias cosas, uséase conclusiones:
- que Yago no tiene ni idea, ni pajolera idea
- que Yago está falto de ideas, de adecuadas ideas
- que Yago tiene unas ideas que mejor que se las quiten (las ideas)
Yo propondría una rápida y discreta sustitución. Que metan a Yago en un avión y le busquen empleo en Nueva Zelanda, que dicen que están rodando El Hobbit y necesitan extras para los elfos, hobbits, enanos, orcos y trolls. De seguro que don Yago, como todo buen Yago, sabe manejar espada, mandoble, sable y florete. Faltaría más.
Y que deje de idear viacrucis, por fa-please.
En Triana, al estupor siguió la guasa con media sonrisita. Y el Hermano Mayor de la Hermandad del Stmº Cristo de la Expiración y María Santísma del Patrocinio, ya ha dicho, discretamente, lo que tenía que decirse:
«Quien quiera ver al Cachorro que venga a Triana»
Y no se hable más.
Hay cosas - deberían decírselo a Don Yago - que no se deben tomar a la ligera porque son de mucho peso, de mucho peso. El mismo que parece le falta a Don Yago...y eso que llamarse 'Yago' tiene que pesar (del 'de la Cierva' no diré nada).
&.
Admirado compadre, te has quedado corto y no has definido al tal Yago como el capullo que parece ser (y del Opus, para mayor gloria de la Obra, también parece ser).
ResponderEliminarMe imagino ese "viacrucis" y no lo quiero imaginar. Y llevas razón cuando dices que en Roma siendo Roma se apañan con una cruz.
Con lo sencillo que es de entender.
ResponderEliminarYo es que creo que esta gente se piensan que la Semana Santa es un pitorreo, una cosa que se inventó con el régimen anterior o algo así.
Y no entienden/comprenden que las cofradías (algunas) han visto desfilar por sus narices: la reconquista de Granada, la unificación de España, el descubrimiento de América, el nacimiento del Estado Moderno, la invasión francesa, las dos repúblicas, la guerra civil, etc.
Y verán pasar a ZP y sus huestes.
Así hasta el fin de los tiempos.
Las vueltas que da la vida. Allá por mi juventud Yago me enseñó lo que era el relativismo, con palabras y argumentos que utilizo hasta el dia de hoy. Me explicó que no se podía ser masón y católico y me desgranó el informe de los obispos alemanes. Nos hablaba de historia del mundo y de la Iglesia a un reducido grupo de universitarios en sesiones que preparaba a conciencia y disfrutábamos un montón.
ResponderEliminarEn fin, que fue una influencia esencial en mi vida. Siempre le consideré un tío inteligente.
Habrá sido una insolación o algo así.
Pepe = JOSE
ResponderEliminarPaco = Francisco
Yago = Santiago
Yaaaaa....
ResponderEliminarY DomingoP...??? Como parece que te gustan las abreviaturas sonoras, podrías dejarlo en un Dudu-p, muy chic.
Yago es a Santiago como Cuca a Covadonga y como Tutu a Angustias: Una ridiculez.
Hay apócopes que apestan a capullo de "clase" desde lejos. Y se busca el "efecto", además.
Sucede después que el populacho, que todo lo remeda, un día le pone también a sus churumbeles los nombres de la jet, y resultan esos adefesios tan esperpénticos.
Pero niego la mayor: Yago no es un popularizado José que termina en Pepe o un Francisco que acaba siendo Curro, sino un detrminado "sello" buscado por "distinción" y arqueología porque Yago es en castellano viejo Jacob.
Pero al Yago en particular le tengo marcado como particularmente ridículo por el diplomático ese "Yago Pico de Coaña", que la primera vez que lo oyes no sabes si es un mote o un alias del hampa.
En fin, quiero decir que la "clase" y los que se tiene por tales de la tal pretenden distinguirse siempre y en todo, en los nombres también, y por eso llamarse Yago y no Antonio. No digo que todos sean, pero afirmo que tantos sí. Y este en particular parece confirmar la capullez intrínseca del "yago" con lo del viacrucis.
Tener y mantener nombre de personaje de drama shakesperiano, al final da el cante y asoma el plumero. Para el reparto de Otelo, sirve; para otros menesteres, me parece que no. Verbigracia.
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Aclaraciones de De la Cierva: http://revistaecclesia.com/index.php?option=com_content&task=view&id=12750&Itemid=43
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