lunes, 28 de enero de 2008

San Tommaso (cosas de)


El día de San Nicolás recordé la efemérides mística tomista: El día en que el Santo d'Aquino empezó a entender de golpe más de lo que había discurrido tan excelentemente en los casi cincuenta años que tenía. Ahora retomo la secuencia porque hoy, 28 de Enero, es la fiesta del Santo.

La fiesta corregida y trasladada, hay que decir, porque su dies natalis es, como todo el mundo sabe, el 7 de Marzo. Con un criterio muy discutible criterio, cuando la reforma litúrgica del Vaticano IIº, para quela confusión y el 'aggiornamento' afectaran también al Caendario Litúrgico, se mudaron algunas fechas del Santoral, particularmente las que caían o pudieran caer dentro del ciclo de Cuaresma-Pascua, para que no interrumpieran el transcurso celebrativo del tempus. Perdieron sus fechas tradicionales algunasimportantes fiestas de Santos , como esta de Santo Tomás de Aquino, trasladada al 28 de Enero, antigua conmemoración de la traslación de sus reliquias; pero el Santo finó sus días terrenos un 7 de Marzo.

Ya tocado por la profunda experiencia de la Misa del día de San Nicolás, la salud del maestro desmejoraba alarmantemente. La salud del cuerpo, que la del alma iba prosperando vertiginosamente, fenómeno este que suele suceder así, en proporción inversa, cuando el que se muere es un santo: Alma más sana, cuerpo más endeble. Le traían alimentos exquisitos, y hasta se cuenta que ocurrió un milagro cuando un día, por callar a los que le asediaban con ruegos para que comiera, pidió anchoas, en pleno invierno, y aquella tarde un pescador se presentó con un canasto de anchoas recien pescadas, que el docto Tommaso probó apenas, para no contristar a los frailes, que se desvivian por él.

Enfermo y todo, tuvo que acudir cuando el Papa Gregorio Xº lo convocó al Concilio de Lyón, como experto teólogo. Desde Nápoles, con fray Reginaldo, su secretario, y algún acompañamiento más, salieron camino del Concilio. Al poco de partir, tuvo lugar aquel accidente que sería el principio del fin: Iban por un sendero boscoso, un árbol caido sobre el camino hizo tropezar a la mula y Tommaso cayó. Otra versión cuenta que el árbol estaba tronchado, con el tronco sostenido sobre otro, de tal forma que había que agacharse para pasar por debajo, con cuidado de no golperase con el ramaje, y Tommaso, abstraído en sus oraciones y meditaciones, pasó sin advertirlo y se dió un golpe fortísimo en la frente, cayendo de espaldas de la mula, y fue recogido del suelo, muy trastornado por el accidente. Lo llevaron al castillo de una de sus hermanas, en la Ciocciara, la comarca cercana a su Rocasecca natal. Allí estuvo unos días, pero, como empeoraba, él mismo pidió que lo llevaran a un convento, porque no quería morir en casa de seglares, sino bajo un techo religioso.
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Estaba cerca la abadía cisterciense de Fossanova, y allí lo trasladaron. Los buenos cistercienses de Fossanova se alborozaron cuando supieron que llegaba Fray Tomás de Aquino, y le prepararon la mejor celda del monasterio. En el colmo del entusiasmo (y de la indiscreción) le rogaron a fray Tommaso que les expusiera alguna lección, alguna predicación. Y Tommaso, muy enfermo, con toda dulzura y paciencia, como pudo, desde el lecho, conteniendo lágrimas y suspirando mucho, se puso a predicar un comentario del Cantar de los Cantares, el libro más místico y enamorado de toda la Escritura.

Esa fue su última cátedra y su postrera lección: Un lecho en una celda y una glosa del Cantar.

Expiró un 7 de Marzo, después de recibir el Viático con una emoción que contagió a toda Fossanova. Los monjes le lloraron, y los vecinos y labradores de alrededor acudieron a besar el hábito de Tommaso; hasta hubo pequeños milagros, y sanaron algunos enfermos que se acercaron al catafalco del santo dominico.
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Los monjes de Fossanova fueron después muy expeditos. Sabían que un Santo no se deja ir, y tenían allí el cuerpo de uno que sería proclamado Santo, antes o después. Con la diligencia propia de los monjes y la resolución característica de los cistercienses, acabadas las exequias y colocado el cadáver de Tommaso en una sepultura provisional, en el presbiterio, tomaron el cuerpo y lo hirvieron en vino y sosa cáustica, dejando sólo los huesos limpios, que envolvieron en ricas telas y los introdujeron en un arca que colocaron dentro de un nicho sellado a cal y canto en uno de los muros del presbiterio de la Iglesia abacial. La cosa estaba hecha, y por mucho que luego reclamaron los dominicos el cuerpo de su confratello, los monjes de Fossanova no se daban por enterados. Así hasta que en 1323, con motivo de la canonización del Santo, el papa Juan XXII, desde Avignon, conminó terminantemente la entrega de las reliquias de Santo Tomás, que fueron trasladadas a Toulouse, al convento de los dominicos, donde se recibieron, algún tiempo después, un 28 de Enero.

Allí estuvieron expuestas al culto hasta 1789, cuando fueron profanadas las reliquias por la canalla revolucionaria. Recuperadas, después de los desastres de la Revolución, volvieron a exponerse al culto en la Catedral de San Sernín, hasta que en 1974 fueron reintegradas a la Iglesia conventual de Saint Jacques, de los pp. Dominicos, en Toulouse.

El brazo que se veneraba en la Iglesia de la Universidad de La Sorbonne, en París, también profanado cuando la Revolución, pudo recuperarse, y hoy se venera en Stª María sopra Minerva, la iglesia de los dominicos en el centro de Roma, junto al Panteón. La mano derecha se venera en la Catedral de Salerno, donde están también los sepulcros de dos de sus hermanas. Y un dedo se venera en la Iglesia de San Doménico, en Bolonia, en un espléndido relicario donado por el cardenal español Carrillo de Albornoz, a fines del siglo XIV (abajo en la foto).

Pero... Hay santos y santos, y San Tommaso no es un santo cualquiera: En la Catedral de Priverno, se venera la Cabeza, la Testa, il Teschio, il Capo di San Tommaso




Tuvo que ser que los de Fossanova no entregaron todo el cuerpo del Santo, y en un exceso de celo y piedad, por encima del Papa avignonés y su caprichosa orden, se quedaron con la Cabeza, que con el tiempo fue a parar a la Catedral de Priverno, la Diócesis a la que pertenece Fossanova, no muy lejos del castillo de Rocasecca, donde Tommaso nació. Cerca también de Nápoles, su patria "conventual"; la reliquia de la mano dchª que está en Salerno, cerca de Priverno, supongo que tiene la misma azarosa procedencia. Priverno que es además la patria chica del secretario y acompañante de San Tommaso, fray Reginaldo de Priverno, el que intentó completar lo que quedaba de la Summa Theologiae con las notas y apuntes que dejó el Aquinate.

Lo anecdótico es que el cuerpo de Santo Tomás, el que está en Toulouse, también tiene cabeza!...que hasta el dia de la Resurrección de la Carne y el Juicio Final, no se sabrá de quién es. Los dominicos franceses dicen que no, que cést la tête de Saint Thomas d'Aquin, pero los italianos sonrien y menan la cabeza y la mano y dicen che la testa cé in Priverno, nél suo paese.

Hoy lo celebran en Toulouse. Y el 7 de Marzo en Priverno: Evviva!!!
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7 comentarios:

  1. ¿Qué es el Don de lágrimas, Don Jose?

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  2. Una cosa que a mí me gustaría tener.

    Es un fenómeno muy frecuente en la vida espiritual. Sucede a veces en los grados primeros de la vida ascética, casi siempre anejo a la oración, o a momentos de intensa contrición o sensiblidad por las cosas de Dios, o por dolor de los pecados. El afectado llora inconteniblemente, pero con consuelo, como descargando penas o efundiendo con las lágrimas una intensa emoción, muy frecuentemente con sensación de cierta "dulzura" muy honda asociada a Cristo, su recuerdo, sus palabras, sus imágenes; muy particularmente conmueven algunas escenas de la vida del Señor, como las de la Pasión, que se llevan a la oración para contemplar.

    Es un don que Dios infunde, no una "técnica" o algo psicológico o psicopático que venga de nuestra naturaleza o sus debilidades sentimentales. Algunos Santos tuvieron ese don muy abundantemente, p.ej. San Ignacio de Loyola, en escritos íntimos, a veces reseña "con lágrimas" o "sin lágrimas", queriendo decir si lloró o no durante la oración.

    Se puede pedir: Yo lo pido.

    (y el dia que me venga no va a haber pañuelos ni kleenex para el arroyo de lágrimas que me va a brotar) Lo que no te puedo decir es si en el Cielo habrán estas lágrimas, pero me parece que puede que sí, porque, aunque ya no "limpien", sí pueden ser síntoma del gozo de la bienaventuranza...Ejem..

    En fin, tú sabes.

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  3. ¿Ésto es lo que se llama contricción perfecta?. Si es así, ¿necesita confesión oral?.

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  4. De nada.

    La "contricción perfecta" supliría la confesión sacramental sólo en el caso excepcional de imposibilidad real de poder hacer la confesión sacramental, y con la condición de tener implícita la intención de hacer la confesión en cuanto se pueda (si se pudiera).

    Pero los más rigurosos teólogos-moralistas insisten en que esa "contricción perfecta" es imposible ex-sese porque un pecador es incapaz de una acto perfecto, el que sea: La naturaleza humana es incapaz de la perfección; se le llama "perfecta" a esa contricción en cuanto que expresa un arrepentimiento por amor de Dios y por dolor del pecado como ofensa a su Santidad y Bondad, excluyendo otras consideraciones (temor del castigo, o dolor por los perjuicios personales, p. ej.) En este sentido, esa "contricción perfecta" hecha por amor a Dios y detestando el pecado, supliría sub conditione y excepcionalmente el Sacramento, y mediante esa contricción, expresada de alguna manera, se recibiría el perdón de los pecados que se tuvieran.

    Si te fijas, las fórmulas del "acto de conticción" incluyen más o menos esto que digo, con el sincero reconocimiento de que, siendo como somos, "también" nos pesan nuestro pecados por la temidas penas del infierno, etc.

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  5. Cuando habla del pecado, ¿incluye los mortales?.

    A mí me habían comentado que los santos si alcanzarían esa "contricción perfecta" y que el resto no pasamos de una atricción.

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  6. Sí, claro; sobre todo si esa perfecta contritio se realiza in extremis. Los PP-del Desierto, en los apotegmas, sacan contínuamente el tema; ellos la llaman "compunción".

    Si los Santos la alcanzan o no...no sé: El más santo en la Tierra no es perfecto para hacer una perfecta contrición. De todas formas, es asunto de la Gracia que sólo conoce Dios. Sin embargo, siempre es deseable pedirla y aspirar a ella en cuanto podemos.

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