Por eso fuí encantado a ver la peli Miss Potter, sabiendo que iba a disfrutarla de cabo a rabo, desde los títulos a los créditos. Dudé en la compañía, que estas pelis que me gustan no son aptas para todos los públicos; pero como yo también me trago alguna peli purgante sin rechistar y por complacer a mi in-prójimo, me anoto el debe y me cobro con estas pelis que son tan saludables; tanto, que mi amigo Fernando se tira unas apacibles y sanísimas siestas cinematográficas cada vez que me saca a ver una de mis pelis-infusión.
Porque la peli de Miss Potter es como un apacible té con pastas, en casa de una tia abuelita, una tarde sin prisas, de mesa de camilla, alhucema, visillos; si hubiera acabado con rosario de oscurecida, completo. Menos el rosario, la peli de Miss Potter es de las que me gustan, completa (tierno ronquido de mi acompañante durmiente incluído).
Beatrix Potter me sedujo con sus cuentos de Peter Rabitt y Jemima y Hunca Munca desde que tengo uso de razón; después supe más cosas de la entrañable Beatrix Potter, sus dibujos naturistas y su espíritu conservacionista-ecologista tan personal. Y de eso va la peli, tan suave y delicada como una acuarela de Beatrix Potter, deliciosa; hasta la actriz frivolona que borda el papel de la célebre artista.
(Pienso que en los hobbits de J.R.R. Tolkien latían los personajes de Beatrix Potter...o algo así; no sé precisar la conexión exacta, ni si la hay de verdad, o es sólo impresión mía; pero al ver la peli, otra vez he relacionado rabbits y hobbits, Beatrix/Tolkien).
Y parece providencia que cuando el chico que hace de Harry Potter se despelota en Equus, Miss Potter acude a compensar el escándalo cuasi familiar apareciendo ella misma con su encantador e inocente mundo en la pantalla, vaya lo uno por lo otro.
N.B. He censurado la foto de Equus...aunque he estado tentado de pegarla tal cual...pero por los animalitos de Miss Beatrix, me he contenido.
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