martes, 9 de enero de 2007

En órbita


Leí la noticia esta mañana, y me quedé un par de segundos suspenso entre lo tragicómico-dramático-patético. Si hubiera sido 28 de Diciembre, pués eso; pero estamos en la segunda semana de Enero: Stephen Hawking planea un viaje al espacio para el 2007.

Sin el cáuto D.m. ni nada: Para el 2007, en órbita extraterrestre.

No le tengo simpatía a Stephen Hawking; admiración sí. La empatía, se comprende, es negativa porque me revienta no poder seguir al de Cambridge por el fátum de las letras. Dejar la matemática, física y química a los 14, te limita para el resto. Y es injusto, porque un ingeniero de laboratorio siempre podrá consolarse con Boecio; pero a mí se me caen de las manos las físicas cuánticas y demás, y ya no tengo edad.

Agradezco la lectura de divulgación, pero me crea no sé qué incómodo complejo, insoportable para mi vanidad.

Al Hawking aventurero espacial, no sé si le envidio o le compadezco. Echarse a probar la gravedad cero con una esclerosis de aúpa y a los sesenta y tantos, o es de dementes, o de locos. A los genios se les consienten estas cosas y se les ríe la gracia, y aquí se trata de un genio, of course; aunque Mr. Hawking no me resulte gracioso, precisamente.

Será, me decía, como Plinio ante el Vesubio, que no paró hasta que lo fundió la lava; pués lo mismo el astrofísico inglés se siente atraído con irresistible fuerza cósmica por adentrarse en el espacio más allá de la bola de la Tierra.

Parece tema de mito griego: Un Prometeo contrahecho, con todo la física teórica en su mente privilegiada desafiando la tremenda realidad del Cosmos. Pero en los mitos griegos sólo vencen los dioses del Olimpo; los héroes de la tierra suelen acabar mal, sobre todo si plantean su empresa como desafío.

A ver en qué queda el proyecto astronáutico de Hawking, valor, o temeridad, o desafío, o alarde, o lo que sea que sea.

Me pregunto si no será ansiedad científico-metafísica...y me contesto que sí, que de eso tiene que haber, sin duda. Porque tonto no es el de Cambridge. Pero echándose a los sesenta años a navegar por el espacio, así tampoco se resuelven esas ansiedades.



P.s. Y, en la misma galería de noticias del mismo mundo de Stephen Hawking, los EEUU bombardean la mísera Somalía, Israel dicen que tiene previsto y a punto un plan de ataque atómico contra Irán, y Bielorrusia le corta el gas a Polonia y Alemania.

Con semejante panorama, se comprende el ánsia espacial Hawking; aunque me sigue sin caer simpático.


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