Jr 39, 1-3 es un texto valioso y dificil; valioso porque da una referencia cronológica del comienzo del sitio de Jerusalén por Nabucodonosor (Diciembre 589-Enero 588 a. C.), con lo que supone un texto "histórico" de primer orden. La dificultad aparece en el versículo 3, que nombra una serie de personajes participantes en el asedio (Junio-Julio 587 a.C.), generales y cargos de la corte de Babilonia, cuya secuencia parece alterada o confusa, desde la misma crítica interna de este y otros versículos del mismo capítulo 39.
Para más detalle, cito la nota de la Biblia de Jerusalén:
39, 3 V. difícil; el texto parece alterado; la repetición del nombre
de
Nergal Sareser infunde dudas: el "jefe superior" (lit. "el jefe de los
eunúcos", pero el término tiene a menudo el sentido amplio de dignatario de
la
Corte) se llama Nabusazbán en el v. 13. Además, los nombres de Sangar
Nebo y Sar
Sequín, que sólo aquí aparecen, son dudosos. Se ha propuesto
corregir hbr.
Samgar en "príncipe de Sim Magüir"" (según una lista
babilónica) y Nebo en
"Nebusazbán", así como suprimir Sar Sekim (que podía
ser un título duplicado de
"Jefe superior") y una de las menciones de Nergal
Sareser. Pero estas
correcciones, que darían mayor coherencia a este pasaje,
no tienen ningún apoyo
textual.
La nota de la Biblia de Jerusalén es magistral, exahustiva y explícitamente (La cuidada nota de la Biblia de Jerusalén es oportuna, magistral, exhaustiva y "honrada", cualidades no siempre presentes en otras publicaciones)
.
La noticia es el hallazgo una tablilla en la que se cita el nombre de Sar Sequin; la tablilla es el registro de una transacción en la que Sar Sequín aparece como el generoso donante de una ofrenda en oro al templo de Esangil, en Babilonia. El documento adquiere un valor extraordinario como fuente extrabíblica que confirma la precisión del relato y las referencias del texto de Jeremías, hasta ahora tan discutido en su verosimilitud, como explica la nota de la B.J.
El descubridor del texto ha sido un profesor agregado de la Universidad de Viena, el doctor Michael Jursa, uno de los pocos eruditos capaces de leer y traducir las tablillas mesopotámicas que atesora el British Museum de Londres; unas 100.000 tablillas, la mayoría sin traducir todavía, algunas con datos tan relevantes como este, aun pendientes de ser traducidas. El profesor Jursa es un habitual entre los estudiosos que frecuentan el British Museum, donde se le conoce entre ese raro grupo de especialistas de las culturas antiguas del Oriente Medio desde 1991, año en que empezó su estudio de las tablillas cuneiformes del museo.
Al dar cuenta del descubrimiento, el doctor Jursa comentó que pudo traducir en pocos minutos la tablilla, porque esta se encontraba en un excelente estado de conservación. La tablilla, de unos 5,5 cms. sólo, está en el British desde el año 1920, junto con otras más procedentes de las excavaciones del templo de Sippar, un yacimiento distante una milla de la actual Bagdad. El prof. Michael Jursa ha sido el primero en estudiar y poder interpretar el valioso contenido de este singular documento, que ha sido acogido con satisfacción en el mundo de los estudios biblícos.
Hace ya muchos años leí entusiasmado el libro de Werner Keller "Y la Biblia tenía razón"; hoy, con más años de estudio encima, la obra me parece tan criticable como insuficiente, desde diversos puntos de vista. Pero la tesis de fondo que sostiene ese entretenido libro de divulgación es cierta: La arqueología es una de las fuentes que contínuamente vienen en socorro de los textos bíblicos, como si la sólida verdad de las piedras concurriera misteriosamente a confirmar las Sagradas Escrituras, tantas veces puestas en duda por los que se niegan a reconocer su verdad e, incluso, su historicidad.
El valor del texto bíblico de Jer 39, 1-3 no ha variado: Es el mismo texto revelado, independientemente del testimonio añadido por esa tablilla; sin embargo, para los que se limitan a ver la Escritura como mera obra humana y la analizan desde un hiper-criticismo que no sufren otros documentos, este nuevo hallazgo es un demoledor golpe para su prejuicios.
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En la próxima edición, el equipo de escrituristas de la Biblia de Jerusalén tendrán que corregir la nota; dirán que Sar Sequín ya cuenta con un irrefutable y contrastado "apoyo textual".
Adivino que introducirán la corrección de la nota con tanta satisfacción como yo escribo esta entrada; probablemente con más fundada y consciente motivación.
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