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Debe ser del mismo club que protestó rabioso cuando la beatificación-canonización de Santa Teresa Benedicta de la Cruz (antes Edith Stein).
O de la misma logia de los que rabiaron y se movilizaron cuando la fundación del Carmelo de Auschwitz.
Espero - deseo! - que tenga el mismo éxito que tuvieron los que se movilizaron con toda la mala intención que pudieron cuando una cosa y la otra.
Amén.
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guau, guau...
ResponderEliminarYa, ya...
ResponderEliminarki kiri ki!
ResponderEliminar¡Diantres! ¡Eso es un gallo no un perro!
Ah! Pero a lo mejor es oportuno: Al canto de un gallo se arrepitió Simón Pedro de sus negaciones...et ploravit amare.
ResponderEliminarDesde entonces un canto de gallo puede ser el principio de una conversión.
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