El aire nazareno se estremece con alas celestiales,
luz que envuelve el primer Ave.
Tú recibes la primera el Evangelio,
Virgen de Dios y Madre del Altísimo.
Dices "Ecce Ancilla" y el Señor
se complace en su escogida.
La sombra luminosa del Espíritu
fecunda numinosa tus entrañas puras,
y el Verbo Omnipotente se hace en ti
cuerpo, alma, hombre.
Sintiendo, sufriendo, amando,
tu corazón de madre acompasado al suyo.
+T.
Es una poesia de amor.
ResponderEliminary me gusta
Bello.
ResponderEliminarNatalio
Hagos míos sus versos, don Terzio.
ResponderEliminarHonra a María y en Ella confía.