Nos hemos acostumbrado a presenciar sin resistencia cosas que no debieran ser y nunca debieron consentirse. Cuando empezaron a suceder provocaron reacciones, por lo menos de extrañeza. Ahora se han vuelto tan habituales, que apenas suscitan comentarios. Lo peor es que a algunos les gusta, y a otros no les molesta.
Este vídeo es un horror (para el que tenga fe y temor de Dios):
Pero el colmo de lo desconcertante es esto:
Siendo uno y el mismo el celebrante, el Emmo. y Revmo. Sr. Arzobispo de Viena, Cardenal Cristoph Schönborn. El Sr. Cardenal debe ser Géminis compulsivo o sufrir un gravísimo trastorno litúrgico-bipolar, y un día se viste con mitra y ornamentos arcoirisados y suelta globitos en una misa "ambientada" extravagante y abusiva (por no decir más, que se merece que se diga más); y otro día se reviste de pontifical, con mitra y ornamentos tradicionalmente católicos, monjes, clérigos asistentes, salmodia coral y pueblo cantando las Letanías de los Santos, como debe ser.
Me surge la duda, me brota la pregunta: ¿En cual de las dos celebraciones se siente más "cómodo", más "en sintonía"? ¿En la primera, en la segunda, en las dos...o en una posible tercera o cuarta o quinta según la oportunidad o la ocurrencia litúrgico-formal que se le presente, no problem? ¿Es un "todoterreno" litúrgico? ¿Un "omnívoro" ritual? ¿Un "politonos" ceremonial?
El primer vídeo es de una Misa celebrada por el Card. Schönborn el Domingo 16 de Noviembre en Wolfsthal, Lower. El segundo es del 15 de Noviembre en el Monasterio cisterciense de Heiligenkreuz, incoando el proceso de beatificación del Abad Karl Braunstorfer. En el 1er. video, se aprecia como Schönborn sigue el rito y celebra según las rúbricas litúrgicas; pero está celebrando condicionado por un "montaje" ajeno al rito, que distorsiona la celebración y se desenvuelve "paralelo" a la liturgia, afectándola hasta desvirtuarla (no entro a comentar "pormenores" como los vasos sagrados, la Comunión, los cánticos, los papelitos escritos, los globos, la música, las pantallas, la iluminación, y el "movimiento" de los fieles).
Desgraciadamente, esa es la disparatada situación litúrgica que se vive cada día dentro de la Iglesia Católica, por todo su universo orbe. Con el extremo aun más acusado de las celebraciones secundum formam extra-ordinariam del Rito Romano, la histórica y tradicional celebrada ordinariamente hasta el 69-70 reconocida plenamente en vigor y uso por el motu proprio Summorum Pontificum de Benedicto XVI el pasado 7-VII-'07.
¿Nos aclaramos? Pero lo peor es que el Rito Extraordinario ha estado discutido-perseguido-escondido mientras las misas con globos, guitarreos y comuniones quasi-sacrílegas (véase con escalofríos el vídeo 1º) han sido las preferidas, favorecidas y aplaudidas, siendo legión los que se prestan sin escrúpulos a cosas como las del vídeo 1º, y se sienten más bien "extraños" en cuanto se aproximan a las formas del vídeo 2º (y sufren espasmos generales si se les nombra siquiera el Rito Extraordinario).
No piense nadie que Schönborn sea moderno y/o post-moderno, que tiene fama y pasa por ser un "conservador" (risum teneatis...o échense a llorar sin vergüenza, que las dos reacciones caben).
Y así estamos.
Y no sé (no se sabe) hasta cuando estaremos así.
Tu autem, Domine, miserere!
+T.