Ahora mismo hace en Sevilla una noche de Marzo refranero: Marzo ventoso. Y me alegro, porque me gusta cada mes en armonía con su estación. Además, no me tomo muy en serio el alarmista cambio climático; mucho menos el interés de la piara por el caso. Este invierno, por ejemplo, los anuncios incitando al consumo de calefacción han ido a la par de los delirios mediambientales del zpgobierno, con los derrames de crudo por Gibraltar y Tarifa a buque roto y caño suelto. No problem: Gobiernan los del nunca mais, y los del donmariano están en la oposición. No es nada.
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Pues decía que hace una noche preciosa de Marzo, con ventolera, fría sin ser de invierno ya, y con aroma de primavera en ventura y apertura. En Sevilla, para quien no lo sepa, se espera, de un momento a otro, que brote el azahar. Aunque seguro que con la semana quasi de Mayo de fin de Febrero que hemos tenido, muchos naranjos tendrán ya su flor...que perderán en hemorragia de pétalos y estambres con estas ventoleras de Marzo, Marzo ventoso.
Lo del azahar en Sevilla es un tópico sevillano, pero real como el azahar y Sevilla. Los naranjos amargos brotan antes, y su flor huele más, con un aroma más seco y amargo; los naranjos dulces abren un poco después, y su olor es más denso. El naranjo amargo es el bálsamo de Sevilla en Cuaresma; el naranjo dulce, el perfume de la Vega del Guadalquivir y el Viar por Pascua.
Son consecuencia de un capricho regio, de estirpe, porque al primero que se le ocurrió la explotación del naranjo y las naranjas en Andalucía fue al marido de Luísa Fernanda, el infante-duque Don Antonio de Orleans, "el naranjero", que ni delirando se pudo nunca imaginar que llegaría a tener tanto que ver con un tipismo sevillano. Y de los que marcan estación.
El azahar es irreversible. Será un Marzo ventoso, fresco, chaparronero. O será un Marzo de los que mayea, con aire templado de tarde y sol de media primavera. Tendremos Semana Santa mojada o seca. Pero el azahar ya no tiene vuelta a atrás.
Yo, personalmente, el azahar de Marzo lo prefiero fresquito, con derrame de pétalos en charco y nubarrón en el cielo. Así es más cuaresmal, menos primaveral. Con torrija en mesa de camilla y su poquito de alhucema, todavía. Este año, con la Semana Santa más alta que recuerdo, con más motivo: San José en Miércoles Santo no se merece, encima, calores de Mayo, sino un buen Marzo ventoso con fresco azahar.
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