miércoles, 1 de abril de 2009

70 y 50 años de victoria, paz y memoria

Tal día como hoy fué oficial, hace setenta años:

«En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. Burgos, 1.º de abril de 1939, año de la victoria. El Generalísimo. Fdo. Francisco Franco Bahamonde».

Nací con Franco mandando, y Franco no me asusta. Tampoco me lo pueden falsear, ni unos magnificándolo ni otros intentando minimizarle. Le guardo una simpatía amable.

Mi padre fué de los que estuvo en la guerra, con las ideas muy claras: Por Dios, por mi familia, por España. Se dejó en el frente media vida, y mi familia otra media. También estuvo cuando inauguraron el Valle de los Caídos, hace ahora cincuenta años, todavía soltero. Guardó siempre en su escritorio, hasta que murió, un trozo de esas cintas que se usaban en las inauguraciones, con la fecha bordada sobre la bandera.

A mi padre no lo podían engañar. Hizo la guerra, los tres años. Nunca nos contó batallas, pero alguna vez recuerdo haberle oído, en una de esas conversaciones que escuchamos los niños sin que los mayores sepan que estamos. Después he sabido más, por cartas que había en casa y por cosas que amigos de la familia me han contado. Mi padre fue una de las víctimas de la guerra, porque dio más, mucho más, de lo que recibió. Pero supo siempre lo que daba - vida - y por qué lo daba: Por Dios, por nuestra familia, por España; porque creía, porque amaba, porque sentía.

¿Yo que pienso? Yo pienso - yo sé - que la guerra la ganaron los hombres que lucharon con mi padre y como mi padre. A los vencidos no los juzgo con resentimiento, pero no les encubro las culpas. Y si me viera forzado a decir más, yo digo - yo diría - esto mismo:



Palabra por palabra, con el sentido con que se dijeron entonces y que, viniendo de quien vienen, mantienen hoy y conservarán perennemente el más alto e incontestable refrendo.
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En la España de la memoria falseada de los vencidos resentidos, es una necesidad decir verdades por la verdad de los que fueron resistentes, luchadores, víctimas, mártires y vencedores. En paz, pero con la honrosa certeza de la victoria.


Por muchos y por todos. Y por mi padre, que venció y se ofreció por los nuestros, por España y por Dios.

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10 comentarios:

  1. Dean: sin tu permiso, he puesto el post en facebook.

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  2. Decir las cosas como verdaderamente fueron, eso sí es hacer memoria histórica.

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  3. Todos tenemos mucho que agradecer a Franco (y a los que hicieron la guerra y la paz), pero especialmente las generaciones que hemos disfrutado de una infancia piadosa, inocente y confiada.

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  4. Ogh! Ha aparecido un váina comentante con síndrome de abuelete zp. Lo he borrado porque era insultante, como suelen.

    Diríale, si tuviera uso de razón suficiente, que hablo de lo que sé. Y la gente que recuerdo no fueron como él se imagina, al contrario: Salvaron otras vidas y expusieron las suyas propias.

    No sé si entenderá estas cosas, el mentecato.

    Hubo una guerra real, y sobre esa cada cual sobrepuso la suya personal, unas veces con verdad y otras con imaginación.

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  5. De hecho, acabó el 31 de marzo pero a nadie le gusta celebrar la Victoria el mismo día que se vence.

    El 31 de marzo es el fin de una Gesta Nacional. Sin embargo, el 1 de abril volvimos a nuestra estupidez natural.

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  6. ¡Sí!

    El gran día es el 31, concuerdo.

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  7. No.
    Acaba cuando acaba.
    Y la declaracion final que quiere decir "damos por acabada"

    Es del uno de Abril.
    Lo otro demagogias de entretenimiento.

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  8. Las últimas ciudades caen el 31 de marzo de 1939 (efectivamente, Almería, Murcia y Cartagena). Y, por ende, hay que ser del género tonto o muy tonto o incluso tontísimo para creer que se tiene que declarar el fin de una guerra para que acabe cuando ya no hay enemigo.

    Por cierto, eso se llama positivismo jurídico y entre otras cosas implica que si el legislador declara no personas a los no natos, entonces no son personas.

    Pero bueno, creo que todo el mundo sabe qué género de mentes privilegiadas emplean la palabra "demagogia".

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  9. Entonces si se declara el fin de la guerra cuando aún hay enemigos es de listísimos y sería negativismo jurídico ¿no?

    Vaya, ¡qué tío más listo el tumbaíto este!

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  10. Le voy a sólo señalar una posibilidad absolutamente novedosa para usted que de seguro le deja la boca abierta: enemigo vencido.

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