Las imágenes del video de la Filmoteca Vaticana me resultan archi-familiares. Y emocionantes, muy emocionantes.
La fecha de apertura era todo un símbolo, una dedicación, una memoria: El 11 de Octubre se conmemoraba el Concilio de Éfeso y se celebraba la fiesta de la Divina Maternidad de la Virgen María, la Theotokós.
Hoy, aquella Iglesia que sorprendió y entusiasmó al Orbe, protagoniza un tiempo de confrontación, también universal.
Y sin embargo es la misma y, en cierto sentido, más auténtica porque es signo de contradicción, como su Señor.
Dos consejos:
- Santiguarse cuando Juan XXIII aparece dando su Bendición (hoy que es también la memoria litúrgica del Btº Juan XXIII)
- Pedir que el Papa vuelva a usar la Tiara, que es su ornamento, y a sentarse en la sedia gestatoria, que es su transporte.
De todas formas sin tiara y sin sedia lo critican igual, y a nosotros, los pobres y los humildes, nos han privado de un poquito de gloria en la tierra al quitarle signos de gloria a nuestra cabeza visible (que es también negarsela a la Invisible...por lo pronto).
Y una obligación: Compárese la Iglesia que entró en el Concilio con la que salió de él. Y saquen pañuelos para enjugar el llanto.
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No soporto que un hombre lleve a otro con su esfuerzo. Me parece muy muy humillante.
ResponderEliminarY la tiara es hortera. Sin embargo, la mitra es de muy buen gusto.
Ah! Voilá les diferénces.
ResponderEliminarA mí me entusiasma el Papa en su sedia, Abraracurcix sobre su escudo, y un torero a hombros por la Puerta del Príncipe.
Y el Papa con su tiara, el galo con su casco, y el diestro con su montera.
Y no es cuestión de estética, sino de óntica.
Si me explico.
Por cierto, que también me gustan las madres gestantes, Anquises sobre Eneas, y San Cristobalón con el Niño encima.
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Por Barcelona, hay unas bicis habilitadas para que el conductor-pedaleante lleve a los turistas de visita por la ciudad.
ResponderEliminarTengo clarísimo que deben ser quemadas y los responsables ejecutados.
Pues en la India, en Pakistán, en China y en Indochina, se ganan el pan así de toda la vida.
ResponderEliminar¿Algún comentario al Vat II?
p.s. Los flabelli sí que te gustarán, ¿no? A mí, mucho.
+T.
Evito referirme a ese hecho tan atroz.
ResponderEliminarEso es que no lo conoces.
ResponderEliminarPruébalo.
+T.
Lo siento mucho pero después de Trento si las decisiones importantes no son papales tras escuchar los consejos de los mejores en el asunto, no me interesan lo más mínimo.
ResponderEliminarLe diré más. No conozco a ningún canonista de prestigio -y me satisface contar con el aprecio de de uno de los mejores- que ya el primero -el Vaticano I- fue de "muy dudosa canonicidad". Estando en Roma quien estaba.
(Disculpe se me fue el santo al cielo):
ResponderEliminarLe diré más. No conozco a ningún canonista de prestigio -y me satisface contar con el aprecio de de uno de los mejores- que NO CREA QUE ya el primero -el Vaticano I- no fuese de "muy dudosa canonicidad". Estando en Roma quien estaba.
Pues cambia de canonistas y no les confíes ningún pléito canónico, porque lo pierdes seguro.
ResponderEliminarDe verdad.
(Y es una pena que no conozcas Vaticano I; y me temo que Trento tampoco).
+T.
Que cambie la Santa Rota, no yo.
ResponderEliminarEso es contumacia y protervia.
ResponderEliminarY tiene pena.
+T.
No me entendió. Creo que su devoción por los miembros de la Santa Rota le ha hecho escoger la interpretación equivocada.
ResponderEliminarLe tengo devoción a Stª Catherina della Rota, a la Rota no; Y me encanta Rota; la Base, no.
ResponderEliminarCapisci?
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Vuelvo a sentir la espada de Damocles sobre mi sesera.
ResponderEliminarCopio y pego en mi blog.
ResponderEliminarEs muy interesante.