Es un programa de sobremesa-siesta; la emisora, una tele popular. Presenta una anoréxica, de unos sesenta años, queriendo aparentar 30; pelo teñido, look juvenil, acento mestizo-hispano, y mucha caja de dientes lucida en sonrisa que no cesa hable de lo que hable.
El decorado es gay-ruiz de la prada, psicodélico-postmoderno, con lunares blanco-negros y elementos fucsia-verde limón, pobretón-escaso. Deficiente iluminación y una sóla cámara, los invitados al mini estudio-plató alternan en dos tresillos/dos sofás y dos sillones, que ocupan y desocupan con la presentadora, por toca, según van llegando.
Se intenta una macedonia con temas serios, frívolos, de sociedad, actualidad política, moda, espectáculos, prensa rosa, etc. Cuatro-cinco minutitos para cada cosa, y de oca en oca.
Aparecen dos chicos, ninguno de más de treinta años, porte pijo-clásico-pp-madrileño, con vaqueros, polos, mocasines uno y el otro náuticos; de marca, no copy, presumo. Uno es subdirector del periódico A*** , el otro jefe de sección del semanario É****.
La anoréxica sesentona disimulada que presenta saca un tema de actualidad internacional, y los dos chicos alternan una sarta de tópicos "de derecha" (centro-dcha., perdón), con cierto tonillo de crispada indignación y absoluta parcialidad, con algunos "o sea" mechando sus opiniones. Uno es menudillo, con pelito largo; el otro gordo, pelo corto. Se hablaba de las últimas cosas del caso palestino; ellos decían que aquello era - "... como Eta, o sea..."
Dos chicos de papá (también mamá), tan jóvenes generaciones, tan en su tipo, tan bien colocados, tan relacionados, como se espera que sean; muy de su círculo, dando el perfil.
Lo grave es que no era un programa de cómicos parodiando: Eran-son así de auténticos, o sea, como una caricatura viva de su mismidad.
O sea.
&.