Para el Corpus, he pensado que este youtube podría servir de reflexión, a propósito de:
El video se titula "God in the streets of New York", Dios por las calles de Nueva York. Es un video vocacional preparado por la Diócesis de Nueva York; acaba con la pregunta ¿Te está llamando Dios?
A mí me resulta conmovedoramente patético y significativo. Me impresiona ese paso de lo más sagrado entre la profanidad de un mundo ignorante, despreciativo, curiosamente expectante, si acaso. Transcurre el Misterio sin respuesta de la humanidad transeunte.
Pero Dios está pasando. Con su mínimo cortejo de clérigos, de devotos y mujeres y niños. La ciudad y sus estructuras absorben de tal forma lo sagrado, que apenas es un tránsito insignificante entre la inmensa complejidad urbana. Imagino que sin la música de fondo y con el sonido ambiente real, la sensación de "desconexión" será mayor, más desconcertante.
En Francia el nombre de la fiesta del Corpus Christi conserva su "impresión" medieval: "La Fête Dieu". En mi casa, para mis abuelos, para mi madre y los de su generación, era "El Día del Señor". Aun es corriente la expresión entre la gente piadosa de mi pueblo, recalcando que ese ese y no otro es el dia en que se celebra de manera más pública y solemne al Señor.
Acabo de hablar con mi tía, que me ha contado que ya han puesto el altar en la puerta del Ayuntamiento, frente a casa. El ayuntamiento del pueblo de mi familia es vulgarmente socialista, con alcalde socialista y comparsa de concejales de lo mismo, más media tropa de peperos y una panda de iu-los verdes. Muy representativo. Pero mi pueblo es mi pueblo. Será laicista en los papeles y creyente y adorante cuando llega el Corpus o el dia de la Virgen. Todavía. No sé hasta cuándo. Yo quisiera que siempre.
Esta madrugada terminarán de adornar el altar del Ayuntamiento. Al amanecer, un camión cargado de juncia, mastranzo y romero irá dejando un reguero de aroma fresco por las calles por donde pasará la Custodia. Ya de mañana, temprano, las mujeres sacarán a las puertas las mejores macetas, y colgarán los balcones con colchas y colgaduras granas. En las casas donde hay costumbre, se pondrán altares para que paren la Custodia y se rece la estación al Santísimo. Y cuando pase, se recibirá al Señor de rodillas; y los viejos que no puedan se inclinarán al paso del Señor. Y detrás del palio de respeto, iran los del Ayuntamiento, que estarán también en lugar de honor durante la Misa.
En casa, como estamos de luto, este año no se pondrá el altar. Mi hermano, que es moderno (muy moderno) y es católico more propio, se desquita todos los años montando un altar de Corpus en el que derrocha lo que luego no practica el resto. Yo le llamo un "altar plus ultra", porque no sé cómo se las apaña para sacar, poner y colgar cada vez más telas, más colchas, más cortinas, más cuadros, más tiestos sacros, y hasta algunas piezas profanas etiam (destacan dos cascos de balas de cañón de la Guerra de Cuba; todo ad maiorem Dei gloriam). Mi tia estaba tristona, por el luto y por el altar que no se pondrá.
Lo que va de la procesión en New York a la de mi pueblo, y las que saldrán por toda España, es lo que va de cultura a cultura. También la distancia que hay entre fe allí y fe de aquí. La fe que falta en una sociedad en la que Dios apenas significa, y la que queda y se conserva en una sociedad en la que lo mejor del pasado tiene su peso y su valor, pero en declive. Hasta cuándo, no sé. Yo quisiera, ya lo he dicho, que hasta siempre. Hasta que Él vuelva, para que nos encuentre en vela, creyéndole y adorándole.
En cualquier sitio es posible. En algunos es más facil; en otros más valeroso. En unos, más patente; en otros más testimonial. En todos está Él y llama a todos porque está por todos: Ofrecido, sacrificado, vivo, sacramentado, eterno. Él que instituyó el Misterio diciendo "Tomad y comed...Tomad y bebed...". Y lo dejó y confió a su Iglesia, que dice, que pide, que clama "¡Venid y adorad!".
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