Mendrugo - que no sé quién es - me ha arreado un mendrugazo en el alma místico-musical, porque esa canción de monja-monja "mi a colpito" desde la primera vez que la escuché...pero la había olvidado, y ni siquiera se me pasó por la memoria cuando ayer escribía de montañas y la Montaña.
Aunque reconozco que es el efecto de la música, más que el de la letra, tan "music hall". De todas formas la monja quasi en trance y cantando el emocionante y sugestivo "Climb every mountain...", es una escena con la que sintonizo y simpatizo....mucho.
Dos versiones en youtube:
Esta, cantada espléndidamente por Kiri Te Kanawa
Y esta con la escena de la peli: La abadesa perseverante, profunda y mística, con la novicia liviana y guitarrera en trance de "desmonjarse", cada una en lo suyo:
He encontrado otra, también muy bien cantada por la estupenda Leontine Price, pero se escucha muy mal. Conque me doy por satisfecho con estas dos.
Sé otra canción que podría complementar perfectamenta a esta, del grupo Brotes de Olivo, que repetía una sencilla letra: "...Vente a la Montaña, donde está el Señor/ Vente a la Montaña, vente a la Montaña..." La recuerdo como música de fondo de unos ejercicios espirituales en La Zubia; desde el comedor se veía Sierra Nevada, con el pico del Veleta relumbrando, y todas las mañanas, durante el desayuno, las monjas nos ponían un disco con esa copla: "Vente a la montaña, vente a la montaña..."
En fin! Esto es una coda, un estrambote gracias a la sugerencia de Mendrugo (que no sé quién será).
+T.
Pues Mendrugo… soy yo. Pido perdón por haber entrado sin saludar, ante todo a Terzio. Es que no conozco la urbanidad de los blogues. No sé dónde dejar la tarjeta de visita. Me encanta este blog donde resplandece sobre todo la piedad, y se veneran las virtudes y las cosas antiguas, y el latín. En tantas otras partes me siento tan fuera de época… Espero que me admitáis en vuestra compañía.
ResponderEliminarMe parece recordar que esta canción suena dos veces en la película. Primera en la escena del vídeo, como despedida de la superiora a la novicia. No se desmonja por liviandad, sino obedeciendo. Sale en busca del camino por el que la llama Dios, que no es el claustro. A esa búsqueda le anima la canción.
ResponderEliminarY segunda vez suena cuando la familia Trapp marcha al exilio a través de las montañas, dejando todo atrás.
A mí me emociona cómo esta familia abandona un día su casa, con lo puesto, dejando todas sus pertenencias. Mi madre me contaba que así salieron de la suya mis abuelos con sus hijos en el 36. No era el palacio de los Trapp, pero era su casa. Dejaban todas sus cosas y recuerdos y no habían de volver nunca.
Mendrugo, ¿eres mendruga?. Es que sigo sin ponerte siquiera género. ¿Tienes web? Es que tu nombre sale en blue pero sin perfil ni link a ningún blog.
ResponderEliminarEs verdad que la melodía suena cuando el paso por las montañas; la matización sobre las circunstancias de la escena también es atinada, pero insisto en lo que dije: Ligera y guitarrera, no iba a cuajar en una abadía benedictina, y por eso el desmonjerío.
Ah! Y gracias por esos piropos que me has dicho: "Pio", "virtuoso", "antiguo" y "latinero". Aunque parecen describir un perfil decimonónico, a mí me gusta que me perfilen así.
Thanks!
:)
¡Pues claro que soy varón! Esto es lo que tienen estos condenados blogues. En persona no cabe duda. Y por cierto: la gente no tiene género sino sexo. (Ha sido un lapsus de latinista: todo el día con el género, número y caso…).
ResponderEliminarNo tengo blog, ni web. Lo siento. Todo se andará. De momento sólo soy un rarus nans. Pero de rarito, nada.
En cuanto a elogios, querido Terzio, sólo había dicho que veneras las virtudes antiguas. Pero estoy seguro de que también las practicas :-)
Gracias a ti.
Me alegro. Así es mejor. Quiero decir que, llegado el caso, mejor una justa entre caballeros o, incluso, gladiadores; con las amazonas me siento "incómodo". Eso del género tiene que ver (cuando me educaron "sexo" ni se decía ni se permitía decir, of course).
ResponderEliminarDecídete y abre blog, que expande mucho. Uno que conozco dice que los blogs son "pensaderos", y tiene razón. Yo añado que son ejercicios de nulla dies sine línea. La vida epistolar que nos ha quitado el teléfono, se compensa ahora con los blógeres, que comunican a otro y desde otro nivel. De entrada tienen la ventaja de que las relaciones son selectivas, no impuestas; además con la circunspecta lejanía del medio virtual y su aproximación también, todo muy "libre".
Así que congratulations de faire vôtre connaissence, signore Mendrugo.
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ResponderEliminarEl placer es mío, Terzio. Gracias por tu buena acogida. No me animo a abrir blog por pereza, por no tener qué decir y porque no podría atenderlo con regularidad. Pero me dejaré caer por el tuyo. Perdona si salgo a veces por peteneras: es que tiendo a la dispersión.
ResponderEliminarY también a ti, Morgenrot. Me he asomado a tu blog. Me sabía un chiste sobre un santo francés, Sans Cérémonies, pero ya no me acuerdo...