¿Hacia dónde progresaremos, su real majestad? ¿Nos hace la gracia de decírnoslo, su graciosa majestad?
Una constitución que ha dado cabida, pian piano, a la desmembración del estado, a la legalización del asesinato de los concebidos nonatos, a la aberrante equiparación del emparejamiento de los homosexuales con el matrimonio y sus derechos naturales familiares, y que va a legalizar dentro de poco la pena de muerte para deficientes, enfermos terminales, ancianos no queridos y desesperados sociales, esa constitución es un perdedero que termina en un barranco con precipicio a una sima fatal.
Su real majestad, cuando dice eso oculta eso. O no quiere ver eso. Porque no entiendo que no sepa, que no comprenda, que no prevea el "futuro" que depara esa constitución.
Pero en las mismas Cortes (donde su real majestad juró las Leyes Fundamentales del Reino y re-juró la tan celebrada constitución), se ha escuchado el eco cercano con que le han cantado el futuro. Un infame, uno que no debiera estar ni caber pero a quien la constitución le da escaño con voz, le ha gritado desde su cubil "¡Viva la república, muera el Borbón!" Para que se entere su real majestad.
Su real majestad podrá disimular, hacer como si no escuchara, aparentar displicente sordera, pero la tropa que le sigue en la foto a sus realezas y sus altezas, quiere y alienta eso. ¿No lo sabe su constitucional majestad de futuro incierto? ¿No lo adivina?
Vuelva su real cabeza, y mire su majestad con sus reales ojos el talante de los tolerantes que lleva en su real cortejo, su real y constitucional majestad. Y convénzase del "futuro de progreso" que le espera a su trono, su corona, y su regia prole y descendencia regia.
Lo que se hace, se paga. Y el que firma, lleva todas las de perder. Eso dicen los catetos que no saben de constituciones pero sí entienden de mundo. ¿Y quien hizo? ¿Y quién firmó? Pues ese pagará, sépalo su real majestad constitucional.
Lo peor, sin embargo, majestad real y constitucional, es con cuántas vidas y con cuánta mala vida se está pagando el "futuro de progreso" que nos garantiza la constitución que su real majestad tanto admira.
Su real majestad sabrá por qué.
&.
Y con Bono del brazo y por la calle ¡no! snif
ResponderEliminarLo que no entiendo es que al Sujeto Mandante se le llame "Su Católica Majestad" en vez de "Su Masónica Majestad" (seguro que al Sujeto Mandante en cuestión le hacía una ilusión tremenda (vamos... ¡Qué daba palmas con las orejas!)).
ResponderEliminarJa, ja, ja.
ResponderEliminarEn realidad tienen razón cuando dicen que los franquistas trasnochados son los más republicanos.
Y lo mejor, cuando los bloggers mediocres se creen los mejores catedráticos de derecho constitucional.
Andadondevamosapará
Preferiría creer, amigo Terzio, que su borbónica majestad (las mayúsculas sólo para quien las merece) que no lo quiere saber, pero desgraciadamente el problema es que no sabe. Se parece ostensiblemente a este anónimo que se define asaz paupérrimo intelectual con esa frase-estupidez-rúbrica que a saber que diantres quiere decir.
ResponderEliminarPensé borrarlo, pero lo he dejado como testigo.
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Estimado anónimo,
ResponderEliminarLa Constitución es:
Desde el punto de vista de la teoría que la sustenta (la de Kelsen, of course): peor que mediocre.
(Ni siquiera son capaces de distinguir entre nulidad y anulabilidad (¿la declaración de inconstitucionalidad es una declaración de la nulidad de la ley o, para horror de Kelsen, la anula?)
Desde el punto de vista de la lógica deóntica: peor que mediocre.
Desde el punto de vista de la lingüística (la pude incluso haber redactado yo): peor que mediocre.
Desde el punto de vista de la eficiencia de las instituciones(el sistema autonómico es económicamente un agujero negro): peor que mediocre.
Conque un profesor de Derecho Constituciónal ante la Constitución puede hacer dos cosas o enseñar el contenido (en cuyo caso las clases serán lamentablemente mediocres (aplicación directa del principio: "de donde no hay no se puede sacar") o enseñar por qué es medicocre.