Se ha leído esta mañana en Misa, en la lectura de la feria IVª de la XIIª semana del Tiempo Ordinario:
"...Y el Ángel del Señor le siguió diciendo:"Tú has concebido y darás a luz un hijo,al que llamarás Ismael,porque el Señor ha escuchado tu aflicción. Más que un hombre, será un asno salvaje:alzará su mano contra todos y todos la alzarán contra él; y vivirá enfrentado a todos sus hermanos..." Gn 16,11-12
Las narraciones de los ciclos patriarcales del Génesis están llenas de etiologías que explican el porqué de personas, cosas, nombres, lugares, tradiciones. Tienen el encantador atractivo de la temprana Revelación, pero también el tremendo efecto de profecias que desde entonces están ahí, cumplidas, cumpliéndose o esperando su cumplimiento. Esta es de las cumplidas y que todavía se cumplen.
Ismael, el hijo del Patriarca Abraham con la esclava Agar, es el padre reconocido de los pueblos de Arabia y, por extensión, de los pueblos del Islam, para quienes significa lo mismo que Israel-Jacob para los israelitas y judíos.
La etiología profética del Ángel describiendo el carácter y el futuro de Ismael parecería post-factum, referida a la historia del Islam pasada y actual, si no se supiera que la narración genesíaca es de hace unos tres mil años o cuatro mil (Abraham en Canaán, en torno al 1850 a.C. ; Moisés, el Éxodo y la Ley del Sinaí, en torno al 1250 a.C.); por eso es tan vivamente actual la profecía: Él contra todos y todos contra él.
La tradición ismaelita de La Meca recogida luego por Mahoma en Al Corán dice que el santuario de La Kaaba fué edificado por Ismael para dar culto al Dios Único rvelado a los Patriarcas del Génesis, Abraham y su descendencia.
La "alianza de las civilizaciones" o se hace con y desde el Dios de la Alianza, o la indómita descendencia de Ismael seguirá tal como hasta ahora: Ellos contra todos y todos contra ellos.
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